ENTREVISTA: JOÃO CASTEL-BRANCO Presidente del Consejo de Administración del OEDT
"La guerra a las drogas mata más que las drogas"
SONSOLES ZUBELDIA - Bilbao - 29/09/2011
João Castel-Branco, presidente del Consejo de Administración del Observatorio Europeo de las Drogas y las Toxicomanías (OEDT), subraya que los estupefacientes no son territorio exclusivo de los jóvenes y asegura que la familia resulta la herramienta "más eficaz" de prevención. "No hay que alimentar mitos ni posiciones moralistas. Hay que presentar con seriedad los males que acarrea su consumo sin mentir nunca", aconsejaba ayer poco antes de impartir en Bilbao la conferencia inaugural del congreso Familias, adolescentes y drogas, que se celebra en la Universidad de Deusto hasta mañana.
Pregunta. ¿Qué papel juegan las drogas en la sociedad actual?
Respuesta. Durante dos o tres décadas el uso de la droga, sobre todo de la heroína, que ha marcado la realidad de España y Portugal, estaba muy vinculado a fenómenos de marginalidad y exclusión. Afectó a todas las clases sociales y a todas las familias. Desde mediados de los noventa, a ese entorno de marginalidad se ha unido un uso recreativo, pese al conocimiento cada vez mayor por parte de los usuarios de sus efectos y riesgos. Ahora hay un uso más utilitario. Las toman para obtener un determinado efecto: potenciar la diversión. En Europa, el fenómeno de la drogodependencia está disminuyendo, lo que no es lo mismo que decir que el consumo de drogas está disminuyendo.
P. Un reciente informe del Observatorio Europeo de las Drogas señaló que España se halla a la cabeza de Europa en consumo de cocaína, pero no ha crecido en los últimos años. ¿Hay motivos para el optimismo?
R. Sí, aunque la cocaína sigue teniendo ese halo de ser la droga de los poderosos, de los modelos, los artistas y sigue teniendo un gran poder de atracción entre los jóvenes. Cada vez aparecen más formas de presentación de la cocaína, como la pasta base o el crack, que tienen un gran poder adictivo y destructivo.
P. ¿Qué opina sobre la legalización de las drogas?
R. Es una discusión que es necesario afrontar de una forma profunda y seria, pensando con rigor los pros y los contras. Creo que la guerra a las drogas, tal y como la hemos hecho en todo el mundo, mata más que las drogas. En Brasil ya han muerto 40 policías en lo que va de año. Por cada policía muerto, mueren 10 o 15 del otro lado. Hay que pensar muy seriamente en un cambio de paradigma, no sé si necesariamente por la vía de la legalización. Hay fuertes movimientos en ese sentido, como que el estatuto aplicable a estas sustancias sea comparable al del alcohol o tabaco, que los Estados recojan tasas por su uso... Creo que puede ser una vía, aunque debe ser abordada entre todas las naciones; no debe hacerlo un solo país.
P. ¿Ganan terreno las drogas de diseño frente al resto?
R. Son muy variadas. Hay una capacidad casi infinita de producir nuevas sustancias. Muchas son variantes muy próximas a drogas conocidas. Ligeros cambios en la estructura molecular las saca de las clasificaciones oficiales. Es como jugar al gato y al ratón. No se pueden prohibir antes de ser creadas. ¿Es eficaz prohibirlas? Si lo es, hay que buscar otra forma de hacerlo. Mientras, hay que estudiarlas rápidamente e informar.
P. Internet ha facilitado la comercialización de drogas.
R. Sí, es complicado. Si la gente ve que una droga está disponible en una tienda con las puertas abiertas es porque no es mala. En muchos casos, la línea que la separa de los medicamentos es fina.
P. ¿Cómo ha afectado la crisis al consumo de drogas?
R. Hay una mayor tendencia de uso entre las personas para aliviar su sufrimiento. También hay más gente intentando usar el pequeño tráfico como actividad de supervivencia. Y la disminución de presupuesto de los servicios que se dedican a tratar este problema. Son tres factores de preocupación que pueden conducir, si no estamos atentos, a un recrudecimiento del fenómeno en los países más afectados por la crisis.
P. ¿Son eficaces las campañas de prevención actuales?
R. Las campañas están cada vez más dirigidas a grupos o individuos determinados, en detrimento de las grandes campañas de moda 20 años atrás. Se comprobó que esas campañas generalistas tienen un bajo retorno para su coste, cuando no son contraproducentes y hay un aumento del consumo.
"La legalización puede ser una vía, pero debe abordarse entre todos"
"El fenómeno puede recrucederse en los países más azotados por la crisis"
Respuesta. Durante dos o tres décadas el uso de la droga, sobre todo de la heroína, que ha marcado la realidad de España y Portugal, estaba muy vinculado a fenómenos de marginalidad y exclusión. Afectó a todas las clases sociales y a todas las familias. Desde mediados de los noventa, a ese entorno de marginalidad se ha unido un uso recreativo, pese al conocimiento cada vez mayor por parte de los usuarios de sus efectos y riesgos. Ahora hay un uso más utilitario. Las toman para obtener un determinado efecto: potenciar la diversión. En Europa, el fenómeno de la drogodependencia está disminuyendo, lo que no es lo mismo que decir que el consumo de drogas está disminuyendo.
P. Un reciente informe del Observatorio Europeo de las Drogas señaló que España se halla a la cabeza de Europa en consumo de cocaína, pero no ha crecido en los últimos años. ¿Hay motivos para el optimismo?
R. Sí, aunque la cocaína sigue teniendo ese halo de ser la droga de los poderosos, de los modelos, los artistas y sigue teniendo un gran poder de atracción entre los jóvenes. Cada vez aparecen más formas de presentación de la cocaína, como la pasta base o el crack, que tienen un gran poder adictivo y destructivo.
P. ¿Qué opina sobre la legalización de las drogas?
R. Es una discusión que es necesario afrontar de una forma profunda y seria, pensando con rigor los pros y los contras. Creo que la guerra a las drogas, tal y como la hemos hecho en todo el mundo, mata más que las drogas. En Brasil ya han muerto 40 policías en lo que va de año. Por cada policía muerto, mueren 10 o 15 del otro lado. Hay que pensar muy seriamente en un cambio de paradigma, no sé si necesariamente por la vía de la legalización. Hay fuertes movimientos en ese sentido, como que el estatuto aplicable a estas sustancias sea comparable al del alcohol o tabaco, que los Estados recojan tasas por su uso... Creo que puede ser una vía, aunque debe ser abordada entre todas las naciones; no debe hacerlo un solo país.
P. ¿Ganan terreno las drogas de diseño frente al resto?
R. Son muy variadas. Hay una capacidad casi infinita de producir nuevas sustancias. Muchas son variantes muy próximas a drogas conocidas. Ligeros cambios en la estructura molecular las saca de las clasificaciones oficiales. Es como jugar al gato y al ratón. No se pueden prohibir antes de ser creadas. ¿Es eficaz prohibirlas? Si lo es, hay que buscar otra forma de hacerlo. Mientras, hay que estudiarlas rápidamente e informar.
P. Internet ha facilitado la comercialización de drogas.
R. Sí, es complicado. Si la gente ve que una droga está disponible en una tienda con las puertas abiertas es porque no es mala. En muchos casos, la línea que la separa de los medicamentos es fina.
P. ¿Cómo ha afectado la crisis al consumo de drogas?
R. Hay una mayor tendencia de uso entre las personas para aliviar su sufrimiento. También hay más gente intentando usar el pequeño tráfico como actividad de supervivencia. Y la disminución de presupuesto de los servicios que se dedican a tratar este problema. Son tres factores de preocupación que pueden conducir, si no estamos atentos, a un recrudecimiento del fenómeno en los países más afectados por la crisis.
P. ¿Son eficaces las campañas de prevención actuales?
R. Las campañas están cada vez más dirigidas a grupos o individuos determinados, en detrimento de las grandes campañas de moda 20 años atrás. Se comprobó que esas campañas generalistas tienen un bajo retorno para su coste, cuando no son contraproducentes y hay un aumento del consumo.
João Castel-Branco
João Castel-Branco (Cernache do Bonjardim, Portugal, 1954) se licenció en Medicina en 1978 por la Universidad de Lisboa y ejerció como médico de familia hasta que decidió dedicarse a la lucha activa contra las drogas. Entre 1997 y 2002 fue el responsable del servicio de drogodependencias del Ministerio de Salud de su país natal. Desde 2005 preside el Consejo de Administración del Observatorio Europeo de las Drogas y las Toxicomanías (OEDT).
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