Cataluña cierra quirófanos y consultas el puente de la Constitución
La Generalitat apura para ahorrar 77 millones, unos 45 en nóminas de personal
FERRAN BALSELLS | Barcelona 23/09/2011
La semana del puente de la Constitución será fiesta también para los hospitales públicos catalanes, en los que la Generalitat cerrará consultas, quirófanos y toda la actividad programada de una sanidad pública ya acuciada por recortes en todos los recursos. La medida se añade al cierre de ambulatorios, camas y recortes de personal y se aplicará durante varios días entre el 5 y el 11 de diciembre en al menos dos de los ocho centros que gestiona el Instituto catalán de la Salud (ICS): el hospital Vall d'Hebrón y el de Bellvitge, dos grandes centros de referencia del área barcelonesa que atienden unas 17.000 y 6.000 consultas semanales, respectivamente. Vall d'Hebrón cerrará esas consultas y quirófanos el día 9 y Bellvitge lo hará en varios días aún por confirmar, aunque el departamento de Salud que dirige el consejero Boí Ruiz tampoco descarta ampliar estas restricciones. La medida sorprendió y enojó al sector al abrir la posibilidad de que los hospitales públicos funcionen intermitentemente en función de las necesidades de ahorro de la Generalitat.
El cierre parcial -en los hospitales solo permanecerán los pacientes ingresados y aquellos que acudan a urgencias- responde a las prisas para cuadrar los gastos de acuerdo con el recorte presupuestario del 10% en sanidad pública, casi 1.000 millones de euros: la Generalitat aún debe ahorrar otros 77 millones de euros en sanidad antes de finales de año, por lo que el departamento de Salud debe subir la marcha en la clausura de servicios en los próximos meses. Ruiz prevé ahorrar más de la mitad, unos 45 millones, de la nómina del personal médico. El ajuste empezará a negociarse el próximo lunes aunque los sindicatos ya lo consideran inaceptable: la media del recorte es de 1.125 euros de la cantidad que percibe cada uno de los 40.000 empleados del ICS, unos 375 euros al mes hasta finales de año. En algunos casos, puede suponer un recorte de cerca del 30% del salario.
La Generalitat reclamará un esfuerzo adicional en la reunión de la mesa sectorial prevista para el lunes, pero los sindicatos consideran que no pueden exigirse mas sacrificios a la plantilla. El ICS, la mayor empresa pública de Cataluña que gestiona ocho hospitales y unos 450 ambulatorios, no puede presentar ningún expediente de regulación de empleo, por lo que el ahorro en nóminas pasa por adoptar medidas similares a las de otros hospitales concertados en Catalunya. Estos han enviado al paro a parte de su plantilla de forma temporal y reducido la jornada laboral de otros. "Se estudiará reducir las horas de guardia, suprimir algunos turnos y otros complementos salariales", detallaron fuentes de Salud.
Ampliar un recorte que hasta ahora solo atentaba contra la calidad asistencial a los bolsillos del personal ha colocado los centros sanitarios públicos en pie de huelga. "Es inaceptable. Los hospitales ya son una olla a presión, trabajamos bajo situaciones de precariedad", avisó el Sindicato de Médicos. "La respuesta puede ser contundente", añadió en referencia a la posibilidad de convocar paros del personal en los centros públicos. "Llevamos asumiendo recortes desde junio de 2010, cuando se recortó el salario de la plantilla médica el 5%", recordó UGT. "El personal está muy quemado", aseguró. Los principales hospitales, entre ellos el Vall d'Hebrón, ya han votado en favor del paro si la Generalitat prosigue con su plan de ajustes.
Ese parece un plan improvisado con desmaña: el baile de cifras, recortes y clausuras de servicios públicos ofrecido por Salud es constante; también las contradicciones. El Gobierno catalán informó ayer del cierre de consultorios a través de declaraciones en la televisión pública catalana para desdecirse poco después. "Los festivos son días de muy baja actividad. Fijaremos días del puente para hacer fiesta todos ese día", señaló en la cadena el gerente del ICS, Joaquim Casanovas, mientras el telediario de esa televisión proseguía alertando del cierre de consultas en los ocho centros públicos durante todo el puente festivo. Horas después, el propio Casanovas precisó que no se cerrarían todos los hospitales públicos ni durante todos los días festivos, sino que la medida es variable y revisable hasta las fechas del puente de la Constitución. "Cada día aparecen cosas nuevas y sorprendentes. Solo pedimos una hoja de ruta de los ajustes para saber a qué atenernos", reclamó el vicepresidente del Colegio de Médicos de Barcelona, Jaume Padrós.
La imprevisión se sucede en un entorno de apagón informativo por parte de la Generalitat de modo que hasta ahora no puede calibrarse el impacto real de los ajustes sobre los usuarios de la sanidad pública. Antes de la llegada del convergente Artur Mas a la presidencia, Salud ofrecía datos sobre la evolución de las listas de espera cada seis meses, a principios y a mediados de año. El Gobierno catalán, sin embargo, apura un cambio de gestión de las listas de espera que amenaza con ocultar para siempre las consecuencias del recorte. Un nuevo modelo implicará la aparición de factores no comparables con los registros anteriores.
"Estamos intentando salvar el sistema", justificó ayer Ruiz, tras pedir al personal sanitario que "no cree estados de alerta entre los ciudadanos".
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La Generalitat reclamará un esfuerzo adicional en la reunión de la mesa sectorial prevista para el lunes, pero los sindicatos consideran que no pueden exigirse mas sacrificios a la plantilla. El ICS, la mayor empresa pública de Cataluña que gestiona ocho hospitales y unos 450 ambulatorios, no puede presentar ningún expediente de regulación de empleo, por lo que el ahorro en nóminas pasa por adoptar medidas similares a las de otros hospitales concertados en Catalunya. Estos han enviado al paro a parte de su plantilla de forma temporal y reducido la jornada laboral de otros. "Se estudiará reducir las horas de guardia, suprimir algunos turnos y otros complementos salariales", detallaron fuentes de Salud.
Ampliar un recorte que hasta ahora solo atentaba contra la calidad asistencial a los bolsillos del personal ha colocado los centros sanitarios públicos en pie de huelga. "Es inaceptable. Los hospitales ya son una olla a presión, trabajamos bajo situaciones de precariedad", avisó el Sindicato de Médicos. "La respuesta puede ser contundente", añadió en referencia a la posibilidad de convocar paros del personal en los centros públicos. "Llevamos asumiendo recortes desde junio de 2010, cuando se recortó el salario de la plantilla médica el 5%", recordó UGT. "El personal está muy quemado", aseguró. Los principales hospitales, entre ellos el Vall d'Hebrón, ya han votado en favor del paro si la Generalitat prosigue con su plan de ajustes.
Ese parece un plan improvisado con desmaña: el baile de cifras, recortes y clausuras de servicios públicos ofrecido por Salud es constante; también las contradicciones. El Gobierno catalán informó ayer del cierre de consultorios a través de declaraciones en la televisión pública catalana para desdecirse poco después. "Los festivos son días de muy baja actividad. Fijaremos días del puente para hacer fiesta todos ese día", señaló en la cadena el gerente del ICS, Joaquim Casanovas, mientras el telediario de esa televisión proseguía alertando del cierre de consultas en los ocho centros públicos durante todo el puente festivo. Horas después, el propio Casanovas precisó que no se cerrarían todos los hospitales públicos ni durante todos los días festivos, sino que la medida es variable y revisable hasta las fechas del puente de la Constitución. "Cada día aparecen cosas nuevas y sorprendentes. Solo pedimos una hoja de ruta de los ajustes para saber a qué atenernos", reclamó el vicepresidente del Colegio de Médicos de Barcelona, Jaume Padrós.
La imprevisión se sucede en un entorno de apagón informativo por parte de la Generalitat de modo que hasta ahora no puede calibrarse el impacto real de los ajustes sobre los usuarios de la sanidad pública. Antes de la llegada del convergente Artur Mas a la presidencia, Salud ofrecía datos sobre la evolución de las listas de espera cada seis meses, a principios y a mediados de año. El Gobierno catalán, sin embargo, apura un cambio de gestión de las listas de espera que amenaza con ocultar para siempre las consecuencias del recorte. Un nuevo modelo implicará la aparición de factores no comparables con los registros anteriores.
"Estamos intentando salvar el sistema", justificó ayer Ruiz, tras pedir al personal sanitario que "no cree estados de alerta entre los ciudadanos".
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