“El problema de la Sanidad no es la sostenibilidad, es la solvencia”, según el catedrático en Economía Guillem López-Casasnovas
Madrid (23/09/2011) - Silvia C.Carpallo
La jornada sobre "Farmacia hospitalaria y eficiencia económica", organizada por el Instituto Max Weber, vuelve a traer a debate la necesidad de hacer medicamentos más coste efectivos, el tamaño de la cartera de servicios, la implicación de los médicos en el copago y la necesidad de que el medicamento entre en la cadena de valor sanitaria
En época de crisis o no, hablar de eficiencia económica, y del coste efectividad de las medidas y tratamientos en la Sanidad, y que ésta sea una herramienta básica a tener en cuenta en las decisiones del Sistema Nacional de Salud, no parece ya una elección, sino un deber. Sobre esta clave, entre otras, versaba la jornada de debate "Farmacia hospitalaria y eficiencia económica" organizada por el Instituo Max Weber y la Universidad de Castilla- La Mancha, en colaboración con UCB Pharma y Rovi.
La industria farmacéutica, a este respecto, y representada por Jesús Sobrino, director general de UCB Pharma, manifestaba que "los laboratorios tenemos que hacer el esfuerzo de poner medicamentos cuanto más innovadores y más coste-efectivos mejor, para lo cual, se necesitaría tener más oxígeno del que tenemos ahora mismo", aludiendo a los sucesivos recortes de los últimos reales decretos. En contrapartida a esta declaración, Alfonso Jiménez Palacios, director general de Farmacia y Productos Sanitarios, incidía en que "está bien hablar de la sostenibilidad y las grandes reformas, pero por lo menos es igual de importante hablar del día a día", centrándose en aspectos más relacionados con la microgestión. Por ello, matizaba, pese a defender los recortes del gobierno dada la coyuntura actual, que "eficiencia no es igual a recortes, sino a gestionar nuestras formas de trabajo, de hacer lo mismo o más con menor volumen de recursos", aunque en su opinión, "hará falta buscar más recursos, y de una manera u otra, siempre salen del bolsillo del ciudadano".
En contrapunto a esa necesidad de hablar de la microgestión, el catedrático de Economía Aplicada de la Universidad de Pompeu Fabra, Guillem López-Casasnovas, realizaba una conferencia en la que afirmaba que "el problema de la Sanidad no es la sostenibilidad, es la solvencia", ya que la dificultad está en "encontrar soluciones ante situaciones cambiantes, nuestra caja está completamente anquilosada. No debe de estar consolidada, sino ser flexible, si tenemos un shock en un eje determinado, sepamos adaptar los otros dos". Por ello, su idea es que "no tenemos tanto un problema de costes, sino un problema de utilización".
Asimismo, López-Casasnovas pensaba que "lo que adolece en nuestro sistema es la falta de respuestas políticas solventes que digan a qué eje quieren jugar".
A favor del copago
El catedrático de Economía aplicada continuaba su conferencia aludiendo especialmente a ideas como el copago, ya que "la cuestión es cuan generoso quieres ser con las prestaciones que ofreces, pero la generosidad tiene costes", por lo tanto, ante la situación actual, hay que pasar por soluciones como reducir la cartera de servicios públicos y gratuitos, ya que si no "juegas a copagos evitables o a una regulación de flujos administrativos muy fuerte". De esta manera, "antes de administrar nuevas responsabilidades colectivas, como por ejemplo la dependencia, hay que neutralizar antes las desresponsabilidades individuales, ¿porqué hay tanto miedo al copago evitable?". Para reforzar su teoría, el economista recordaba que en la Universidad pública española existen tasas académicas que permiten nutrir mejor el gasto universitario, y que no son sino otro modo de nombrar al copago, "y nadie se rasga las vestiduras".
En el copago, como en todo lo que tenga que ver con la eficiencia, la implicación de los médicos resulta fundamental, ya que es desde la propia práctica desde donde se detecta el mal uso de la Sanidad, y dónde podría ser necesario un copago para evitarlo. "El copago es una cosa de médicos, no de economistas, hay que involucrar en mayor medida a los profesionales", para conocer de primera mano lo que es o no es coste-efectivo y dónde está la mala utilización.
Otra cuestión importante, aparte del papel de los profesionales, según López-Casasnovas, es tener una mayor gestión pública, porque "no todo es política", y crear una equidad real de acceso, "que no es la de barra libre y póngase en la cola que algo le daremos".
Por último, y más relacionado con la farmacia hospitalaria y la eficiencia económica, el experto mencionaba que "hace falta meter al medicamento en la cadena de valor sanitaria", es decir, tener en cuenta lo que hace, sobre a lo que sustituye y a lo que mejora.
La industria farmacéutica, a este respecto, y representada por Jesús Sobrino, director general de UCB Pharma, manifestaba que "los laboratorios tenemos que hacer el esfuerzo de poner medicamentos cuanto más innovadores y más coste-efectivos mejor, para lo cual, se necesitaría tener más oxígeno del que tenemos ahora mismo", aludiendo a los sucesivos recortes de los últimos reales decretos. En contrapartida a esta declaración, Alfonso Jiménez Palacios, director general de Farmacia y Productos Sanitarios, incidía en que "está bien hablar de la sostenibilidad y las grandes reformas, pero por lo menos es igual de importante hablar del día a día", centrándose en aspectos más relacionados con la microgestión. Por ello, matizaba, pese a defender los recortes del gobierno dada la coyuntura actual, que "eficiencia no es igual a recortes, sino a gestionar nuestras formas de trabajo, de hacer lo mismo o más con menor volumen de recursos", aunque en su opinión, "hará falta buscar más recursos, y de una manera u otra, siempre salen del bolsillo del ciudadano".
En contrapunto a esa necesidad de hablar de la microgestión, el catedrático de Economía Aplicada de la Universidad de Pompeu Fabra, Guillem López-Casasnovas, realizaba una conferencia en la que afirmaba que "el problema de la Sanidad no es la sostenibilidad, es la solvencia", ya que la dificultad está en "encontrar soluciones ante situaciones cambiantes, nuestra caja está completamente anquilosada. No debe de estar consolidada, sino ser flexible, si tenemos un shock en un eje determinado, sepamos adaptar los otros dos". Por ello, su idea es que "no tenemos tanto un problema de costes, sino un problema de utilización".
Asimismo, López-Casasnovas pensaba que "lo que adolece en nuestro sistema es la falta de respuestas políticas solventes que digan a qué eje quieren jugar".
A favor del copago
El catedrático de Economía aplicada continuaba su conferencia aludiendo especialmente a ideas como el copago, ya que "la cuestión es cuan generoso quieres ser con las prestaciones que ofreces, pero la generosidad tiene costes", por lo tanto, ante la situación actual, hay que pasar por soluciones como reducir la cartera de servicios públicos y gratuitos, ya que si no "juegas a copagos evitables o a una regulación de flujos administrativos muy fuerte". De esta manera, "antes de administrar nuevas responsabilidades colectivas, como por ejemplo la dependencia, hay que neutralizar antes las desresponsabilidades individuales, ¿porqué hay tanto miedo al copago evitable?". Para reforzar su teoría, el economista recordaba que en la Universidad pública española existen tasas académicas que permiten nutrir mejor el gasto universitario, y que no son sino otro modo de nombrar al copago, "y nadie se rasga las vestiduras".
En el copago, como en todo lo que tenga que ver con la eficiencia, la implicación de los médicos resulta fundamental, ya que es desde la propia práctica desde donde se detecta el mal uso de la Sanidad, y dónde podría ser necesario un copago para evitarlo. "El copago es una cosa de médicos, no de economistas, hay que involucrar en mayor medida a los profesionales", para conocer de primera mano lo que es o no es coste-efectivo y dónde está la mala utilización.
Otra cuestión importante, aparte del papel de los profesionales, según López-Casasnovas, es tener una mayor gestión pública, porque "no todo es política", y crear una equidad real de acceso, "que no es la de barra libre y póngase en la cola que algo le daremos".
Por último, y más relacionado con la farmacia hospitalaria y la eficiencia económica, el experto mencionaba que "hace falta meter al medicamento en la cadena de valor sanitaria", es decir, tener en cuenta lo que hace, sobre a lo que sustituye y a lo que mejora.
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