¿Inglis pitinglis aspirin?
21 SEP 2011 09:52
Mónica Lalanda
Un comentario y una ilustración. Los 'post' de Mónica Lalanda, especialista de la unidad de Urgencias del Hospital General de Segovia, siempre tienen un objetivo claro: despertar conciencias. La medicina española seguirá con la boina bien calada hasta las cejas mientras sus médicos sigan necesitando pinganillos de traducción en los congresos o pudiendo acceder solo a páginas de Internet en castellano. La mayoría de los médicos españoles no pueden defenderse dignamente en el idioma internacional de la ciencia y por cada Antonio Banderas que sale al extranjero hay diez Pacos Martínez Soria.
Mientras el nivel profesional, asistencial y científico de cualquier médico español no tiene nada que envidiar a cualquier otro colega del mundo, le sigue faltando el instrumento más esencial para poder proyectarse fuera de las fronteras, el inglés. La proporción de presentaciones y ponencias en congresos médicos internacionales por parte de médicos españoles no hace justicia a nuestra medicina.
Ya sabemos que esto no es sólo un problema de los médicos, las últimas estadísticas ya apuntan a que mas del 56% de la población no habla ningún otro idioma y una proporción aún mucho más pequeña habla de manera fluida. Desde luego que España no haya tenido todavía un presidente de gobierno en democracia que hable inglés es no sólo significativo sino una vergüenza, pero que además periódicos como el 'New York Times' anden despiporrándose de nosotros por no hablar idiomas nos debería sacar los colores, el rojo y el gualda.
Las directivas de la Unión Europea impiden por ejemplo que el sistema sanitario británico pueda exigir un nivel mínimo de inglés al personal que les viene de fuera, que es mucho, pero esta semana andan ya quejándose de que un inglés pobre pone en peligro a los pacientes. Y aunque no nos señalan directamente, son muchísimos los médicos y enfermeras que se están marchando calladamente al otro lado del canal. Muchos los que empezarán a trabajar con la angustia de no controlar el idioma. España no les da trabajo y desafortunadamente tampoco las herramientas para poder marcharse. Entiendo perfectamente el horror de estar delante de un paciente o de un colega con un nivel de inglés bueno pero no suficiente. Créanme, es de infarto.
No es que los españoles seamos más tontos que otros europeos, ni tenemos ninguna predisposición genética para no hablar inglés. Entre los médicos mayores simplemente se ha tirado la toalla y entre los más jóvenes existe una dejadez tipo vagancia que tampoco es de extrañar teniendo en cuenta la situación laboral. Pero da rabia la falta de miras cuando tienen ya a su disposición un sistema de aprender inglés médico a la medida y optan por ignorarlo. Vaya por delante mi disculpa por el conflicto de intereses.
Hay que ponerse las pilas, empezando con las facultades de medicina. Las nuevas generaciones de médicos continúan con la eterna asignatura pendiente. Chapurrear el inglés no es suficiente. Hay que incluir el inglés médico como asignatura obligatoria para que dejemos de hacer este ridículo. Vean este video, no tiene desperdicio.
Curiosamente son muchos los médicos en España estudiando idiomas, pero en vez de abrirse perspectivas y conocimientos con el inglés se ven obligados a cerrarse esas perspectivas estudiando idiomitas chiquititos para satisfacer pataletas autonómicas. Una pena oiga, qué gran tiempo perdido. Yes, Spain is different!
Mientras el nivel profesional, asistencial y científico de cualquier médico español no tiene nada que envidiar a cualquier otro colega del mundo, le sigue faltando el instrumento más esencial para poder proyectarse fuera de las fronteras, el inglés. La proporción de presentaciones y ponencias en congresos médicos internacionales por parte de médicos españoles no hace justicia a nuestra medicina.
Ya sabemos que esto no es sólo un problema de los médicos, las últimas estadísticas ya apuntan a que mas del 56% de la población no habla ningún otro idioma y una proporción aún mucho más pequeña habla de manera fluida. Desde luego que España no haya tenido todavía un presidente de gobierno en democracia que hable inglés es no sólo significativo sino una vergüenza, pero que además periódicos como el 'New York Times' anden despiporrándose de nosotros por no hablar idiomas nos debería sacar los colores, el rojo y el gualda.
Las directivas de la Unión Europea impiden por ejemplo que el sistema sanitario británico pueda exigir un nivel mínimo de inglés al personal que les viene de fuera, que es mucho, pero esta semana andan ya quejándose de que un inglés pobre pone en peligro a los pacientes. Y aunque no nos señalan directamente, son muchísimos los médicos y enfermeras que se están marchando calladamente al otro lado del canal. Muchos los que empezarán a trabajar con la angustia de no controlar el idioma. España no les da trabajo y desafortunadamente tampoco las herramientas para poder marcharse. Entiendo perfectamente el horror de estar delante de un paciente o de un colega con un nivel de inglés bueno pero no suficiente. Créanme, es de infarto.
No es que los españoles seamos más tontos que otros europeos, ni tenemos ninguna predisposición genética para no hablar inglés. Entre los médicos mayores simplemente se ha tirado la toalla y entre los más jóvenes existe una dejadez tipo vagancia que tampoco es de extrañar teniendo en cuenta la situación laboral. Pero da rabia la falta de miras cuando tienen ya a su disposición un sistema de aprender inglés médico a la medida y optan por ignorarlo. Vaya por delante mi disculpa por el conflicto de intereses.
Hay que ponerse las pilas, empezando con las facultades de medicina. Las nuevas generaciones de médicos continúan con la eterna asignatura pendiente. Chapurrear el inglés no es suficiente. Hay que incluir el inglés médico como asignatura obligatoria para que dejemos de hacer este ridículo. Vean este video, no tiene desperdicio.
Curiosamente son muchos los médicos en España estudiando idiomas, pero en vez de abrirse perspectivas y conocimientos con el inglés se ven obligados a cerrarse esas perspectivas estudiando idiomitas chiquititos para satisfacer pataletas autonómicas. Una pena oiga, qué gran tiempo perdido. Yes, Spain is different!
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