Garantizar buenos sistemas de información, desarrollar tecnologías de comunicación e invertir en TICs, clave para una buena integración asistencial
Madrid (26-28/11/2011) - Ana Montero
Así lo ha manifestado Marta Aguilera, presidenta de la SEDAP, durante la mesa "Utilidades y usos de los sistemas de información sanitaria", celebrada en el 5º Foro sobre el sistema de información del SNS, donde otros expertos han asegurado que la demanda sanitaria de origen laboral está en torno al 20 por ciento
En este sentido, durante la mesa de trabajo "Utilidades y usos de los sistemas de información sanitaria", celebrada en el 5º Foro sobre el sistema de información del Sistema Nacional de Salud, Jerónimo Maqueda Blasco, de la Escuela Nacional de Medicina del Trabajo, del Instituto de Salud Carlos III, ha sido el responsable de abordar el tema de las encuestas de salud en la población trabajadora, recordando que el componente laboral tiene un valor explicativo a la hora de hablar de la salud de la población, y asegurando que "un importante determinante de la salud de este sector poblacional está representado por las condiciones de salud de los entornos laborales".
Así pues, Maqueda ha explicado también que la distribución de la salud y de la morbilidad de una población o de un territorio no es explicable sin el conocimiento y análisis de la actividad económica y de la calidad, desde el punto de vista de la salud, de los entornos de trabajo.
En este contexto, surgen las encuestas de salud en la población trabajadora que vienen a cubrir una necesidad de información sanitaria que no puede ser satisfecha por los sistemas de información convencionales. Así, de esta necesidad, como ha desarrollado Maqueda, nace la Encuesta Europea de Condiciones de Trabajo, en 1990, y, en España, la Encuesta Nacional de Condiciones de Trabajo, proyecto que se inicia en 1987 y cuya séptima edición está actualmente en fase de campo, como ha informado el experto.
"Su misión es producir información para evaluar el desarrollo del tejido preventivo, observar los cambios que se producen en la sociedad de trabajo española e identificar los espacios de atención preferente y de equidad en el acceso a la prevención", concluye Maqueda.
En este sentido, tal y como informaba el experto, el retorno de las encuestas viene a confirmar que la demanda sanitaria de origen laboral está en torno al 20 por ciento, concretamente, en un 20 por ciento, según se refleja en la III Encuesta Nacional de Condiciones de Trabajo; en un 24 por ciento, según datos de la IV Encuesta Nacional de Condiciones de Trabajo; y en un 22 por ciento tal y como se recoge en la quinta encuesta.
Para concluir, Jerónimo Maqueda ha manifestado que la información sobre los determinantes de los entornos labores es "relevante" para la gestión de la salud pública y los servicios de salud en el territorio y que la búsqueda de espacios compartidos con grandes encuestas -como la Encuesta Nacional de Salud-, "ha sido importante para interpretar mejor nuestros propios resultados".
Implantación del CMBD en MUFACE
Por su parte, Concepción Vera Ruiz, representando a la Mutualidad General de Funcionarios Civiles del Estado (MUFACE), ha explicado cómo han implantado el modelo CMBD (Conjunto Mínimo Básico de Datos al alta hospitalaria) en al ámbito de MUFACE, lo que les ha llevado a recibir recientemente uno de los premios a la calidad en el ámbito del Sistema Nacional de Salud 2010, el "Premio a la transparencia", otorgado por la Agencia de Calidad del Sistema Nacional de Salud, del Ministerio de Sanidad, Política Social e Igualdad, por el proyecto titulado "Implantación y análisis del CMBD de las hospitalizaciones del colectivo protegido por MUFACE en los hospitales privados concertados con las entidades de seguro de asistencia sanitaria".
Así pues, Vera ha recordado que hasta el año 2008 MUFACE no disponía del CMBD de hospitalizaciones de sus beneficiarios y que en el concierto vigente (2010-2011) se ha vinculado la recopilación del CMBD por las entidades concertadas a penalizaciones e incentivos económicos. En este sentido, se ha fijado un volumen mínimo de altas codificadas, un 30 por ciento, que las entidades deben remitir a MUFACE, por debajo del cual se establecen "importantes" sanciones económicas, explica la experta.
De este modo, la cobertura del CMBD en los años 2008 y 2009 fue del 15 por ciento y 18 por ciento, respectivamente, con registros de baja calidad, lo que imposibilitaba su análisis, como ha explicado Vera, algo que no ocurría en 2010 cuando la cobertura alcanzaba el 65 por ciento lo que ha permitido iniciar el análisis de las características de la asistencia utilizando los indicadores (iCMBD) que recomienda el Instituto de Información Sanitaria. Además, como ha informado Vera, en 2011 la cobertura de registros de calidad superior al 80 por ciento. Sin embargo, tal y como ha apuntado la experta, estos datos agregados, obtenidos de 181 hospitales, no reflejan patrón de funcionamiento de ningún hospital y tampoco la práctica asistencial de ningún servicio.
En este sentido, "siendo prudentes con los resultados, porque se ha observado déficit en la calidad de los datos", como recuerda Vera, el análisis muestra un patrón de enfermedades y de resultados diferentes al del resto del Sistema Nacional de Salud, añadiendo que "la diferencia crítica respecto al SNS radica en el sensiblemente menor promedio de diagnóstico y procedimientos".
En cualquier caso, "aunque sea una realidad desenfocada", como matiza Vera, en la foto se ve que en el colectivo MUFACE se concentran las hospitalizaciones en el grupo de edad 45-64 años; que la distribución casuística entre casos médicos y quirúrgicos tiene un patrón semejante al del SNS; que, por lo que respecta a la frecuencia por categoría diagnóstica mayor, hay diferencias "más llamativas", siendo el primer grupo de enfermedades para MUFACE las de trastorno del sistema musculoesquelético y tejido conectivo, mientras que en el SNS, lo son el embarazo, parto y puerperio; y que las estancias medias, la estancia media preoperatoria, la tasa de mortalidad y la tasa de complicaciones es más baja en MUFACE que en el SNS.
En definitiva, Vera ha asegurado que se ha observado un gran avance en la remisión de los registros del CMBD y aunque la calidad de los datos no es firme, "tiene que mejorar", el volumen de altas "arroja luz a estos objetivos finales".
Por otra parte, por lo que ser refiere al concierto 2012-2015, como ha informado Vera, se mantiene la incentivación económica vinculada a los objetivos de aumentar la cobertura y mejorar la calidad de la información de los registros.
Las TICs como facilitadoras de la integración entre niveles
En otro orden de cosas, Marta Aguilera Guzmán, presidenta de la Sociedad Española de Directivos de Atención Primaria (SEDAP), ha abordado el tema de la búsqueda de mejoras en la coordinación entre niveles asistenciales, "el caballo de batalla entre Atención Primaria y Atención Hospitalaria desde tiempos inmemorables", como ha recordado.
En este sentido, Aguilera ha explicado cómo la realidad actual, con una población más envejecida y con un incremento de los procesos crónicos con su consecuente aumento del gasto sanitario, ha hecho que la mayoría de los países hayan establecido estrategias de integración asistencial con el fin de lograr una mayor cooperación entre ambos niveles asistenciales. Así pues, como manifestaba la presidenta de la SEDAP, los distintos sistemas han priorizado estrategias en torno a la promoción de la salud y los autocuidados; a la prevención de factores de riesgo; a la detección precoz de las patologías; y a la integración asistencial para el tratamiento y control de los procesos crónicos.
De igual modo, en España, el progresivo envejecimiento de la población se ha vinculado directamente con el incremento de la prevalencia de enfermedades crónicas con múltiples patologías, de manera que, según algunos estudios, cada persona entre 65 y 74 años tiene una media de 2,8 problemas o enfermedades crónicas, elevándose a 3,23 para las personas mayores de 75 años. Así pues, esta mayor prevalencia de enfermedades crónicas y de pluripatología repercute en una mayor utilización de los recursos sanitarios, de manera que la patología crónica origina el 80 por ciento de las consultas en AP y el 60 por ciento de los ingresos hospitalarios, con estancias medias de ingreso más prolongadas y con mayor utilización de los servicios de consulta médica, urgencias, hospitalización de día y consumo de medicamentos, lo que representa el 70 por ciento del gasto sanitario.
En este contexto, y tal y como se ha recogido en todos los documentos elaborados por la SEDAP, las CC.AA. están implementando modelos y estrategias de integración asistencial, que van desde el fomento de la gestión por procesos y gestión de casos hasta la integración de estructuras y organización (Área Única-Gestión Integrada). Así, tal y como ha señalado Aguilera, en la actualidad, sólo dos CC.AA. han implantado en modelo de Área Única; dos CC.AA. el de Gestión Integrada y tres CC.AA. tienen alguna experiencia de Gestión Integrada.
No obstante, independientemente del modelo implantado, tradicional o innovador, en todas las iniciativas que se están llevando a cabo para conseguir una buena integración en la atención de los pacientes hay elementos "clave" como el desarrollo de los sistemas de información compartida y las tecnologías de comunicación entre ambos niveles, donde la historia clínica electrónica debe ser compartida entre ambos niveles asistenciales; donde se fomenta la gestión por procesos a través de guías y vías clínicas; donde la implantación de las TICs facilita el intercambio de información entre niveles y donde se desarrollan estrategias para facilitar la coordinación con el espacio sociosanitario.
Por otra parte, la presidenta de la SEDAP ha recalcado que es necesario un cambio de cultura en la organización para alcanzar la integración asistencial, "puesto que si no se cambia la cultura, dará igual qué modelo se implante", asegura la experta.
"Es clave garantizar buenos sistemas de información y desarrollar tecnologías de comunicación para una buena integración asistencial", señala Aguilera, y añade que es necesario "invertir en TICs".
En definitiva, según Aguilera, las utilidades y usos de los sistemas de información sanitaria deben ir orientadas al ciudadano/paciente, a los profesionales asistenciales y a los gestores. De cara al primer grupo, la información clínica sobre su salud debe versar, por lo que respecta a la organización sanitaria, sobre la oferta de servicios y cartera de servicios y sobre las listas de espera, y por lo que respecta a la gestión de indicadores de calidad, sobre la calidad asistencial percibida, de manera, que la información hará que la libre elección sea una realidad.
En segundo lugar, estos sistemas de información deben cubrir las necesidades que los profesionales tienen en su quehacer diario mediante la historia clínica electrónica que permita intercambiar información entre ambos niveles asistenciales. Además, por lo que respecta a la historia, ésta debe cumplir con criterios de accesibilidad, confidencialidad, agilidad en la obtención de la información y estar actualizada permanentemente.
Por último, además de su uso clínico, los sistemas de información deben ser útiles para la toma de decisiones en los tres niveles de gestión, bien mediante su explotación a través de indicadores, bien para estudios "ad hoc", así como para la relación con otros sectores, principalmente los servicios sociales. "Un reto complejo y difícil de abordar, pero que el progresivo envejecimiento de la población hará importante su consecución", concluye Aguilera.
Además, la presidenta de los directivos de AP ha hecho hincapié en la necesidad de evaluar y medir la efectividad y la eficiencia pública para obtener indicadores de resultados y poder compararlos, para poder saber si esos modelos innovadores sirven para mejorar la integración asistencial.
Ya el la clausura del 5º Foro sobre el sistema de información del Sistema Nacional de Salud, Mercedes Alfaro Latorre, directora del Instituto de Información Sanitaria, de la Agencia de Calidad del Sistema Nacional de Salud, ha recordado que el Instituto, en colaboración con las CC.AA. está trabajando para mejorar los sistemas de información "como pilar del SNS", en base a la demanda. Por un lado, de los ciudadanos, "cada día más y mejor informados" y que exigen información más clara y oportuna, como la que tiene que ver con las listas de espera y el acceso a la información sobre su salud en cualquier momento, y de los profesiones, que cada vez están más vinculados a la gestión, asegurando Alfaro que "nadie toma más decisiones por minuto que los profesionales sanitarios, por lo tanto son fuente de datos de primer orden".
Además, la directora del Instituto de Información Sanitaria ha recordado que las administraciones sanitarias tienen que buscar la eficacia, la eficiencia y la calidad para lograr la cobertura y la protección de los ciudadanos, cada vez más exigentes.
Del mismo modo, Alfaro ha señalado que se trata de una tarea en la que están concursando todos los agentes del sistema -CC.AA., mutualidades del Estado, sociedades científicas, asociaciones de pacientes...-, "codo con codo", con realidades muy consensuadas y también con discrepancias.
Así pues, Maqueda ha explicado también que la distribución de la salud y de la morbilidad de una población o de un territorio no es explicable sin el conocimiento y análisis de la actividad económica y de la calidad, desde el punto de vista de la salud, de los entornos de trabajo.
En este contexto, surgen las encuestas de salud en la población trabajadora que vienen a cubrir una necesidad de información sanitaria que no puede ser satisfecha por los sistemas de información convencionales. Así, de esta necesidad, como ha desarrollado Maqueda, nace la Encuesta Europea de Condiciones de Trabajo, en 1990, y, en España, la Encuesta Nacional de Condiciones de Trabajo, proyecto que se inicia en 1987 y cuya séptima edición está actualmente en fase de campo, como ha informado el experto.
"Su misión es producir información para evaluar el desarrollo del tejido preventivo, observar los cambios que se producen en la sociedad de trabajo española e identificar los espacios de atención preferente y de equidad en el acceso a la prevención", concluye Maqueda.
En este sentido, tal y como informaba el experto, el retorno de las encuestas viene a confirmar que la demanda sanitaria de origen laboral está en torno al 20 por ciento, concretamente, en un 20 por ciento, según se refleja en la III Encuesta Nacional de Condiciones de Trabajo; en un 24 por ciento, según datos de la IV Encuesta Nacional de Condiciones de Trabajo; y en un 22 por ciento tal y como se recoge en la quinta encuesta.
Para concluir, Jerónimo Maqueda ha manifestado que la información sobre los determinantes de los entornos labores es "relevante" para la gestión de la salud pública y los servicios de salud en el territorio y que la búsqueda de espacios compartidos con grandes encuestas -como la Encuesta Nacional de Salud-, "ha sido importante para interpretar mejor nuestros propios resultados".
Implantación del CMBD en MUFACE
Por su parte, Concepción Vera Ruiz, representando a la Mutualidad General de Funcionarios Civiles del Estado (MUFACE), ha explicado cómo han implantado el modelo CMBD (Conjunto Mínimo Básico de Datos al alta hospitalaria) en al ámbito de MUFACE, lo que les ha llevado a recibir recientemente uno de los premios a la calidad en el ámbito del Sistema Nacional de Salud 2010, el "Premio a la transparencia", otorgado por la Agencia de Calidad del Sistema Nacional de Salud, del Ministerio de Sanidad, Política Social e Igualdad, por el proyecto titulado "Implantación y análisis del CMBD de las hospitalizaciones del colectivo protegido por MUFACE en los hospitales privados concertados con las entidades de seguro de asistencia sanitaria".
Así pues, Vera ha recordado que hasta el año 2008 MUFACE no disponía del CMBD de hospitalizaciones de sus beneficiarios y que en el concierto vigente (2010-2011) se ha vinculado la recopilación del CMBD por las entidades concertadas a penalizaciones e incentivos económicos. En este sentido, se ha fijado un volumen mínimo de altas codificadas, un 30 por ciento, que las entidades deben remitir a MUFACE, por debajo del cual se establecen "importantes" sanciones económicas, explica la experta.
De este modo, la cobertura del CMBD en los años 2008 y 2009 fue del 15 por ciento y 18 por ciento, respectivamente, con registros de baja calidad, lo que imposibilitaba su análisis, como ha explicado Vera, algo que no ocurría en 2010 cuando la cobertura alcanzaba el 65 por ciento lo que ha permitido iniciar el análisis de las características de la asistencia utilizando los indicadores (iCMBD) que recomienda el Instituto de Información Sanitaria. Además, como ha informado Vera, en 2011 la cobertura de registros de calidad superior al 80 por ciento. Sin embargo, tal y como ha apuntado la experta, estos datos agregados, obtenidos de 181 hospitales, no reflejan patrón de funcionamiento de ningún hospital y tampoco la práctica asistencial de ningún servicio.
En este sentido, "siendo prudentes con los resultados, porque se ha observado déficit en la calidad de los datos", como recuerda Vera, el análisis muestra un patrón de enfermedades y de resultados diferentes al del resto del Sistema Nacional de Salud, añadiendo que "la diferencia crítica respecto al SNS radica en el sensiblemente menor promedio de diagnóstico y procedimientos".
En cualquier caso, "aunque sea una realidad desenfocada", como matiza Vera, en la foto se ve que en el colectivo MUFACE se concentran las hospitalizaciones en el grupo de edad 45-64 años; que la distribución casuística entre casos médicos y quirúrgicos tiene un patrón semejante al del SNS; que, por lo que respecta a la frecuencia por categoría diagnóstica mayor, hay diferencias "más llamativas", siendo el primer grupo de enfermedades para MUFACE las de trastorno del sistema musculoesquelético y tejido conectivo, mientras que en el SNS, lo son el embarazo, parto y puerperio; y que las estancias medias, la estancia media preoperatoria, la tasa de mortalidad y la tasa de complicaciones es más baja en MUFACE que en el SNS.
En definitiva, Vera ha asegurado que se ha observado un gran avance en la remisión de los registros del CMBD y aunque la calidad de los datos no es firme, "tiene que mejorar", el volumen de altas "arroja luz a estos objetivos finales".
Por otra parte, por lo que ser refiere al concierto 2012-2015, como ha informado Vera, se mantiene la incentivación económica vinculada a los objetivos de aumentar la cobertura y mejorar la calidad de la información de los registros.
En otro orden de cosas, Marta Aguilera Guzmán, presidenta de la Sociedad Española de Directivos de Atención Primaria (SEDAP), ha abordado el tema de la búsqueda de mejoras en la coordinación entre niveles asistenciales, "el caballo de batalla entre Atención Primaria y Atención Hospitalaria desde tiempos inmemorables", como ha recordado.
En este sentido, Aguilera ha explicado cómo la realidad actual, con una población más envejecida y con un incremento de los procesos crónicos con su consecuente aumento del gasto sanitario, ha hecho que la mayoría de los países hayan establecido estrategias de integración asistencial con el fin de lograr una mayor cooperación entre ambos niveles asistenciales. Así pues, como manifestaba la presidenta de la SEDAP, los distintos sistemas han priorizado estrategias en torno a la promoción de la salud y los autocuidados; a la prevención de factores de riesgo; a la detección precoz de las patologías; y a la integración asistencial para el tratamiento y control de los procesos crónicos.
De igual modo, en España, el progresivo envejecimiento de la población se ha vinculado directamente con el incremento de la prevalencia de enfermedades crónicas con múltiples patologías, de manera que, según algunos estudios, cada persona entre 65 y 74 años tiene una media de 2,8 problemas o enfermedades crónicas, elevándose a 3,23 para las personas mayores de 75 años. Así pues, esta mayor prevalencia de enfermedades crónicas y de pluripatología repercute en una mayor utilización de los recursos sanitarios, de manera que la patología crónica origina el 80 por ciento de las consultas en AP y el 60 por ciento de los ingresos hospitalarios, con estancias medias de ingreso más prolongadas y con mayor utilización de los servicios de consulta médica, urgencias, hospitalización de día y consumo de medicamentos, lo que representa el 70 por ciento del gasto sanitario.
En este contexto, y tal y como se ha recogido en todos los documentos elaborados por la SEDAP, las CC.AA. están implementando modelos y estrategias de integración asistencial, que van desde el fomento de la gestión por procesos y gestión de casos hasta la integración de estructuras y organización (Área Única-Gestión Integrada). Así, tal y como ha señalado Aguilera, en la actualidad, sólo dos CC.AA. han implantado en modelo de Área Única; dos CC.AA. el de Gestión Integrada y tres CC.AA. tienen alguna experiencia de Gestión Integrada.
No obstante, independientemente del modelo implantado, tradicional o innovador, en todas las iniciativas que se están llevando a cabo para conseguir una buena integración en la atención de los pacientes hay elementos "clave" como el desarrollo de los sistemas de información compartida y las tecnologías de comunicación entre ambos niveles, donde la historia clínica electrónica debe ser compartida entre ambos niveles asistenciales; donde se fomenta la gestión por procesos a través de guías y vías clínicas; donde la implantación de las TICs facilita el intercambio de información entre niveles y donde se desarrollan estrategias para facilitar la coordinación con el espacio sociosanitario.
Por otra parte, la presidenta de la SEDAP ha recalcado que es necesario un cambio de cultura en la organización para alcanzar la integración asistencial, "puesto que si no se cambia la cultura, dará igual qué modelo se implante", asegura la experta.
"Es clave garantizar buenos sistemas de información y desarrollar tecnologías de comunicación para una buena integración asistencial", señala Aguilera, y añade que es necesario "invertir en TICs".
En definitiva, según Aguilera, las utilidades y usos de los sistemas de información sanitaria deben ir orientadas al ciudadano/paciente, a los profesionales asistenciales y a los gestores. De cara al primer grupo, la información clínica sobre su salud debe versar, por lo que respecta a la organización sanitaria, sobre la oferta de servicios y cartera de servicios y sobre las listas de espera, y por lo que respecta a la gestión de indicadores de calidad, sobre la calidad asistencial percibida, de manera, que la información hará que la libre elección sea una realidad.
En segundo lugar, estos sistemas de información deben cubrir las necesidades que los profesionales tienen en su quehacer diario mediante la historia clínica electrónica que permita intercambiar información entre ambos niveles asistenciales. Además, por lo que respecta a la historia, ésta debe cumplir con criterios de accesibilidad, confidencialidad, agilidad en la obtención de la información y estar actualizada permanentemente.
Por último, además de su uso clínico, los sistemas de información deben ser útiles para la toma de decisiones en los tres niveles de gestión, bien mediante su explotación a través de indicadores, bien para estudios "ad hoc", así como para la relación con otros sectores, principalmente los servicios sociales. "Un reto complejo y difícil de abordar, pero que el progresivo envejecimiento de la población hará importante su consecución", concluye Aguilera.
Además, la presidenta de los directivos de AP ha hecho hincapié en la necesidad de evaluar y medir la efectividad y la eficiencia pública para obtener indicadores de resultados y poder compararlos, para poder saber si esos modelos innovadores sirven para mejorar la integración asistencial.
Ya el la clausura del 5º Foro sobre el sistema de información del Sistema Nacional de Salud, Mercedes Alfaro Latorre, directora del Instituto de Información Sanitaria, de la Agencia de Calidad del Sistema Nacional de Salud, ha recordado que el Instituto, en colaboración con las CC.AA. está trabajando para mejorar los sistemas de información "como pilar del SNS", en base a la demanda. Por un lado, de los ciudadanos, "cada día más y mejor informados" y que exigen información más clara y oportuna, como la que tiene que ver con las listas de espera y el acceso a la información sobre su salud en cualquier momento, y de los profesiones, que cada vez están más vinculados a la gestión, asegurando Alfaro que "nadie toma más decisiones por minuto que los profesionales sanitarios, por lo tanto son fuente de datos de primer orden".
Además, la directora del Instituto de Información Sanitaria ha recordado que las administraciones sanitarias tienen que buscar la eficacia, la eficiencia y la calidad para lograr la cobertura y la protección de los ciudadanos, cada vez más exigentes.
Del mismo modo, Alfaro ha señalado que se trata de una tarea en la que están concursando todos los agentes del sistema -CC.AA., mutualidades del Estado, sociedades científicas, asociaciones de pacientes...-, "codo con codo", con realidades muy consensuadas y también con discrepancias.
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