La renta, la situación laboral y el área geográfica son también importantes determinantes de salud y medidores de la equidad
Madrid (22/11/2011) - Silvia C.Carpallo
En la jornada realizada por AES con motivo del aniversario de la Beca de Investigación en Economía de la Salud, algunos de los antiguos premiados expusieron los trabajos ganadores de la beca, que trataban cuestiones como la importancia de la enfermedad en la situación laboral, como en la utilización de los servicios sanitarios influye la renta de la población, o la importancia del área geográfica como determinante de la salud
La salud de la población no sólo tiene que ver con los servicios sanitarios, y esa es una cuestión que pese a estar consabida, no termina de tener su adecuada repercusión. La renta, la educación, o la distribución geográfica son algunos de los factores que influyen no sólo en la salud, sino también en la equidad o en las desigualdades de la misma. Sobre estos temas ha versado la primera mesa de debate de la jornada organizada para celebrar el XX aniversario de la Beca de Investigación en Economía de la Salud, organizada por la Asociación de Economía de la Salud (AES), y patrocinada por Bayer.
Pilar García, de la Erasmus University de Rotterdam, exponía en primer lugar datos que clarificaban la influencia de la renta en la salud, sobre todo en los sectores de edad de población activa, por lo que sus estudios se centraban en estudiar como la salud y la situación laboral estaban relacionados. "En casi todos los países europeos, tener una determinada salud, supone una menor probabilidad de seguir trabajando", explicaba García, refiriéndose a que el hecho de tener una enfermedad influía directamente en la situación laboral. De esta manera, tras el abandono del mercado de trabajo, la renta del individuo cae, pero en cuanto a la renta familiar, depende de si la enfermedad de uno de los miembros supone que la pareja aumente su jornada, o que también deba abandonar el empleo para convertirse en cuidador. Como conclusión, Pilar García estimaba que faltan datos sobre si estas personas vuelven a incorporarse al mercado laboral tras la enfermedad, pero según los datos observados, "la probabilidad de seguir trabajando disminuye y sigue bajando, entran en el sistema de incapacidad y no vuelven a trabajar".
La renta no sólo influye en la salud percibida, sino también en cómo utilizamos los servicios sanitarios, y esto
también puede apreciarse en España. Rosa María Urbanos, de la Universidad Autónoma de Barcelona, aportaba datos de su propia beca Bayer otorgada en 1998, en la que se demostraba que las personas de menor renta recurrían más a la Atención Primaria y a las Urgencias, mientras que las visitas de medicina especializada, por entonces en España, eran más comunes entre la población de renta más alta, aproximaciones en las que también se observaba una incidencia del nivel educacional. Estas cifras parecen no haber perdido aún del todo su vigencia, ya que en el último estudio realizado por Urbanos en esta misma área, pero destinado a observar las desigualdades en la población mayor de 50 años, se observaba que "en un entorno público-privado, la población mayor consume más intensivamente la Atención Primaria, cuando tienen una situación económica desfavorecida". Para analizar si esta situación desencadena en una desigualdad en salud, faltaría por saber si "los servicios sanitarios que se consumen son los más adecuados o no, para saber si tu utilización favorece a uno u otro grupo".
Por último, intervenía también otro de los premiados por dicha beca, Marc Sáez, de la Universidad de Girona, que en esta ocasión relacionada el área geográfica como un determinante de la salud, bajo la posible hipótesis de que en zonas de rentas más bajas, coexistían factores medioambientales como el estar rodeados de más industria, etc, lo cuál también podía influir en la salud.
La sala preguntaba a los ponentes sobre si al tener datos de cómo la renta y la situación laboral afecta a la salud, se pueden prever efectos negativos en la salud poblacional tras la crisis económica. Si bien es casi imposible tener datos cuantificables, sobre todo porque estos efectos se deben estudiar a largo plazo, si se puede prever que existan efectos negativos al asociar la salud a cuestiones como el empleo o la educación.
20 años de "la Beca Bayer"
El XX aniversario de la Beca de Investigación en Economía de la Salud, más conocida como "la beca Bayer", se celebra en un momento en el que la crisis económica impide a veces sacar toda la rentabilidad social a estos proyectos de investigación. Según Juan Oliva, presidente AES, "estamos en una época muy amarga, sin saber si la más amarga está por venir, se necesitan decisiones sensatas y responsables", aludiendo a lo importante de tomar como referencia estos trabajos de investigación. Se mostraba de acuerdo con él José María Labeaga, director general del Instituto de Estudios Fiscales, que insistía en "fomentar la investigación de los jóvenes talentos".
En esta misma línea, Félix Lobo, de la Universidad Carlos III de Madrid, explicaba que "si hay gente capaz de hacer estos trabajos, que se publican en las mejores revistas internacionales, me da confianza en este país". A lo que añadía que "tenemos muchos activos y muchas posibilidades para salir adelante, lo que tenemos son decisiones políticas que no se toman".
Pilar García, de la Erasmus University de Rotterdam, exponía en primer lugar datos que clarificaban la influencia de la renta en la salud, sobre todo en los sectores de edad de población activa, por lo que sus estudios se centraban en estudiar como la salud y la situación laboral estaban relacionados. "En casi todos los países europeos, tener una determinada salud, supone una menor probabilidad de seguir trabajando", explicaba García, refiriéndose a que el hecho de tener una enfermedad influía directamente en la situación laboral. De esta manera, tras el abandono del mercado de trabajo, la renta del individuo cae, pero en cuanto a la renta familiar, depende de si la enfermedad de uno de los miembros supone que la pareja aumente su jornada, o que también deba abandonar el empleo para convertirse en cuidador. Como conclusión, Pilar García estimaba que faltan datos sobre si estas personas vuelven a incorporarse al mercado laboral tras la enfermedad, pero según los datos observados, "la probabilidad de seguir trabajando disminuye y sigue bajando, entran en el sistema de incapacidad y no vuelven a trabajar".
La renta no sólo influye en la salud percibida, sino también en cómo utilizamos los servicios sanitarios, y esto
también puede apreciarse en España. Rosa María Urbanos, de la Universidad Autónoma de Barcelona, aportaba datos de su propia beca Bayer otorgada en 1998, en la que se demostraba que las personas de menor renta recurrían más a la Atención Primaria y a las Urgencias, mientras que las visitas de medicina especializada, por entonces en España, eran más comunes entre la población de renta más alta, aproximaciones en las que también se observaba una incidencia del nivel educacional. Estas cifras parecen no haber perdido aún del todo su vigencia, ya que en el último estudio realizado por Urbanos en esta misma área, pero destinado a observar las desigualdades en la población mayor de 50 años, se observaba que "en un entorno público-privado, la población mayor consume más intensivamente la Atención Primaria, cuando tienen una situación económica desfavorecida". Para analizar si esta situación desencadena en una desigualdad en salud, faltaría por saber si "los servicios sanitarios que se consumen son los más adecuados o no, para saber si tu utilización favorece a uno u otro grupo".
Por último, intervenía también otro de los premiados por dicha beca, Marc Sáez, de la Universidad de Girona, que en esta ocasión relacionada el área geográfica como un determinante de la salud, bajo la posible hipótesis de que en zonas de rentas más bajas, coexistían factores medioambientales como el estar rodeados de más industria, etc, lo cuál también podía influir en la salud.
La sala preguntaba a los ponentes sobre si al tener datos de cómo la renta y la situación laboral afecta a la salud, se pueden prever efectos negativos en la salud poblacional tras la crisis económica. Si bien es casi imposible tener datos cuantificables, sobre todo porque estos efectos se deben estudiar a largo plazo, si se puede prever que existan efectos negativos al asociar la salud a cuestiones como el empleo o la educación.
20 años de "la Beca Bayer"
El XX aniversario de la Beca de Investigación en Economía de la Salud, más conocida como "la beca Bayer", se celebra en un momento en el que la crisis económica impide a veces sacar toda la rentabilidad social a estos proyectos de investigación. Según Juan Oliva, presidente AES, "estamos en una época muy amarga, sin saber si la más amarga está por venir, se necesitan decisiones sensatas y responsables", aludiendo a lo importante de tomar como referencia estos trabajos de investigación. Se mostraba de acuerdo con él José María Labeaga, director general del Instituto de Estudios Fiscales, que insistía en "fomentar la investigación de los jóvenes talentos".
En esta misma línea, Félix Lobo, de la Universidad Carlos III de Madrid, explicaba que "si hay gente capaz de hacer estos trabajos, que se publican en las mejores revistas internacionales, me da confianza en este país". A lo que añadía que "tenemos muchos activos y muchas posibilidades para salir adelante, lo que tenemos son decisiones políticas que no se toman".
No hay comentarios:
Publicar un comentario