No hay un único culpable para la mala salud de los españoles
Madrid (25/11/2011) - Ainhoa Iriberri
• Los datos del INE no dejan lugar a duda. Aunque España tiene una esperanza de vida muy alta (81,4 años, sólo superada por Japón y Suiza), las cosas cambian si hablamos de calidad de vida. Los varones sólo disfrutan de 57,3 de buena salud y las mujeres, aún viviendo más, sólo de 53,4 años
• Se ha puesto de manifiesto en una conferencia organizada por las Fundaciones Gaspar Casal y Ramón Areces
Las enfermedades crónicas, como sucede en el resto de países desarrollados, mellan el bienestar de los españoles pero, como quedó de manifiesto en una conferencia organizada por las Fundaciones Gaspar Casal y Ramón Areces, no hay un solo culpable para esta situación, en la que están involucrados factores biológicos, medioambientales, el estilo de vida y el sistema sanitario.
Como recordó el catedrático y director del Departamento de Medicina Preventiva y Salud Pública de la Universidad Autónoma de Madrid, Fernando Rodríguez–Artalejo, hasta mediados del siglo pasado se asumía que la mala salud se debía sólo al último factor, es decir, que si había médicos nada malo podía pasar.
Las tesis del ministro de Sanidad canadiense Marc Lalonde, que en 1974 revolucionó la salud pública y la epidemiología dividiendo en estas cuatro causas las razones de la salud de la sociedad, han quedado ya superadas porque, como explicó Rodríguez-Artalejo "la clasificación a veces no es mutuamente excluyente".
Como ejemplo, el catedrático habló del tabaco, una de las mayores causas prevenibles de enfermedades crónicas, que puede entrar dentro del estilo de vida, ser un factor medioambiental, estar relacionado con la biología (porque se sabe que hay factores físicos que predisponen a la adicción) y también englobarse en los factores asociados al sistema sanitario, porque es éste el que se encarga del tratamiento de los fumadores.
En la jornada quedó claro que la Medicina que se practica en la actualidad es reactiva en vez de preventiva, como destacó el director del Laboratorio de Nutrición y Genética de la Universidad de Tufts, José María Ordovás.
Pero las cosas pueden cambiar y pueden hacerlo precisamente con soluciones en los cuatro ámbitos en los que erróneamente Lalonde dividió las causas de la mala salud.
Así, con respecto a los factores biológicos, Ordovás habló del futuro que nos deparará el conocimiento del genoma que, a su juicio, como mucho podría explicar "el 50 por ciento de los problemas de salud". El experto afirmó que "todos nacemos con un riesgo inicial basado en nuestro genoma, para luego experimentar una progresión preclínica y acabar enfermando según cumplimos años".
La Medicina del futuro, también llamada de las cuatro P (predictiva, personaliza, participativa y preventiva) cambiará las cosas, porque con el estudio del genoma (cuyo precio podría llegar pronto a los 1.000 euros, frente a los millones que costaba cuando se desarrolló la técnica), se podrán ver los genes asociados a la obesidad, la diabetes y otras causas importantes de morbimortalidad en la actualidad.
Saberlo ahora, reflexionó Ordovás, podría no servir de nada pero ¿qué pasará cuando se conozca antes de que se produzca? Pues que se podrá intervenir (de ahí las pes de preventiva y personalizada). De hecho, el experto comentó que esto ya es una realidad en genes asociados a la obesidad. Se ha visto que los individuos que expresan ciertas mutaciones son mucho más sensibles a las dietas que los que no lo hacen. También se está observando que los genes "tienen hora" y que algunas personas con mutaciones en el llamado gen reloj, engordan o adelgazan según la hora en la que ingieran los alimentos.
Sin embargo, Ordovás tenía clara su conclusión: "No hay soluciones únicas".
El coordinador del Área de Ambiente y Salud del Centro Superior de Investigación en Salud Pública de la Generalitat de Valencia, Ferrán Ballester, habló por su parte, de todo lo que se podría hacer para prevenir las enfermedades asociadas a factores ambientales prevenibles, 'culpables' del 14 por ciento de las muertes en España.
Ballester mencionó estudios que demuestran que medidas para reducir simplemente la contaminación ambiental tiene un impacto directo directamente en la supervivencia y que actualmente se están haciendo estudios sobre la influencia de estos factores en la infancia, que podrán desvelar aún más cómo prevenir su impacto en la salud.
El Dr. Rodríguez-Artalejo, por su parte, destacó los cuatro estilos de vida que más negativamente impactan en la salud, que son el tabaco, el abuso de alcohol, la dieta inadecuada y la inactividad física. Para este especialista, fallan las fórmulas para, desde los Gobiernos, intervenir en contra de estas costumbres. "El debate de los principios puede dificultar los acuerdos", advirtió, añadiendo que las leyes populares suelen ser ineficaces y las impopulares, lo contrario". En presencia del exsecretario de Estado de Sanidad, José Martínez Olmos, el catedrático se lamentó, por ejemplo, de cómo no se había conseguido sacar adelante la famosa Ley del Alcohol, que no logró salir adelante por falta de consenso.
El último punto de la conferencia, referido al impacto de las políticas sanitarias en la salud, fue expuesto por un gran experto en la materia, el decano de la Facultad de Ciencias Económicas y Empresariales de la Universidad Pompeu Fabra de Barcelona, Vicente Ortún, que habló de la efectividad de la gestión sanitaria, como clave para conseguir su máximo impacto positivo en el bienestar de los españoles.
Como recordó el catedrático y director del Departamento de Medicina Preventiva y Salud Pública de la Universidad Autónoma de Madrid, Fernando Rodríguez–Artalejo, hasta mediados del siglo pasado se asumía que la mala salud se debía sólo al último factor, es decir, que si había médicos nada malo podía pasar.
Las tesis del ministro de Sanidad canadiense Marc Lalonde, que en 1974 revolucionó la salud pública y la epidemiología dividiendo en estas cuatro causas las razones de la salud de la sociedad, han quedado ya superadas porque, como explicó Rodríguez-Artalejo "la clasificación a veces no es mutuamente excluyente".
Como ejemplo, el catedrático habló del tabaco, una de las mayores causas prevenibles de enfermedades crónicas, que puede entrar dentro del estilo de vida, ser un factor medioambiental, estar relacionado con la biología (porque se sabe que hay factores físicos que predisponen a la adicción) y también englobarse en los factores asociados al sistema sanitario, porque es éste el que se encarga del tratamiento de los fumadores.
En la jornada quedó claro que la Medicina que se practica en la actualidad es reactiva en vez de preventiva, como destacó el director del Laboratorio de Nutrición y Genética de la Universidad de Tufts, José María Ordovás.
Pero las cosas pueden cambiar y pueden hacerlo precisamente con soluciones en los cuatro ámbitos en los que erróneamente Lalonde dividió las causas de la mala salud.
Así, con respecto a los factores biológicos, Ordovás habló del futuro que nos deparará el conocimiento del genoma que, a su juicio, como mucho podría explicar "el 50 por ciento de los problemas de salud". El experto afirmó que "todos nacemos con un riesgo inicial basado en nuestro genoma, para luego experimentar una progresión preclínica y acabar enfermando según cumplimos años".
La Medicina del futuro, también llamada de las cuatro P (predictiva, personaliza, participativa y preventiva) cambiará las cosas, porque con el estudio del genoma (cuyo precio podría llegar pronto a los 1.000 euros, frente a los millones que costaba cuando se desarrolló la técnica), se podrán ver los genes asociados a la obesidad, la diabetes y otras causas importantes de morbimortalidad en la actualidad.
Saberlo ahora, reflexionó Ordovás, podría no servir de nada pero ¿qué pasará cuando se conozca antes de que se produzca? Pues que se podrá intervenir (de ahí las pes de preventiva y personalizada). De hecho, el experto comentó que esto ya es una realidad en genes asociados a la obesidad. Se ha visto que los individuos que expresan ciertas mutaciones son mucho más sensibles a las dietas que los que no lo hacen. También se está observando que los genes "tienen hora" y que algunas personas con mutaciones en el llamado gen reloj, engordan o adelgazan según la hora en la que ingieran los alimentos.
Sin embargo, Ordovás tenía clara su conclusión: "No hay soluciones únicas".
El coordinador del Área de Ambiente y Salud del Centro Superior de Investigación en Salud Pública de la Generalitat de Valencia, Ferrán Ballester, habló por su parte, de todo lo que se podría hacer para prevenir las enfermedades asociadas a factores ambientales prevenibles, 'culpables' del 14 por ciento de las muertes en España.
Ballester mencionó estudios que demuestran que medidas para reducir simplemente la contaminación ambiental tiene un impacto directo directamente en la supervivencia y que actualmente se están haciendo estudios sobre la influencia de estos factores en la infancia, que podrán desvelar aún más cómo prevenir su impacto en la salud.
El Dr. Rodríguez-Artalejo, por su parte, destacó los cuatro estilos de vida que más negativamente impactan en la salud, que son el tabaco, el abuso de alcohol, la dieta inadecuada y la inactividad física. Para este especialista, fallan las fórmulas para, desde los Gobiernos, intervenir en contra de estas costumbres. "El debate de los principios puede dificultar los acuerdos", advirtió, añadiendo que las leyes populares suelen ser ineficaces y las impopulares, lo contrario". En presencia del exsecretario de Estado de Sanidad, José Martínez Olmos, el catedrático se lamentó, por ejemplo, de cómo no se había conseguido sacar adelante la famosa Ley del Alcohol, que no logró salir adelante por falta de consenso.
El último punto de la conferencia, referido al impacto de las políticas sanitarias en la salud, fue expuesto por un gran experto en la materia, el decano de la Facultad de Ciencias Económicas y Empresariales de la Universidad Pompeu Fabra de Barcelona, Vicente Ortún, que habló de la efectividad de la gestión sanitaria, como clave para conseguir su máximo impacto positivo en el bienestar de los españoles.
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