lunes, 21 de noviembre de 2011

Nuevos pacientes, nueva medicina | Noticias | elmundo.es

PROGRAMA | Integración a través de la salud

Nuevos pacientes, nueva medicina

Integrantes del programa 'Nuevos ciudadanos, nuevos pacientes'. | HRC Integrantes del programa 'Nuevos ciudadanos, nuevos pacientes'. | HRC
  • Europa premia el programa 'Nuevos ciudadanos, nuevos pacientes'
  • Es una iniciativa que promueve la salud del inmigrante de forma integral

Bárbara Navaza, Christine Klein y Nuria Carrillo llevan bata blanca, trabajan a diario con pacientes y saben mucho de VIH, tuberculosis o hepatitis, pero no son médicos. Su labor consiste en promover la salud y acercar el sistema sanitario a quienes, a menudo, más lejos lo tienen: los inmigrantes.

Estas mediadoras culturales e intérpretes forman parte del programa 'Nuevos ciudadanos, nuevos pacientes' que en 2007 nació en el Hospital Ramón y Cajal de Madrid y hoy da cobertura a centros de toda España.

El modelo, en el que también participan médicos, enfermeros o psicólogos, acaba de recibir un reconocimiento por parte del Instituto Europeo de Administraciones Públicas (un organismo respaldado por la UE) por su gestión integral de la asistencia sanitaria a los inmigrantes.

"No sólo se trata de proporcionar cobertura médica, sino de hacer educación para la salud, de llegar a los grupos más vulnerables", subrayan estas jóvenes preparadas para derribar las barreras del miedo y los mitos que a menudo acompañan al paciente hasta la consulta médica.

"En muchas ocasiones hay un gran desconocimiento del sistema sanitario", apuntan. Por eso, además de la asistencia 'in situ' en hospitales y centros de salud, el programa también organiza periódicamente charlas y seminarios en ONG, centros de acogida, centros de internamiento y otros organismos.

 

Experiencia

Abdou Karim es un ejemplo de que este 'boca a boca' funciona. Este joven senegalés conoció la iniciativa a través de una de las ONG con las que habitualmente colabora el programa y, mientras espera su turno para una revisión en el Ramón y Cajal, sólo tiene buenas palabras para el servicio.

No sólo le han tratado de las molestias que sufría en el pecho y estómago, señala, sino que también le han hecho un chequeo general para descartar la presencia de cualquier otro problema que pudiera permanecer 'escondido' en su organismo. "Han tenido muy en cuenta su idiosincrasia y cuál había sido su historia hasta llegar aquí", comenta Verónica, su pareja, que le ha acompañado a la consulta.

Según explica Rogelio López-Vélez, jefe del servicio de Medicina Tropical del Hospital Ramón y Cajal de Madrid y 'padre' de la iniciativa, este repaso al periplo recorrido por el inmigrante en el pasado es fundamental para detectar posibles enfermedades silentes.

"En general", subraya este especialista, "el perfil del inmigrante es el de una persona sana y fuerte", si bien es cierto que, a causa de las diferencias socio-económicas entre países (en muchas naciones, por ejemplo, no existe el calendario vacunal), hay determinadas enfermedades, como la hepatitis B o la rubeola, que tienen mayor impacto en la población inmigrante.

Además, estos pacientes también pueden sufrir enfermedades 'desconocidas' hasta hace poco en España, como el Chagas, que es endémico en América Latina y puede permanecer 'escondido' y sin dar síntomas durante décadas.

Compaginar la atención sanitaria con la educación y la promoción de la salud, subraya López-Vélez, permite 'destapar' estos problemas 'silenciosos' y reducir riesgos futuros. "Nuestro objetivo, en definitiva, es conseguir la integración a través de la salud", resume este especialista, que lleva más de 20 años practicando 'medicina humanitaria'.

 

Servicios

Hoy en día, el programa hace posible que el paciente inmigrante pueda recibir el apoyo de un intérprete o mediador cultura en más de 35 idiomas en toda la Comunidad de Madrid. Además, ha puesto en marcha proyectos en centros de salud, para difundir el conocimiento y la realización de pruebas rápidas de VIH, entre otras enfermedades.

Pero sus gestores temen que la crisis merme sus capacidades. "Dependemos de subvenciones y necesitamos muchos apoyos, por lo que hacemos un llamamiento al mecenazgo", comenta López-Vélez, quien, con todo, alaba el apoyo recibido tanto por parte del Ministerio de Sanidad como de la Comunidad de Madrid.

Antes de acabar la jornada, Nuria, Christine y Bárbara repasan la agenda para el día siguiente. Entre las tres manejan más de 10 idiomas y están especializadas en la mediación con diferentes culturas, pero saben que cada día pueden encontrarse con un obstáculo diferente, por lo que es importante estar siempre actualizando sus conocimientos y destrezas psicológicas.

Christine asegura que no olvidará el día en que no pudo convencer a una mujer subsahariana embarazada e infectada con el VIH de la importancia de que tomase el tratamiento para evitar que su hijo naciese con el virus. "Creía que el sida era un invento y no pudimos hacer que cambiara de opinión", recuerda. Afortunadamente, en la mayoría de las ocasiones, su labor sí surte efecto y miedos habituales, como pensar que un análisis de sangre sólo servirá para provocar debilidad, se disipan con un poco de información.
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