La atención de la insuficiencia cardiaca se ve afectada por la cobertura de seguro
Un estudio halló que a los que tienen Medicaid y Medicare les va peor que a los que tienen seguro privado
Dirección de esta página: http://www.nlm.nih.gov/medlineplus/spanish/news/fullstory_116663.html(*estas noticias no estarán disponibles después del 12/19/2011)
Traducido del inglés: martes, 20 de septiembre, 2011
Los pacientes de Medicare y Medicaid y los que carecen de seguro de salud son menos propensos a recibir algunos tratamientos esenciales, y tienden a estar hospitalizados más tiempo, informan investigadores. Los pacientes de Medicaid tenían 22 por ciento más probabilidades de morir en el hospital que los pacientes con seguro privado, anotaron los investigadores.
"Desearía que los resultados revelaran una historia distinta", señaló el investigador líder, el Dr. John R. Kapoor, profesor asistente de medicina de la Facultad de medicina Pritzker de la Universidad de Chicago.
Los hallazgos revelan que sí hay disparidades en la atención de la insuficiencia cardiaca, y que se asocian con peores resultados. Añadió que esas prácticas desiguales deben ser corregidas.
"La gran herida sin curar de la medicina sigue siendo que la atención aún se personaliza para los individuos según su poder adquisitivo, y no su afección", lamentó. "La calidad de la atención para todos los pacientes, tengan o no seguro, no tiene precio".
El informe aparecerá en la edición del 27 de septiembre de la revista Journal of the American College of Cardiology.
Para el estudio, el equipo de Kapoor recolectó datos sobre 99,508 pacientes de insuficiencia cardiaca atendidos en 244 hospitales que forman parte del programa de calidad Get with the Guidelines Heart Failure (Cumpliendo directrices - Insuficiencia cardiaca) de la American Heart Association.
Los investigadores hallaron que incluso en esos hospitales, la cobertura de seguro influía la forma en que se aplicaban las directrices.
Por ejemplo, en comparación con los pacientes que tenían seguro privado, los pacientes con Medicaid o sin seguro eran menos propensos a recibir antihipertensivos conocidos como bloqueadores beta o a que se les recetara o colocara un cardioversor-desfibrilador antes de abandonar el hospital. Un cardioversor-desfibrilador administra automáticamente un choque al corazón si el órgano comienza a latir con irregularidad, para normalizar el latido cardiaco.
También era menos probable que se recetara otros fármacos que son parte de las directrices para el tratamiento de la insuficiencia cardiaca a los pacientes que tenían Medicaid o no tenían seguro, halló el grupo de Kapoor.
Además, los pacientes de Medicaid y Medicare también eran menos propensos a recibir otros antihipertensivos como los inhibidores de la enzima conversora de la angiotensina (ECA), o bloqueadores del receptor de la angiotensina (BRA) y bloqueadores beta, frente a los pacientes con seguro privado, hallaron los investigadores.
El Dr. Gregg Fonarow, coautor del estudio y profesor de cardiología de la Universidad de California en Los Ángeles, dijo que hay muchos motivos para las disparidades en la atención de salud, según quién pague la factura.
"Las desigualdades en el acceso a la atención especializada en las admisiones hospitalarias podrían explicar parte de las diferencias según el estatus de seguro", señaló Fonarow. "También podría haber un sesgo en ciertos médicos y hospitales de no recetar fármacos o terapias con beneficios de prolongación de la vida a pacientes según el paciente tenga un buen seguro o no. El estatus de seguro del paciente también se correlaciona con el estatus socioeconómico, lo que a su vez también influye sobre la atención y los resultados".
"Estos hallazgos chocantes y turbadores deben hacer que los médicos pausen y reflexionen sobre las conductas en la práctica", enfatizó Kapoor. "La calidad de la atención debe ser una prioridad, independientemente de los incentivos financieros".
El Dr. Marvin Konstam, director del Centro Cardiovascular del Centro Médico Tufts en Boston y autor de un editorial acompañante en la revista, dijo que hay ejemplos "flagrantes" en todo el sistema de atención de salud en que los pacientes no reciben terapias probadas porque carecen de una cobertura de seguro adecuada.
Citó una decisión en Arizona para detener el pago de varios tipos de trasplantes de órgano en los recipientes de Medicare.
"Esa es una decisión que se rescindió, pero es un ejemplo de cómo en el sistema actual hay un riesgo muy grande de decisiones arbitrarias y equivocadas que hagan que segmentos completos de la población no tengan acceso a una terapia comprobada", lamentó.
Esto puede ir desde decisiones tomadas por médicos individuales para un paciente particular hasta que los gobiernos estatales y federal tomen decisiones sobre clases completas de tratamiento, dijo.
Konstam cree que las decisiones sobre la atención deben tomar en cuenta la rentabilidad de las terapias, no solo el costo de la terapia en sí. Además, el pago de la atención debe cambiarse para que los costos sean similares para todo tipo de pacientes.
Artículo por HealthDay, traducido por Hispanicare
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