Ante el incremento de pacientes crónicos, resulta esencial adaptar todo el sistema sanitario a la nueva realidad
Pamplona (27/09/2011) - Pablo Ojer
Pamplona ha acogido la IX Reunión de Jefes de Servicio organizada por la Sociedad Española de Medicina Interna
El aumento de la esperanza de vida está provocando una auténtica catarsis en el sistema sanitario y ahora la mayor parte del gasto se dedica a los pacientes con enfermedades crónicas complejos, lo que, en cierta manera, supone una novedad. Para adaptarse a esta nueva realidad, es de vital importancia implicar a la comunidad y a los propios enfermos, según se desprende de las conclusiones a las que se llegó el pasado sábado dentro de la IX Reunión de Jefes de Servicio organizada por la Sociedad Española de Medicina Interna (SEMI).
Si al incremento de los pacientes con enfermedades crónicas sumamos el periodo de crisis que vivimos actualmente, la Medicina vive un momento de intensa adaptación que tiene que pasar por la atención al paciente, sobre todo, pero también a optimizar los recursos.
Adaptar todo el sistema
Para el doctor José Ramón Repullo, jefe del Departamento de Planificación y Economía de la Salud del Instituto Carlos III de Madrid, la crisis afecta a las tres áreas que engloba el ámbito sanitario: la Medicina, los médicos y el sistema sanitario. Para paliar las dificultades, el doctor Repullo propone cinco estrategias: aumentar la productividad de los centros, de los servicios y de los profesionales; movilidad intrasectorial de los recursos, crear redes entre los hospitales; redistribución de cargas de trabajo y el ajuste correspondiente de los recursos; priorizar lo que añade más valor; fomentar y desplegar motivaciones intrínsecas y trascendentes.
De esta forma, según el doctor Repullo, "pasaremos de la una medicina basada en el conocimiento a una basada en la sabiduría", es decir, hay que adaptarse a una Medicina basada en la experiencia.
Atención al paciente crónico
De cara a una mejor atención al enfermo crónico complejo, la doctora Pilar Román, del servicio de Medicina Interna del Hospital General de Requena, el médico debe anticiparse a las descompensaciones que pudiera sufrir el paciente ya que las medicinas de choque elevan los costes. Para ello, hay que implicar al paciente, que se reconozca y realice una labor preventiva, pero también la comunidad debe colaborar en esta prevención mediante planes estratégicos que fomenten una vida más sana, que ayude a los ya enfermos y que inculque la cultura de la prevención.
Pero, una vez que el paciente crónico ha tenido que acudir al sistema sanitario, una mejor organización de la atención favorecerá un mejor servicio al paciente y ahorrará costes si se establecen rutas asistenciales, que cada miembro del sistema sanitario sepa cuándo debe intervenir. Finalmente, la doctora Román aboga por aprovecharse de las nuevas tecnologías e incide especialmente en unos historiales únicos de los pacientes para que éstos puedan ser atendidos en cualquier lugar.
Autonomía del paciente
Para el doctor Javier Díez Espino, médico de familia del Servicio Navarro de Salud-Osasunbidea, "el sistema sanitario debe adaptarse del paciente agudo al paciente crónico". Según un estudio realizado entre los propios pacientes del doctor Díez Espino, de los 1500 pacientes que tiene asignados, sólo el 3 por ciento no acudieron en un año. Y eso no sólo colapsa las salas de espera de los centros de salud, sino que obliga al médico a dedicar menos a tiempo a personas que quizá realmente necesiten una atención pormenorizada. En la línea de lo defendido por los otros participantes en la mesa redonda de la reunión, para el doctor Díez Espino, "hay que ayudar al paciente a hacerse más autónomo, que nos necesite menos". Y un buen método para favorecer la autonomía del paciente es "no aplicar tanta medicina, sino lo que realmente necesita".
Atender al enfermo, no a la enfermedad
Y para conseguir estos nuevos retos a los que se enfrenta el sistema sanitario, para el doctor Manuel Ollero, de la Unidad Clínica de Medicina Interna del Hospital Universitario Virgen del Rocío de Sevilla, "el éxito está en tratar al enfermo, no a la enfermedad". Y más en estos tiempos en los que con tanto enfermo crónico complejo, cada paciente ya no tiene una misma sintomatología, sino que cada uno se presenta con una variables totalmente diferentes a las de cualquier otro paciente. Por este nuevo problema, el doctor Ollero presentó la Unidad Clínica de Atención Médica Integral que ha puesto en marcha en el Hospital Virgen del Rocío. Se trata de "hacer una alianza de continuidad asistencia", que dentro de la coordinación que favorece una misma unidad de atención, cada médico, cada especialista, actúe en el momento en que le corresponde y que no actúe alguien que no le corresponda. Y para el éxito de esta unidad resulta imprescindible la colaboración estrecha con los centros de salud, que son los primeros en atender al paciente y quienes mejor pueden conocer sus patologías.
Así pues, el sistema sanitario debe adaptarse cuanto antes a los nuevos pacientes, a los enfermos crónicos complejos, la nueva pandemia de la medicina, que suponen ya un porcentaje importantísimo de las asistencias. De esta forma, no sólo se realizará una atención mejor y más eficaz de cara al tratamiento del propio enfermo, sino que también supondrá un ahorro tanto en recursos económicos como asistenciales.
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