MUJER | Dudas sobre su seguridad
EEUU revisará los fármacos para la osteoporosis
- Los bifosfonatos se han asociado con una aumento de las fracturas de cadera
- También provocan una rara concidión llamada osteonecrosis mandibular
Un comité de expertos de la agencia que regula los medicamentos en EEUU (la FDA) valorará a finales de esta semana si los bifosfonatos son seguros a largo plazo. Estos fármacos, utilizados desde hace más de 15 años en el tratamiento de la osteoporosis, previenen las fracturas de cadera y espalda asociadas con esta enfermedad pero, según han puesto de relieve varios estudios, provocan otros problemas que podrían condicionar su uso.
Los bifosfonatos, familia que engloba varios compuestos como el risendronato y el alendronato (principio activo del popular Fosamax), actúan sobre los osteoclastos inhibiendo su función y evitando así la resorción o destrucción del hueso. Desde su aprobación en 1995, su uso se ha popularizado para el tratamiento de la osteoporosis y algunas patologías óseas más.
Desde hace algunos años, varias investigaciones han detectado efectos adversos graves en algunas usuarias de estos medicamentos. La primera alerta saltó con la detección de varios casos de osteonecrosis (muerte del hueso) mandibular. Este problema, finalmente, no limitó su uso ya que sólo aparecía en pacientes oncológicas que recibían altas dosis.
Pero los estudios que hablaban de un incremento del riesgo de sufrir fracturas de fémur y vertebrales pusieron alerta a las autoridades sanitarias de EEUU que ya en 2010 recomendaron a los médicos la revisión periódica de los tratamientos para aquellas mujeres que llevan más de cinco años tomando bifosfonatos.
Tras esta primera medida cautelar, la FDA ha decidido pedir la opinión de un comité de expertos para decidir si el uso a largo plazo de estos fármacos es seguro, si los cerca de cuatro millones de usuarias que existen en el país deben seguir tomándolos y cuál debería ser la duración máxima de un tratamiento que en principio fue ideado como indefinido.
Los bifosfonatos, familia que engloba varios compuestos como el risendronato y el alendronato (principio activo del popular Fosamax), actúan sobre los osteoclastos inhibiendo su función y evitando así la resorción o destrucción del hueso. Desde su aprobación en 1995, su uso se ha popularizado para el tratamiento de la osteoporosis y algunas patologías óseas más.
Desde hace algunos años, varias investigaciones han detectado efectos adversos graves en algunas usuarias de estos medicamentos. La primera alerta saltó con la detección de varios casos de osteonecrosis (muerte del hueso) mandibular. Este problema, finalmente, no limitó su uso ya que sólo aparecía en pacientes oncológicas que recibían altas dosis.
Pero los estudios que hablaban de un incremento del riesgo de sufrir fracturas de fémur y vertebrales pusieron alerta a las autoridades sanitarias de EEUU que ya en 2010 recomendaron a los médicos la revisión periódica de los tratamientos para aquellas mujeres que llevan más de cinco años tomando bifosfonatos.
Tras esta primera medida cautelar, la FDA ha decidido pedir la opinión de un comité de expertos para decidir si el uso a largo plazo de estos fármacos es seguro, si los cerca de cuatro millones de usuarias que existen en el país deben seguir tomándolos y cuál debería ser la duración máxima de un tratamiento que en principio fue ideado como indefinido.
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