ESTADOS UNIDOS | Polémica sanitaria
La 'ciencia' de Bachmann
La candidata del Tea Party durante un discurso.| Ap
- Críticas a la política republicana por cuestionar sin rigor la vacuna del papiloma
- Sus afirmaciones, señalan los especialistas, no tienen "validez científica"
"No soy médico, no soy científica, no soy especialista", dijo esta semana Michele Bachmann, aspirante a la candidatura presidencial republicana, en el programa del comentarista político Sean Hannity. Y añadió, cuando Hannity le preguntó si la vacuna del papilomavirus podría tener un impacto negativo sobre el desarrollo mental de las niñas inmunizadas: "No tengo ni idea".
Sólo unos días antes su discurso era muy distinto. Se celebraba entonces un nuevo debate, organizado por la CNN, con los candidatos republicanos a liderar la carrera presidencial.
La reforma sanitaria de Obama y el programa del Estado de Texas de administración obligatoria de la vacuna del papiloma a niñas de 12 años son dos temas habituales en los debates republicanos. Los candidatos han recurrido a ellos con frecuencia con la intención de socavar el apoyo a Mitt Rommney, ex gobernador de Massachusetts, y Rick Perry, gobernador de Texas y favorito según las encuestas. Bachmann, miembro del Tea Party y en capa caída desde la aparición de Perry en el proceso de primarias, tomó la palabra.
En su intervención criticó el programa de vacunación obligatoria de Texas, se refirió a "las pequeñas niñas inocentes" a las que "inyectan" la vacuna y advirtió de los potenciales riesgos de la inmunización, que describió como "muy peligrosa". También insinuó que el plan de vacunación obligatoria de Perry se debía a las donaciones de uno de los dos fabricantes de la vacuna (Merck) al político de Texas.
Según diversas informaciones publicadas en la prensa estadounidense, Perry recibió casi 30.000 dólares de Merck en concepto de donación (sobre los alrededor de 30 millones recaudados en total durante la campaña). En 2007, cuando instauró el programa de vacunación con la vacuna del papiloma a niñas de 12 años, su antiguo jefe de gabinete trabajaba para Merck como 'lobista'. Un artículo en CNN analiza en profundidad las numerosas donaciones que ha recibido Perry directa o indirectamente de compañías farmacéuticas, algunas hasta de 700.000 dólares.
"Falsas afirmaciones"
Perry defiende su programa, aunque sí acepta críticas a su obligatoriedad. Sin embargo, un día después del debate de la CNN, Bachmann insistió en el mismo ataque al candidato, volvió a criticar la vacuna y reforzó su postura con el supuesto testimonio de una madre que se le acercó tras una reunión del Tea Party: "Me dijo que su hija tomó la vacuna y que la inyección le había provocado retraso mental".
El equipo de Bachmann no ha aportado ningún dato sobre la identidad de la mujer ni más información sobre el caso. Un especialista en bioética de la Universidad de Pennsilvania ha ofrecido 1.000 dólares a quien aporte alguna prueba sobre este supuesto efecto secundario. Diversos políticos y analistas han criticado las afirmaciones de la representante por Minnesota y señalan que su ataque a Perry ha llegado demasiado lejos.
En el debate sobre la vacuna del papiloma confluyen algunas de las principales obsesiones del Tea Party: la libertad individual (por encima, en este caso, de un programa de vacunación) y la educación sexual. "La intensa oposición de la derecha social [a la vacuna del papiloma] parece basarse en la idea de que una vez las niñas reciben la vacuna son más propensas a mantener relaciones sexuales", escribe Gail Collins, columnista del 'New York Times', en un artículo titulado "Las crónicas de Bachmann".
La Academia Americana de Pediatría ha difundido un comunicado donde critica "las falsas afirmaciones realizadas en la campaña presidencial republicana" sobre el peligro de la vacuna del papiloma y su impacto negativo en el desarrollo intelectual. "Estas afirmaciones no tienen ninguna validez científica", señala el comunicado.
En un editorial, el diario The Washington Post advierte de los políticos "cortos de miras" que socavan los esfuerzos de prevención sanitaria con el único propósito de dañar a sus contrincantes. "La histeria de Bachmann [...] hace que nos preguntemos si tiene una opinión similar sobre las inmunizaciones sistemáticas contra la polio, la varicela, el sarampión y otras enfermedades", afirma el 'Washington Post'.
Unos días después del polémico debate de la CNN, Bachmam cambió de discurso: "No tengo ni idea", dijo, cuando le preguntaron por los efectos secundarios de la vacuna.
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