Un nuevo modelo necesita el pacto de Estado, reitera la OMC

Representantes de las tres principales profesiones sanitarias se han reunido para debatir sobre contención del gasto. La conclusión es que ya está todo dicho y que es momento de actuar. Serafín Romero, secretario general de la OMC, cree que el Pacto de Estado es prioritario.

José A. Plaza | 25/11/2011 00:00

Daniel Aparicio,Serafín Romero, Rafael Lletget y Cecilio Venegas

Daniel Aparicio (responsable de Comunicación del Hospital de Torrejón, en Madrid, y moderador de la mesa), Serafín Romero, Rafael Lletget y Cecilio Venegas, al término de la jornada. (José Luis Pindado)

La mayoría de profesionales está de acuerdo en que el problema es, más que sanitario per se, de financiación. Las políticas llevan ya años, con especial protagonismo de los últimos meses, basadas en contener el gasto; para profundizar en este reto, una jornada organizada por Unidad Editorial en colaboración con Diario Médico ha reunido en una mesa redonda a representantes de las tres principales profesiones sanitarias.

Serafín Romero, secretario general de la OMC; Rafael Lletget, director general del Consejo General de Enfermería, y Cecilio Venegas, presidente del Colegio Oficial de Farmacéuticos de Badajoz, se han mostrado de acuerdo en que, por su parte, "ya está casi todo dicho", pero han dejado claro que seguirán defendiendo, alto y claro, la sanidad española.

Dar lo mismo con menos
Como no hay sorpresas de fondo, Venegas se ha centrado en la forma y, con tono mordaz, casi cáustico, ha denunciado los problemas de la farmacia optando por reír para no llorar. En una sola frase ha resumido "la cruda realidad: una caja de paracetamol vale menos que una caja de Juanolas". En un momento en que la medicina toma tintes de verse como gasto y no como inversión, "el sistema se sostiene con precios y márgenes bajos, tratando de dar las mismas prestaciones con menos medios y sueldos más bajos".

Según ha augurado, a finales de año cerca de 11.500 farmacias, la mitad del total en España, estarán afectadas por impagos: "Esta profesión es hoy día una actividad de riesgo más que una oportunidad de negocio". Con respecto a la posibilidad de que Cataluña instaure un ticket moderador, no se atreve a pronosticar qué sucederá, pero sí que "se aplique o no, no afectará a toda España: la realidad nacional será de nuevo dispar".

Por su parte, Romero ha apuntado que "después de análisis de todos los tipos y colores aún seguimos dándole vueltas al Pacto de Estado, mientras la situación autonómica es desesperada". Con una realidad en la que, entre otras señas de identidad, hay "un Ministerio que invita para que luego paguen otros", la OMC se siente desinformada y ve preguntas sin respuesta: "¿Qué esfuerzo nos piden, para qué y hasta cuándo? ¿Quién evalúa cómo vamos?".

Entre tanto desconcierto Romero sí tiene claras algunas cosas: "Ahora no vale sólo la eficiencia, pero por alguna razón no se permite trabajar con modelos nuevos". La OMC se ofrece: "Podemos dar corresponsabilidad compartida, un refuerzo a la ciudadanía sanitaria, una racionalización de prestaciones y, si hace falta, un trabajo basado en actuaciones priorizadas". Pero quien da tiene más derecho a exigir: "Reclamamos una mayor evaluación en el SNS, cambios en el modelo profesional y retributivo, cohesión en el CI y una definición de buen Gobierno, porque ya no vale todo". Exigencias que se sustentan en una fundamental: "Un pacto de Estado sanitario".

Son problemas actuales que vienen de lejos, según Lletget: "Aprovechando la crisis sale a colación la financiación y la sostenibilidad. Pero ya hace mucho, al principio de las transferencias, había consejeros que decían que el sistema no era sostenible y que iba a generar déficit".

Todo por el sistema
La sociedad entiende que, a grandes males, grandes remedios: "Sabemos que dos tercios de los ciudadanos no ven mal el copago; la gente está dispuesta a darlo casi todo por el sistema". Pero hay cosas intocables, como la calidad, con las que se está jugando: "Se contrata, a propósito, profesionales menos cualificados".

En definitiva, el presente es málaga y el futuro suena a malagón:"Los profesionales somos los primeros sufridores y, aun así, no damos señales de liderar un cambio. Cuando lo hagamos, pese a nuestra indiscutible vocación asistencial, las cosas se pueden complicar aún más".

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