La AES pone sobre la mesa 17 propuestas para despolitizar la Sanidad y conseguir una financiación selectiva, antes de dar pasos como recortes lineales
Madrid (4/11/2011) - Silvia C.Carpallo
Desinvertir lo que no añade en salud, crear un Nice español, más Salud Pública, y una Atención Primaria y Especializada integradas y desfuncionarizadas, estas son algunas de las líneas de mejora que la Asociación de Economía para la Salud propone en un nuevo documento de debate
La Asociación de Economía para la Salud (AES) ha presentado el documento de debate "La Sanidad Pública ante la crisis: recomendaciones para una actuación pública sensata y responsable". Estas 17 propuestas pretenden hacer ver como aún queda mucho por hacer para mejorar la Sanidad, y que el contexto lo permite, antes de tener que realizar recortes lineales. Juan Oliva, en nombre de la junta directiva de AES, dejaba claro que "debemos de mejorar la transparencia y dar rendición de cuentas". Presentaba este documento uno de sus autores, Enrique Bernal, del Instituto Aragonés de Ciencias de la Salud, "son 17 elementos para el debate, pero el hilo conductor y la idea principal es que no se debe posponer la financiación selectiva". De esta manera, las propuestas pasan por ideas como la de financiar sólo aquello que produce valor, bajo criterios de efectividad clínica, y dejar de pagar, por tanto, aquello que no es coste efectivo. Para ello habría que crear una institución independiente que decidiera que es necesario financiar, al estilo del NICE inglés.
Otros aspectos a mejorar serían el de cambiar los criterios a la hora de organizar las listas de espera, en los que debería primar la gravedad y el beneficio potencial de la intervención quirúrgica para el paciente. Igualmente, se propone revisar las inequidades que produce el copago farmacéutico y volver a poner sobre la mesa, y sin prejuicios, los copagos evitables sanitarios. Bernal aportaba también otros temas a resolver como que "la Salud Pública está aún bastante apartada de los servicios de Salud", así como que "es necesario que la Atención Primaria y la Especializada estén bien integradas", lo que incluiría tener ligados sus presupuestos. En este mismo sentido estaría la idea de reorganizar los servicios de salud, para que "puedan ver al paciente como un conjunto", y no sólo por especialidades, idea en el que la troncalidad es considerada como una herramienta muy favorable al respecto.
En definitiva, despolitizar en lo posible la Sanidad, es el otro gran objetivo, en el que se puede avanzar con pasos como la necesaria profesionalización de la gestión sanitaria, la creación de un órgano de carácter técnico y con representación paritaria de los Servicios de Salud que facilite la gestión de sus interdependencias y canalice la colaboración mutua, y ser transparentes en las cuentas del sistema, "lo que afecta especialmente a experimentos público-privados, que no se saben si funcionan o no".
Así, José Ramón Repullo, jefe del departamento de Planificación y Economía de la Salud de la Escuela Nacional de Sanidad, valoraba que "no propiciamos recortes, sino pasar a hacer la buena medicina clínica que debíamos de haber hecho hace ya mucho tiempo". Enrique Bernal se le sumaba añadiendo que "es ineludible entrar en el debate y no posponerlo, porque el ciudadanos va a empezar a pensar que es preferible no estar en el sistema, y se quedarán sólo los que no tengan otra alternativa".
Ni funcionarios ni asalariados
Otras de las propuestas de la AES pasan por ideas que conduzcan a los agentes sanitarios a pensar en estos términos. Para ello el primer punto era el de la retribución de profesionales, proveedores y de los propios centros sanitarios según resultados y esfuerzos.
Después, se considera negativo que los profesionales de la Atención Primaria sean asalariados, puesto que necesitan nuevos incentivos para salir de la crisis, y por tanto, se propone que estos oferten la prestación de sus servicios al financiador, asumiendo los riesgos económicos derivados de su mayor o menor eficiencia. Por tanto, la clave estaría en "desfuncionarizar para profesionalizar", que según Repullo se reformaría en la búsqueda "de agrupaciones por afinidad", que "se comprometan a unos resultados y que sean evaluables".
Otros aspectos a mejorar serían el de cambiar los criterios a la hora de organizar las listas de espera, en los que debería primar la gravedad y el beneficio potencial de la intervención quirúrgica para el paciente. Igualmente, se propone revisar las inequidades que produce el copago farmacéutico y volver a poner sobre la mesa, y sin prejuicios, los copagos evitables sanitarios. Bernal aportaba también otros temas a resolver como que "la Salud Pública está aún bastante apartada de los servicios de Salud", así como que "es necesario que la Atención Primaria y la Especializada estén bien integradas", lo que incluiría tener ligados sus presupuestos. En este mismo sentido estaría la idea de reorganizar los servicios de salud, para que "puedan ver al paciente como un conjunto", y no sólo por especialidades, idea en el que la troncalidad es considerada como una herramienta muy favorable al respecto.
En definitiva, despolitizar en lo posible la Sanidad, es el otro gran objetivo, en el que se puede avanzar con pasos como la necesaria profesionalización de la gestión sanitaria, la creación de un órgano de carácter técnico y con representación paritaria de los Servicios de Salud que facilite la gestión de sus interdependencias y canalice la colaboración mutua, y ser transparentes en las cuentas del sistema, "lo que afecta especialmente a experimentos público-privados, que no se saben si funcionan o no".
Así, José Ramón Repullo, jefe del departamento de Planificación y Economía de la Salud de la Escuela Nacional de Sanidad, valoraba que "no propiciamos recortes, sino pasar a hacer la buena medicina clínica que debíamos de haber hecho hace ya mucho tiempo". Enrique Bernal se le sumaba añadiendo que "es ineludible entrar en el debate y no posponerlo, porque el ciudadanos va a empezar a pensar que es preferible no estar en el sistema, y se quedarán sólo los que no tengan otra alternativa".
Ni funcionarios ni asalariados
Otras de las propuestas de la AES pasan por ideas que conduzcan a los agentes sanitarios a pensar en estos términos. Para ello el primer punto era el de la retribución de profesionales, proveedores y de los propios centros sanitarios según resultados y esfuerzos.
Después, se considera negativo que los profesionales de la Atención Primaria sean asalariados, puesto que necesitan nuevos incentivos para salir de la crisis, y por tanto, se propone que estos oferten la prestación de sus servicios al financiador, asumiendo los riesgos económicos derivados de su mayor o menor eficiencia. Por tanto, la clave estaría en "desfuncionarizar para profesionalizar", que según Repullo se reformaría en la búsqueda "de agrupaciones por afinidad", que "se comprometan a unos resultados y que sean evaluables".
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