ECHÁNIZ, CONSEJERO DE CASTILLA-LA MANCHA
"Las decisiones deben tomarse usando sólo criterios técnicos, no políticos"
José Ignacio Echániz está lidiando con un final de 2011 sin presupuesto, con deudas y con una alto nivel de impagos, principalmente a las farmacias. Ante este panorama, quiere dedicar su esfuerzo al frente de la Consejería de Sanidad de Castilla-La Mancha a mejorar la eficiencia, ajustar el gasto y practicar una política basada en la evidencia.
Rosalía Sierra | 18/11/2011 00:00
Entrevista
Dejó el sector sanitario tras ser consejero de Sanidad en la Comunidad de Madrid durante el turbulento proceso transferencial, y ha vuelto a él para enfrentarse a un reto, si cabe, aún mayor: dirigir una Consejería de Sanidad de Castilla-La Mancha marcada por la crisis y con la deuda al cuello.
-¿Seguirá su región la estela de otras en lo que a reducción del presupuesto sanitario se refiere?
-Tenemos una alta dependencia de los Presupuestos Generales del Estado. Como no se han prorrogado los de 2011 y el Gobierno ha tirado la toalla en cuanto a hacer unos nuevos, no hemos podido pintar aún un proyecto aproximado para 2012. No obstante, el PIB no aumentará, así que, aunque sanidad gane peso, no ganará dinero. No creo que dispongamos de presupuestos incrementales durante los próximos años.
- "No vamos a disponer de presupuestos incrementales durante los próximos años. El PIB, previsiblemente, no crecerá, por lo que no habrá más dinero"
-Hemos heredado una deuda de más de 1.600 millones de euros y una situación de impago muy importante. Por ello, ahora tenemos el compromiso no sólo de gestionar los servicios que presta el departamento, sino también de limpiar las deudas. Además, a 30 de junio estaba consumido el 86 por ciento del presupuesto del año. Debemos buscar durante los próximos años todos los márgenes posibles de austeridad y ahorro.
-¿Qué papel jugarán los profesionales?
-Queremos contar con la colaboración de todos. Cada microdecisión de un profesional tiene márgenes de posible ahorro, por lo que todos debemos ser cuidadosos.
-¿Bastará con ahorrar o es necesario inyectar más dinero?
-Un país puede disponer de los servicios públicos que permiten sus impuestos, y ya no se puede pedir más ni a los ciudadanos ni a las empresas, porque eso sólo serviría para generar más desempleo. De hecho, necesitamos justo lo contrario: que haya más personas trabajando porque ellos son los que aportan ingresos vía impuestos. Las mejoras en sanidad no vendrán de más presupuesto, sino de mejorar la gestión de los recursos.
-¿Y eso cómo se logra?
-Haciendo sólo lo que hay que hacer, mejorando la eficiencia y eliminando las indicaciones innecesarias. Y, por encima de todo, basar la toma de decisiones en criterios técnicos, no políticos. No hacerlo así ha generado graves problemas a la sanidad castellanomanchega.
-¿Se recortarán servicios o prestaciones?
-Recortar es quitar lo necesario, y eso no lo haremos. Lo que sí debemos hacer es cuestionar desde el punto de vista técnico los recursos e infraestructuras que tenemos. Por ejemplo, replanteando el proyecto del Hospital de Toledo o dejando de construir más centros de atención primaria ante la ralentización en la llegada de inmigrantes, principal causa del incremento poblacional durante los últimos años.
-¿Qué ocurrirá con la atención a la dependencia?
-Ahora tenemos una situación de falta de equidad porque cada autonomía ha desarrollado la ley a su manera. Además, el ministerio nos adeuda tres meses, y ha dejado de aportar una parte importante de aquello a lo que está comprometido por ley, que es la mitad del total; hasta ahora, sólo aporta un tercio.Es preciso reformar el sistema, y la principal reforma tiene que venir del ministerio.
-¿También en lo sanitario?
-Sí. Necesitamos un ministro que conozca la sanidad y un ministerio competente que pueda extraer del Sistema Nacional de Salud todo lo que tiene. Hay mucho conocimiento que debe explotarse por la vía de una buena coordinación entre autonomías. En este sentido, uno de mis primeros trabajos será llegar a acuerdos con los consejeros de regiones limítrofes para que desaparezcan las fronteras sanitarias autonómicas.
Por ejemplo, sería una buena idea impulsar la compra centralizada entre comunidades autónomas e incluso en todo el ámbito nacional.
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