Enfermería demanda más reconocimiento
Médico-enfermero, una relación muy vertical
La calidad de la atención es el fruto del trabajo de muchos profesionales sanitarios. No sólo los médicos tienen la sartén por el mango. Los enfermeros por ejemplo tienen cada vez más voz y más voto. A pesar de que los papeles profesionales en ese sector tienen que cambiar para ajustarse a la realidad, la relación entre médicos y enfermeros sigue siendo demasiado vertical. Los profesionales de enfermería creen que, en pleno siglo XXI, los médicos no entienden su tarea asistencial y demandan más reconocimiento, más comunicación y mucho más afán de colaboración.
Álvaro Sánchez León | 08/09/2011 00:00
Batas blancas.
Como en cualquier relación entre personas, el tiempo y la inercia pueden entorpecer el entendimiento si no se cuidan las cosas grandes y los detalles pequeños. Si no hay una evolución positiva, es más que posible que se resientan incluso los matrimonios más estables. Por eso, la relación médico-enfermero, esencial en la buena marcha de la sanidad, necesita una revisión. El siglo XXI ha llegado con novedades y los papeles sanitarios deben adaptarse cuanto antes para que no se rompa el equipo. Médicos y enfermeros están condenados a entenderse, pero sería más grato para ellos y para los pacientes que esa condena fuera lo más gustosa posible. Para el médico que aspira siempre a mejorar su trabajo, quizás le sirva contemplar cómo le ven los enfermeros cuando le miran al espejo. Con tanta franqueza sólo es posible entender que el juicio crítico es lo más constructivo en una relación laboral, aunque sea de hecho.
Pilar López es enfermera de primaria en Ciudad Real. Ella cree que la relación entre ambas profesiones "depende del día, pero en un 90 por ciento de los casos es muy buena", sobre todo en el primer nivel asistencial. Para evitar roces puntuales, propone que los médicos sepan "valorar el trabajo de todos los miembros del equipo y ayudar a enseñar al paciente a confiar también en la enfermería". Esta ciudadana habitual de la Salud 2.0 considera que "en primaria la relación es de igual a igual, pero en los hospitales el facultativo es el facultativo, y gran parte de culpa de esa situación la tenemos nosotros".
Coincide con este análisis Serafín Fernández, enfermero de hospital de Jaén. En su opinión, "la relación podríamos definirla como buena en algunos lugares, como primaria; difícil en una unidad de atención hospitalaria, e inexistente en los quirófanos". Después de años de experiencia laboral, concreta algunas lagunas de esta pareja tradicionalmente bien avenida: falta de comunicación entre los miembros del equipo y falta de consideración respecto del trabajo que desempeñan los enfermeros. Más claro, agua, aunque, como apunta, revertir esta situación "no es sólo cuestión del médico".
Respeto y sintonía
Xosé Manuel Meijome trabaja en atención hospitalaria en Ponferrada (León). Él dibuja la sintonía profesional con porcentajes gráficos: "Un 80 por ciento de las relaciones no pasan de un mero dar órdenes, demandar información y solicitar la realización de tareas de secretariado, mientras que en el 20 por ciento restante se engloban tanto los auténticos equipos multidisciplinares como las actitudes despóticas faltas de toda educación y respeto al trabajo de los demás". Y pone el dedo en la llaga que más importa a todos los profesionales sanitarios: "Parece que no cuidamos/tratamos a las mismas personas ni trabajamos en el mismo espacio". Según él, cambiarían las cosas "con la simple acción de exponer con antelación el cronograma de trabajo diario y escuchar a los demás".
Soraya Cámara ejerce en Burgos, también en el ámbito hospitalario. Su experiencia es que "la relación personal es bastante buena. Por lo menos podemos expresar nuestro malestar con una cierta libertad". Para ella lo más penoso es que "adjuntos jóvenes y MIR son los que se creen que por ser médicos tienen una secretaria particular. Permanece la idea de que les tenemos que imprimir sus informes, tener sus historias colocaditas, hablar con secretarias, reclamar peticiones...". Carmen García, enfermera de La Rioja, dice que "la horizontalidad es un sueño que no se va a cumplir. La dirección de los hospitales es absolutamente medicocéntrica y los enfermeros son invisibles, algo que consiente la dirección de enfermería. La enfermera es la que está al lado del paciente y el médico aparece, decide y se va y no establece relación con él".
Rosa Rodríguez, de Cádiz, ve que los enfermeros no pueden ser "el pañuelo de lágrimas del médico, o el sparring de sus frustraciones", para lo que apuesta por aconsejar al galeno "que se sienta como parte de un grupo y no vea al resto como a subordinados", algo para lo que Carolina González, enfermera hospitalaria de Valladolid, propone que en la agenda de trabajo de ambos "se reserven 30 minutos diarios para hablar de los pacientes", lo cual serviría para mejorar la implicación multidisciplinar.
Opinión valorada
Inés Bajo trabaja en primaria en Madrid y su relación con los médicos "es muy buena. Se toman decisiones en equipo, se habla de la evolución de los pacientes, se intenta llegar a un consenso...". Sin embargo, también ella echa en falta más comunicación y que "no se tome en cuenta mi opinión", hasta el punto de que puedan ponerse en duda algunos aspectos de su labor asistencial. En su opinión, el médico "debería fiarse más del criterio del personal de enfermería". Noelia Redondo, de Ciudad Real, también se desenvuelve con satisfacción en el primer nivel. El problema más evidente en su día a día con los médicos son los derivados de las recetas de tratamientos crónicos, sobre todo "con los cambios a genéricos que no se explican bien al paciente".
Isabel Pérez ve en la edad un condicionante: "Los médicos mayores son más reacios al trabajo en equipo y los jóvenes te hacen más partícipe". Esta enfermera de Urgencias de Castellón lamenta que haya galenos "que no aceptan criterios distintos. Que se den cuenta de que esta profesión es imprescindible".
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