CONCERTADOS CONTRA EL ICS
Sentido común
por Helena Ris. Directora general de la Unión Catalana de Hospitales. | 11/11/2011 00:00
Más rápidas que los neutrinos corren las noticias sobre la respuesta de los profesionales del Instituto Catalán de la Salud (ICS) y de los responsables de colegios profesionales que rechazan las medidas de ajuste del Departamento de Salud. La alarma social que generan algunas de las manifestaciones puede tener su punto de certeza si es la fría estadística interesada la que las avala; pero si se contextualizan son, a todas luces, poco realistas y desafortunadas. En Cataluña la prestación de servicios sanitarios se efectúa a través de los centros del ICS (antigua Seguridad Social) y de los concertados de diversa titularidad jurídica. Todos se han visto afectados y han hecho esfuerzos para adaptarse a las medidas de ajuste de Salud. Las reacciones no han sido homogéneas.
En el sector concertado, en el marco de la Consejería de Empresa y Ocupación, las patronales Unión Catalana de Hospitales, Capss y ACES intentaron llegar a un pacto con los sindicatos para mantener la ocupación, adaptando transitoriamente (2011/2012) la retribución variable y la organización de la jornada laboral y promoviendo el consenso y la transparencia en los centros mediante comisiones ad-hoc con facultativos y enfermería. Los departamentos de Economía y Conocimiento, Salud y Gobernación de la Generalitat de Cataluña expresaron la voluntad de avalar los compromisos que se adquirieran; las cúpulas sindicales rechazaron el acuerdo. A pesar de esto, los concertados siguieron negociaciones particulares en las líneas mencionadas, y en un 95 por ciento de casos se ha llegado a pactos de empresa. Sentido común, solidaridad y generosidad por encima de intereses tácticos sindicales o corporativismos.
Es preciso un esfuerzo para hacer lo mismo con menos recursos o, quizá, dejar de hacer algunas cosas no estrictamente necesarias. O hacerlas de diferente modo, afectando lo menos posible a la calidad de la asistencia. Esta eficiencia representa mantener los objetivos cualitativos con el menor uso de recursos.
El sector concertado ha encarado la realidad con diferentes actuaciones, como una dolorosa adaptación de las condiciones laborales. Dolorosa porque 45.000 médicos, enfermeras y otros profesionales, es decir, la mitad del personal del sector sanitario, ha contribuido con un gran esfuerzo personal a este ajuste. Las condiciones de su convenio son las de 2008; se ha congelado el incremento vinculado al IPC de los últimos tres años; se les ha bajado el sueldo un 5 por ciento el año pasado; han renunciado al complemento de la retribución variable en función de objetivos; han asumido reordenaciones de la jornada ordinaria y de módulos de guardias, y sufren la restricción drástica de las sustituciones. Estos son los grandes esfuerzos que se les ha pedido, y que estan haciendo, los profesionales del sector concertado.
En el caso del ICS, es difícil entender que, pese a tener unas garantías estatutarias de estabilidad contractual y mejoras sociales en comparación con el sector sanitario concertado, se hagan determinadas declaraciones como las que podemos leer (se celebran asambleas que proponen hacer huelga, pero ¿las huelgas en el sector sanitario protegen la calidad?).
La realidad es compleja, también en los centros sanitarios. y escondiéndola nos engañaríamos. Por eso es necesario continuar diciendo las cosas con la claridad y sinceridad características de las profesiones sanitarias. Sólo una minoría interesada, aprovechándose de la coyuntura, intenta proyectar desencanto y discordia en el sector. En la Unión Catalana de Hospitales creemos que hay que sumar esfuerzos para minimizar dificultades, superar esquemas organizativos (como los de la antigua Seguridad Social), desterrar demagogias y apriorismos caducos, y usar la inteligencia como medicina reparadora.
Sentido común - DiarioMedico.com
En el sector concertado, en el marco de la Consejería de Empresa y Ocupación, las patronales Unión Catalana de Hospitales, Capss y ACES intentaron llegar a un pacto con los sindicatos para mantener la ocupación, adaptando transitoriamente (2011/2012) la retribución variable y la organización de la jornada laboral y promoviendo el consenso y la transparencia en los centros mediante comisiones ad-hoc con facultativos y enfermería. Los departamentos de Economía y Conocimiento, Salud y Gobernación de la Generalitat de Cataluña expresaron la voluntad de avalar los compromisos que se adquirieran; las cúpulas sindicales rechazaron el acuerdo. A pesar de esto, los concertados siguieron negociaciones particulares en las líneas mencionadas, y en un 95 por ciento de casos se ha llegado a pactos de empresa. Sentido común, solidaridad y generosidad por encima de intereses tácticos sindicales o corporativismos.
Es preciso un esfuerzo para hacer lo mismo con menos recursos o, quizá, dejar de hacer algunas cosas no estrictamente necesarias. O hacerlas de diferente modo, afectando lo menos posible a la calidad de la asistencia. Esta eficiencia representa mantener los objetivos cualitativos con el menor uso de recursos.
- Hay que sumar esfuerzos, restar dificultades y superar viejos esquemas, demagogias y apriorismos
El sector concertado ha encarado la realidad con diferentes actuaciones, como una dolorosa adaptación de las condiciones laborales. Dolorosa porque 45.000 médicos, enfermeras y otros profesionales, es decir, la mitad del personal del sector sanitario, ha contribuido con un gran esfuerzo personal a este ajuste. Las condiciones de su convenio son las de 2008; se ha congelado el incremento vinculado al IPC de los últimos tres años; se les ha bajado el sueldo un 5 por ciento el año pasado; han renunciado al complemento de la retribución variable en función de objetivos; han asumido reordenaciones de la jornada ordinaria y de módulos de guardias, y sufren la restricción drástica de las sustituciones. Estos son los grandes esfuerzos que se les ha pedido, y que estan haciendo, los profesionales del sector concertado.
En el caso del ICS, es difícil entender que, pese a tener unas garantías estatutarias de estabilidad contractual y mejoras sociales en comparación con el sector sanitario concertado, se hagan determinadas declaraciones como las que podemos leer (se celebran asambleas que proponen hacer huelga, pero ¿las huelgas en el sector sanitario protegen la calidad?).
La realidad es compleja, también en los centros sanitarios. y escondiéndola nos engañaríamos. Por eso es necesario continuar diciendo las cosas con la claridad y sinceridad características de las profesiones sanitarias. Sólo una minoría interesada, aprovechándose de la coyuntura, intenta proyectar desencanto y discordia en el sector. En la Unión Catalana de Hospitales creemos que hay que sumar esfuerzos para minimizar dificultades, superar esquemas organizativos (como los de la antigua Seguridad Social), desterrar demagogias y apriorismos caducos, y usar la inteligencia como medicina reparadora.
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