un problema con carácter de epidemia
Unir fuerzas públicas y privadas es clave para frenar la obesidad
Combinar fuerzas entre los sistemas sanitarios públicos con entidades especializadas en el abordaje y lucha contra la obesidad puede ser una herramienta útil y eficaz contra la epidemia de sobrepeso y para reducir los gastos económicos derivados de su presencia.
Enrique Mezquita. Valencia | 23/11/2011 00:00
El sobrepeso y la obesidad en los países desarrollados se ha convertido en una problema con carácter de epidemia y, por tanto, es necesario aplicar todos los recursos disponibles para minimizar su impacto médico, social y económico. La colaboración de los sistemas sanitarios públicos con organismos o instituciones especializadas en su abordaje puede ser una herramienta eficaz, según ha expuesto a DM Gillian Merron, exministra de Sanidad del Gobierno del Reino Unido (2009-2010).
Según Merron, que ha participado en la jornada Lideramos la vida: Mujer y Salud en el Siglo XXI, organizada por la Fundación de la Educación para la Salud, la Confederación Española de Consumidores y Usuarios, la Asociación Nacional de Informadores de la Salud y Entulínea de Weight Watchers (organización dedicada a ayudar a alcanzar y mantener un peso sano educando en hábitos saludables), en Valencia, "el papel que pueden jugar los gobiernos y la sanidad pública en este problema es muy importante", existen otras razones de mayor relevancia en el tratamiento del problema. "En primer lugar, hablamos de mejorar la salud, la autoestima y el bienestar de las personas, pero también de evitar problemas crónicos como la diabetes o las enfermedades cardiovasculares, sin olvidar que eso tiene un impacto en las familias y las sociedades".
En esta línea, Merron ha hecho especial hincapié en otro factor clave: "Las razones económicas per se ya tienen bastante peso: por ejemplo, el Ministerio de Sanidad español prevé que el coste de la sanidad relacionada con la obesidad asciende a 5.000 millones de euros anuales. La situación en el Reino Unido -que presenta la tasa de obesidad más alta de Europa- es similar y se estima que el coste directo -4.500 millones de euros anuales- se multiplique por dos en el año 2050 si no hacemos nada. Y el coste por enfermedades relacionadas con la obesidad asciende ahora a 18.500 millones de euros al año y podría llegar a 58.000 millones en esa fecha. Pero además hay otros costes, como las bajas por enfermedad, que se podrían evitar. Obviamente ningún gobierno quiere ni puede asumir estos costes".
Posibles soluciones
El primer paso para resolverlo es que "los gobiernos reconozcan el reto al que se enfrentan, centrado en que la obesidad tiene unas proporciones de epidemia, y reaccionen ante él". Es necesario buscar y aprovechar formas efectivas de gestionar este problema.
Desde hace cinco años el sistema sanitario público del Reino Unido ofrece a sus pacientes la posibilidad de participar en el programa de pérdida de peso de Weight Watchers, centrado en conseguir cambios de hábitos a largo plazo, interiorizar la alimentación saludable y el ejercicio físico y el apoyo grupal, entendido como "un complemento a lo que oferta la sanidad pública. La pérdida de peso y el mantenimiento no es algo fácil y no existen píldoras, recetas o programas mágicos para hacerlo. Por ello, es necesario dar información, ayudar a las personas a que cambien sus hábitos y que exista un apoyo grupal en el proceso".
En este sentido, los médicos del sistema público no siempre tienen el tiempo "o la experiencia para acompañar a una persona en el proceso de pérdida de peso. Y aunque lo tengan no pueden brindar un aspecto clave: ese apoyo grupal". Por tanto, se trata de que cuenten con una herramienta más para ayudar a sus pacientes. "Es una opción voluntaria y en ningún caso se trata de privatizar un servicio".
Evidencias de eficacia
Los resultados de esa colaboración y de la experiencia británica avalan esta línea. "Un estudio publicado en The Lancet ha mostrado que las herramientas que tiene la sanidad pública para ayudar en la gestión del peso no son efectivas, además de señalar que las que la ponen en colaboración con otras instituciones sí lo son" -el trabajó confirmó la efectividad de seguir el método de Weight Watchers comparado con el tratamiento estándar de atención primaria en Reino Unido, Alemania y Australia (ver DM 12-IX-2011).
El estudio Lighten Up, realizado en la Universidad de Birmingham, y publicado en el British Medical Journal, "demostró que las intervenciones que realizan únicamente los médicos de la sanidad pública no son suficientes para ayudar en la gestión del peso, mientras que las propuestas combinadas ayudan no sólo a perder sino a mantener la pérdida". El trabajo concluye que las organizaciones externas de apoyo obtienen mejores resultados y con un coste menor que la atención primaria en la lucha contra la obesidad-.
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