viernes, 15 de julio de 2011

Sociedad Española de Geriatría y Gerontología :: El Médico Interactivo, Diario Electrónico de la Sanidad ::

:: El Médico Interactivo, Diario Electrónico de la Sanidad ::: "La Sociedad Española de Geriatría y Gerontología sugiere que los mayores que se trasladan de casa habitualmente lleven consigo un documento clínico informativo que evite problemas ante los cambios de consulta

Redacción

La polimedicación, la prescripción de medicamentos innecesarios o la repetición de pruebas diagnósticas son algunos de los problemas que ocasiona la deficiente información con la que los mayores acuden a las consulta



Madrid (16/18-7-11).- Actualmente el 30 por ciento de los mayores de 65 años viven con sus hijos, de los cuales el 34 por ciento no presenta dependencia, el 37 por ciento dependencia leve, el 14 por ciento moderada y el 15 por ciento dependencia grave. Se estima que el 0,6 por ciento de los mayores rota de domicilio con frecuencia (los llamados “abuelos golondrina”) y el 2,8 por ciento cambia la casa de un hijo por la de otro al menos una vez al año, sobre todo en vacaciones.

Para la vicepresidenta de Gerontología de la Sociedad Española de Geriatría y Gerontología (SEGG), Puerto Gómez, “cambiar de casa continuamente dificulta la integración del mayor en la familia, en el entorno, en las actividades comunitarias y la relación con otras personas. Cada familia tiene personas y dinámicas distintas y el mayor ocupa un rol diferente. La constante adaptación al cambio puede favorecer la ausencia de rol en la familia”.

Además, el cambio de domicilio puede suponer un cambio de médicos y otros profesionales de referencia que llevan el seguimiento del anciano, lo que dificulta el seguimiento de su salud y sus tratamientos. Perder el contacto con su médico “de toda la vida” para saltar de consulta en consulta también puede provocar ansiedad y depresión y disminución del nivel de satisfacción con la vida. Además, la falta de información, seguimiento o coordinación entre profesionales sanitarios puede dificultar la detección de signos de dependencia o síndromes geriátricos e impedir, por tanto, realizar acciones preventivas que eviten el aumento de dependencia.

El riesgo de que estos pacientes reciban una información insuficiente o discontinua preocupa a la Sociedad Española de Geriatría y Gerontología (SEGG) que sugiere que los mayores que se trasladen de casa habitualmente o por vacaciones lleven consigo un documento clínico informativo para evitar, en la medida de lo posible, ciertos problemas como la polimedicación, la prescripción de medicamentos innecesarios o la repetición de pruebas diagnósticas.

A pesar de que hoy en día es relativamente sencillo acceder a la historia clínica del paciente, en muchos casos, es el propio abuelo o su familia quienes intentan exponer los antecedentes al médico sobre los diagnósticos, tratamientos o cuidados que necesita el mayor, con el consiguiente riesgo de olvido, además de la sobrecarga en las consultas. Por ello, la SEGG recomienda que el mayor lleve consigo información sobre el diagnóstico y tratamientos en vigor, periodicidad de los controles analíticos, datos de posibles alergias o intolerancias, así como una breve referencia del contexto socio-familiar donde se explique la periodicidad de los cambios de domicilio.

Algunos consejos pueden ayudar a minimizar el impacto del cambio en el “abuelo golondrina”. Para la vicepresidenta de Gerontología de la SEGG, Puerto Gómez, “es necesario ofrecer al mayor un espacio y lugar específico dentro de la familia, darle la privacidad necesaria, favorecer que siga manteniendo sus rutinas, independencia y autonomía”.



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