Un mínimo estatal para máximos autonómicos

Diez presidentes de sociedades científicas han explicado qué propuestas ven fundamentales para mejorar la situación de la sanidad española; Equidad, recionalización y eficiencia son palabras recurrentes, igual que lo es la relación ministerio-autonomías.

José A. Plaza | 04/11/2011 00:00

Las sociedades científicas piden de cara al 20-N

(GETTY IMAGES)

Diez sociedades científicas, diez presidentes, muchas peticiones. Es una cifra redonda para sacar conclusiones y está claro que hay coincidencias que pueden resumirse en una frase: más equidad y menos recortes en un sistema sanitario público liderado por el ministerio de Sanidad.

Según Josep Basora, presidente de Semfyc, la palabra clave es planificación: "El ministerio debe ejercer su labor sabiendo que centralizar en exceso es un error. Hay que fomentar estrategias con las regiones". Dos aspectos llaman su atención: cronicidad y dependencia, que requieren de un abordaje inmediato. Además, pide cambiar un SNS fragmentado y poco eficaz, crear una Agencia Nacional de Evaluación, una mayor inversión en primaria y fomentar la confianza en las sociedades científicas como gestoras del conocimiento.
La primera palabra que pronuncia Juan Jesús Cruz, presidente de la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM), es equidad, a la que sigue eficiencia. A su juicio todo depende de ellas, como un sistema de atención a crónicos sin trabas interautonómicas. ¿Su máxima? No recortar en sanidad.

Juan Ruiz, presidente de la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica (Separ) cree que "hay que ser valiente para garantizar la inversión en sanidad y garantizar ciertos presupuestos". Fomentar estrategias nacionales para las enfermedades más prevalentes y no olvidar el tabaquismo son dos de sus propuestas, que se enmarcan en una idea global: "Para salir de la crisis hay que mantener la inversión en investigación".
La Sociedad Española de Patología Digestiva (SEPG) quiere mantener un SNS público, universal y gratuito. Juan Enrique Domínguez, su presidente, ve necesario "estudiar nuevas formas de gestión del ahorro para no recortar sueldos ni prestaciones". La implicación del profesional en la gestión del conocimiento y de los recursos es fundamental, porque "se malgasta dinero en sanidad y, además, se recorta en sitios equivocados".

También habla de gestión Vicente Bertomeu, presidente de la Sociedad Española de Cardiología (SEC), que ve imprescindible "modificar la contratación de profesionales y la selección de personal". De nuevo, pone sobre la mesa la equidad y se suma a la petición de la participación profesional en la toma de decisiones.
Cambio. Sobre este concepto, Serafín Málaga, presidente de la Asociación Española de Pediatría (AEP), pretende mantener un SNS esencialmente público. Para ello "hay que regularizar las carteras de servicios y establecer unos mínimos para que, luego, cada autonomía cree sus máximos", y saber que el SNS "tiene unos límites que hay que conocer y aceptar". Invertir en prevención infantil y "no ser tan cicatero al reconocer especialidades pediátricas" completan su lista de peticiones.

El Ministerio de Sanidad es el blanco elegido por Javier García Alegría, presidente de la Sociedad Española de Medicina Interna (SEMI): "Debe tener el peso político que merece para hacer sostenible el SNS, y saber coordinar". Junto al Consejo Interterritorial tiene que armonizar las múltiples estrategias sanitarias y liderar una estrategia de crónicos y un "verdadero desarrollo de la LOPS". Un tema que también toca Álvaro Pascual, presidente de la Sociedad Española de Enfermedades Infecciosas y Microbiología Clínica (Seimc), para quien si el nuevo Gobierno sigue con la LOPS "debe respetar las reglas del juego y hacer troncos en los que las especialidades estén cómodas: Microbiología no quiere estar en Laboratorio Clínico". De forma más global, ha pedido que el gasto sanitario, en relación con el PIB, "sea igual al de los países con los que nos comparan nuestros políticos", y ha hecho mención a un clásico: que el profesional esté más implicado en la gestión.

¿Cuál es la mejor solución ante la crisis? Más que el intelecto, la imaginación. Con esta frase de Albert Einstein, Pedro Gil, presidente de la Sociedad Española de Geriatría y Gerontología (SEGG), sugiere un modelo en el que la racionalización del gasto permita mantener estándares de calidad. Alude a la dupla Ministerio-autonomías, en la línea de sus colegas, y renueva la petición de "mínimos estatales para crear máximos autonómicos".

Eduardo Úcar, presidente de la Sociedad Española de Reumatología (SER), juega con un póker de peticiones: libertad de prescripción; investigación en hospitales; formación continuada con presencia de becas, y presencia de especialistas en la universidad. En definitiva, muchas opiniones para un fin común: salvar la sanidad.

En tres ideas

- El Ministerio debe poner un listón que deje libertad a las regiones.
- El profesional ha de tener más capacidad de gestión y dicisión.
- Ante la crisis, eficiencia y racionalización sin tocar las prestaciones.

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