EL MÉDICO INTERACTIVO
ESPAÑA
La profesión médica se manifiesta a favor de la validación periódica de la colegiación y señala a las organizaciones colegiales para llevarla a cabo
M. Madrigal
El presidente del COM de Barcelona planteó, durante su intervención en una de las mesas del II Congreso de la Profesión Médica, muchas de las dudas que asaltan al colectivo médico, como qué se va a evaluar y cómo se pondrá en práctica
Madrid (21-4-10).- Uno de los temas en los que más ha incidido en los últimos meses la Organización Médica Colegial (OMC) es el de la validación periódica de la colegiación. Por eso, el asunto ha sido protagonista en una de las mesas del II Congreso de la Profesión Médica, en la que han participado Arcadi Gual, técnico del Sistema Español de Acreditación de la Formación Médica Continuada (Seaformec) y Miguel Vilardell, presidente del Colegio Oficial de Médicos de Barcelona. Aunque ambos coinciden en destacar la necesidad de la validación periódica de las credenciales de médico, Vilardell ha ido más allá al preguntarse cómo se debe realizar la evaluación y quién debe hacerla.
Arcadi Gual expuso en su intervención la necesidad de la validación periódica de la colegiación sobre todo como garantía para los ciudadanos. “Es característico de la profesión médica el esfuerzo por mantener y renovar las capacidades mediante formación continuada que realizan todos los médicos porque es una obligación ética y legal, pero sobre todo porque es una necesidad para los facultativos, ya que sólo desde la competencia profesional se pueden atender los problemas de salud de la sociedad”, afirmó el técnico de Seaformec. El experto matizó que “no se trata de examinar o cuestionar a los médicos, sino se trata de facilitarles el acceso a la formación”.
Dudas razonables
Pero ante estas evidencias sobre las que la mayoría de la profesión se manifiesta a favor, el presidente del COM de Barcelona plantea algunas preguntas, como qué evaluar, cómo hacerlo y quién debe hacerlo. Vilardell cuestiona qué evaluar porque, en su opinión, “hay cosas que no dependen del médico, como el modelo organizativo, los recursos disponibles, la formación, etc., por lo que habrá cosas que no se podrán evaluar y que tienen que ver con el resultado final”. El cómo evaluar también genera dudas, “habría que valorar la práctica clínica, pero ¿en base a qué, a los resultados en términos de salud, a la opinión de los gestores y compañeros, a las encuestas de opinión de los pacientes...?”, plantea el experto.
Respecto a quién debe evaluar, ambos ponentes apuntan a los colegios de médicos como los organismos más adecuados para hacerlo. “Es misión de los colegios velar por una buena praxis, y son los que mejor conocen los déficits que se pueden tener”, afirma el presidente barcelonés. Gual opina de la misma manera, afirmando que “deben ser las organizaciones colegiales quienes garanticen la colegiación y el mantenimiento de la misma”, aunque apunta que “las sociedades científicas deberán definir los contenidos y métodos”.
Vilardell también se muestra partidario de que los colegios se asesoren con los expertos, apuntando a las sociedades científicas y a las universidades. Una de las cuestiones que quedó en el aire, también planteada por Vilardell, es qué se hará después de la evaluación, si la información será confidencial o se hará pública, además de plantearse, en el caso de que no se supere, quienes serán los encargados de corregir los déficits y con qué medios.
El responsable colegial advirtió del temor de los profesionales de que se vaya a “lo cómodo y rápido” en este asunto, y apostó por crear “un instrumento útil y bien estructurado, si es necesario que el camino sea más largo no importa, es preferible trabajar juntos y sin prisa pero con consenso de todos”.
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