viernes, 15 de mayo de 2009

visiones estratégicas: un aporte - GENÓMICA

Rosario Cospedal, directora general de Genómica

“Estamos convencidos de que un buen cribado es la mejor forma de prevenir un cáncer”
JANO.es
08 Mayo 2009 · Alberto Bravo. Madrid

Rosario Cospedal, directora general Genómica, analiza en esta entrevista las claves de la expansión internacional del laboratorio y del futuro que tiene en España el campo del diagnóstico molecular.

–¿Cuál ha sido la evolución de la compañía?
–Empezó en 1990 con la identificación genética y al cabo de los años comenzó a trabajar en diagnóstico, y específicamente en enfermedades infecciosas y microbiología. Con estas premisas trabajamos durante 10 años, hasta que en 2000 la compañía se replanteó las cosas y buscó en nuevas tecnologías. Había que decidir si seguíamos con todos nuestros productos en cartera o se apostaba por otros, y consideramos enfocar nuestro trabajo hacia el papiloma, el herpes o las enfermedades respiratorias. Además, consideramos que debíamos realizar una apuesta decidida por la innovación en el tipo de herramientas diagnósticas, y en 2002 intentamos apostar por la búsqueda de nuevas alternativas tecnológicas.

–¿En qué consistieron esas alternativas?
–Comercializamos una nueva tecnología llamada CLART, basada en microarrays de baja densidad del ADN. Desde 2005 ya se venden productos con esa tecnología, y los kits de diagnóstico antiguo también se están convirtiendo a la misma. También se inició otra actividad, como fue la investigación básica, que hasta entonces Genómica no había tenido. De esta investigación surgió una spin-off. Desde 2006, nos dedicamos exclusivamente al diagnóstico e identificación genética. No sólo diseñamos productos diagnósticos, sino también los equipos que van a procesar ese kit. Ahora somos capaces de automatizar todos los procesos.

–¿Cuándo decidieron apostar por esa estrategia?
–Vimos que el mercado exigía una automatización de todos los análisis, con el fin de poder analizar muchas muestras al mismo tiempo, acelerar el proceso y poder aspirar así a grandes cuentas y a grandes hospitales. Ya no hacemos veterinaria, sino que nos ocupamos únicamente de identificación humana. Así, tenemos un acuerdo con la Guardia Civil para el análisis de huellas genéticas.

–¿Por qué se abandonó el sector veterinario?
–Porque no era rentable, simplemente. Dejamos de obtener grandes volúmenes para análisis de muestras de animales. La investigación veterinaria requiere prácticamente los mismos conocimientos e inversiones que la identificación humana, pero los precios de venta son 100 veces más bajos. Además, nos encontramos con una competencia muy grande por parte de las universidades, con los cuales no podíamos competir por cuestión de precio. Era mantener un servicio muy específico que requería un esfuerzo en innovación que, decididamente, no resultaba rentable.

–¿Cómo definiría la apuesta de la empresa por la I+D?
–Absoluta. En realidad, lo que estamos haciendo constantemente es innovar. Se marcó un hito a comienzos de la década apostando por la tecnología y en 2006 empezamos a innovar en equipos. Hoy por hoy somos la única empresa que es capaz de procesar 96 muestras de papilomas en un procesador automático y dar un genotipado. Innovar significa invertir, cierto, pero nuestra apuesta es total. Lo que queremos es ofrecer herramientas nuevas. Por ejemplo, y por lo que hace referencia a los nuevos productos que sacamos de diagnóstico en enfermedades infecciosas, de lo que se trata es de ofrecer algo que no hay en el mercado. Hacer un test más rápido, o que detecte un mayor número de virus, o que se puedan hacer muchas muestras simultáneamente. Algo que marque la diferencia a lo que realmente hay en el mercado para que luego sean los microbiólogos quienes valoren esa utilidad.

–¿Cuál es el sector con mayor proyección?
–El papiloma, sin ninguna duda, dado el número de muestras que hay y también por la concienciación social que hay respecto a enfermedades como el cáncer de cuello de útero. Además, la vacuna sólo previene contra dos tipos cuando hay alrededor de 20 tipos oncogénicos. Si no seguimos genotipando a las mujeres, a pesar de que estén vacunadas, nos vamos a encontrar ante una situación muy delicada. Ahora se está anunciando que la vacuna previene contra el cáncer de útero y eso no es del todo cierto. Tenemos que vacunar, pero hay que seguir haciendo una monitorización de la mujer para ver que de verdad esa vacuna ha sido eficaz y para comprobar que los genotipos restantes no siguen ahí. Hay que tener en cuenta que la incidencia y la prevalencia de esos genotipos va a crecer porque también se va a investigar más. El papiloma tiene un recorrido enorme y de hecho también se están realizando programas de cribado de cáncer de cuello de útero, que es la mejor forma de prevención, mejor que la vacuna.

–¿Cree que la utilidad del cribado es un mensaje que está llegando a la población?
–No, en absoluto. Pero es fundamental. Por lo que hemos podido hablar con las autoridades sanitarias, hay un verdadero problema entre la publicidad que se ha hecho de la vacuna y lo que realmente previene. Pero estamos convencidos de que un buen cribado es la mejor forma de prevenir un cáncer. Es necesario que las autoridades sanitarias transmitan ese mensaje correctamente. Si se hicieran valoraciones económicas a 20 años, se vería que posiblemente es más rentable cribar que vacunar. Genómica propone una herramienta capaz de cribar a toda la población y, al mismo tiempo, detectar exactamente el virus. Se puede hacer en grandes volúmenes y con unos resultados que se obtienen de forma automática; es decir, se ahorra tiempo y, por consiguiente, también dinero.

–Otra de las apuesta de Genómica es realizar servicios de análisis de ADN en Medicina Legal y Forense…
–Esta práctica se inició en Inglaterra en 1986, cuando se empezaron a introducir pruebas periciales de ADN en los juicios, y se ha comprobado su utilidad. A partir de ahí, Genómica ha trabajado en la utilización de la prueba pericial del ADN como prueba inequívoca para identificar al individuo que ha cometido un delito. Nosotros teníamos experiencia en montar laboratorios de pruebas genéticas e identificación humana. Decidimos intentar acreditarnos para análisis genético-forenses de restos humanos. La prueba del ADN es inequívoca e irrefutable.

–¿Con qué dificultades choca este empeño conociendo las ambigüedades del marco jurídico español?
–El problema fundamental es que falta legislación en cuanto a la prueba del ADN. Cualquier laboratorio en España puede presentar una prueba pericial de ADN en un juicio, cuando en otros países no es así. Por ejemplo, en Inglaterra todas las empresas que presentan una prueba pericial de este tipo deben estar acreditadas y en España ésto no sucede. La acreditación valora la calidad de una prueba, que se haya mantenido la cadena de custodia de la muestra, la seguridad y fiabilidad del laboratorio que ha realizado dicha muestra, etc. Lo más urgente es luchar por la exigencia de una acreditación para la presentación de pruebas periciales, lo que es una garantía de fiabilidad de los resultados.

–¿Qué previsiones de crecimiento contempla Genómica?
En estos 3 años hemos duplicado nuestras ventas y para este ejercicio tenemos previsto un crecimiento cercano al 25%. Estamos muy contentos con estos datos, aunque muchas veces puedan producir vértigo, dada la situación económica internacional. Hemos hecho una apuesta decidida por innovar, por ofrecer a los clínicos herramientas que antes no tenían. Si a un clínico le ofreces unos resultados fiables de un análisis en un solo día, conseguirás un espíritu de confianza hacia tus productos. La innovación está dando sus frutos.

–¿Qué parte del presupuesto dedica el laboratorio a I+D?
Aproximadamente un 18%. Es una inversión muy controlada, pues el mundo del diagnóstico es diferente al de la farmacología. Con un producto farmacológico hablamos de 10-15 años y con un producto de diagnóstico hablamos de 2 o 3 años. La clave para crecer es contar con el cliente final, con las necesidades de los expertos hospitalarios, que son quienes te dicen qué tipo de productos necesitan. Incluso estamos llegando a situar en el kit el virus que se ha identificado hace sólo 6 meses y que antes no se conocía. Para crecer es necesario compatibilizar rigor científico con las necesidades actuales del cliente final.

–¿Cuáles son las líneas maestras para extender la marca a nivel internacional?
–En 2006 iniciamos un proceso de internacionalización y desde entonces ya tenemos distribuidores en 30 países, incluyendo toda la Unión Europea, Sudáfrica, Turquía, Australia, etc. Esa internacionalización supone un 25% de todas nuestras ventas. Ahora, estamos intentando adentrarnos en mercados más complejos, como pueden ser los casos de Europa del este y Oriente Próximo. También vendemos en Latinoamérica.

–¿Existen planes para Estados Unidos y Canadá?
–De momento no hemos entrado en esos países, pero hay previsiones a largo plazo. Aquí chocamos con problemas legislativos, con la FDA, que son palabras mayores. Pero claro que hay previsión de entrar en esos mercados y de aquí a 2 años podríamos apostar fuertemente por esos mercados.

–¿Cuáles serán los campos prioritarios de I+D para los próximos años?
–Nosotros seguiremos apostando por la microbiología. Nos estamos posicionando como el proveedor de diagnóstico microbiológico molecular más importante de España. La cuota de mercado de nuestros competidores, todos extranjeros, está siendo cada vez menor. Respecto a otros campos, y conociendo al Grupo Zeltia, estamos convencidos de que en algún momento tendremos que entrar de lleno en el terreno oncológico. Y otro campo importante para nosotros es la farmacogenómica, para intentar hacer kits de pronóstico que prevean la eficacia de un medicamento en un determinado paciente.

“Hemos hecho una apuesta decidida por innovar. Por ofrecer a los clínicos herramientas que antes no tenían. Si les ofreces unos resultados fiables de un análisis en un solo día, conseguirás confianza hacia tus productos.”

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