Cardiólogos, internistas y médicos de familia denuncian diferencias autonómicas para prescribir el nuevo anticoagulante oral dabigatrán
Madrid (14/12/2011) - Redacción
• Mientras que en algunas comunidades, como Galicia, Andalucía, País Vasco y Cataluña, el médico de familia puede indicar el tratamiento mediante un informe clínico, en otras se necesita derivación al especialista hospitalario
• Consideran que la derivación por una mera causa administrativa no está justificada y va a suponer una sobrecarga para los especialistas en los hospitales
La Sociedad Español de Medicina de Familia y Comunitaria (semFYC), la de Medicina Interna (SEMI) y la de Cardiología (SEC) han denunciado su desacuerdo con las diferencias que existen entre Comunidades Autónomas (CCAA) a la hora de prescribir el nuevo anticoagulante oral dabigatrán. Con este motivo han firmado un manifiesto en el marco de la Reunión Conjunta semFYC-SEC. IV Congreso Clínico Cardiovascular, que se acaba de celebrar en Alicante, para denunciar dicha situación y las consecuencias que esto puede suponer para profesionales y pacientes.
Actualmente, mientras que en algunas CCAA, como Galicia, Andalucía, País Vasco y Cataluña, el médico de familia puede indicar este tratamiento (con el pertinente informe clínico), en otras se exige que el informe sea realizado por el especialista hospitalario, lo que requiere la derivación del paciente y la subsiguiente demora en el inicio de la anticoagulación, según han denunciado. Se da la paradoja que desde hace años en la mayoría de estas CCAA es el médico de Atención Primaria el principal responsable del seguimiento y control del paciente anticoagulado crónicamente, afirman. "Esta nueva situación supone un paso atrás y una visible desconfianza en la competencia y capacidad de coordinación de los profesionales actualmente involucrados en este proceso".
Por estos motivos, las tres sociedades científicas consideran que la imposibilidad de prescripción para el médico de familia carece de fundamento en el contexto actual, precisamente cuando la anticoagulación oral está incluida en la cartera de servicios de AP y los profesionales han adquirido amplia formación y experiencia en este área, incluyendo la importante labor de enfermería.
En opinión de semFYC, SEC y SEMI, la derivación de un paciente "por un mero trámite administrativo no se justifica y es evidente que sobrecargará aún más las consultas de los hospitales y de los servicios de urgencias". Además, consideran que "no tiene sentido mantener a un paciente que tenga clara indicación para el tratamiento, semanas o meses sin anticoagular por esta causa, expuesto a un riesgo embólico innecesario durante ese periodo". Una vez más, se producirá heterogeneidad y desigualdad en el acceso de los pacientes a una terapia ya aprobada en España y en Europa, por simples barreras geográficas, tal y como denuncian.
Adicionalmente, muchas de las posibles indicaciones de los nuevos anticoagulantes van a depender de la imposibilidad o dificultad de mantener un control apropiado del rango terapéutico con los anticoagulantes clásicos. Por tanto, el médico de Atención Primaria está en una posición óptima para evaluar este aspecto y solicitar las oportunas interconsultas cuando esté indicado.
Desde hace años, las sociedades científicas que firman el manifiesto trabajan a favor de una óptima coordinación para una mejor atención del paciente con patología cardiovascular, tal y como se ha puesto de manifiesto en esta Reunión Conjunta SEC-semFYC de ámbito nacional, en la que han participado más de 500 especialistas. Según señalan, "el grado de madurez alcanzado entre sociedades y especialistas se pone seriamente en duda mediante este tipo de acciones".
Ante este hecho, semFYC, SEMI y SEC quieren ponerse a disposición de las administraciones sanitarias autonómicas "para optimizar la gestión del paciente que precisa anticoagulación oral en este nuevo escenario". En este sentido consideran que la heterogeneidad, la desigualdad en la consideración de la competencia de sus profesionales, así como en la accesibilidad al tratamiento para los pacientes, generará malestar, irritación y confusión entre los facultativos y, adicionalmente, demoras y exposición a un riesgo innecesario para los pacientes.
Se estima que en España hay cerca de medio millón de pacientes anticoagulados por fibrilación auricular. De ellos, según los expertos al menos un 20 por ciento podría ser inicialmente considerado para cambiar su tratamiento, por ejemplo por un mal control con los anticoagulantes clásicos. Dabigatrán, un medicamento que precisa visado de inspección, está indicado para prevenir el ictus u otros embolismos en pacientes con Fibrilación Auricular (FA) no valvular.
Actualmente, mientras que en algunas CCAA, como Galicia, Andalucía, País Vasco y Cataluña, el médico de familia puede indicar este tratamiento (con el pertinente informe clínico), en otras se exige que el informe sea realizado por el especialista hospitalario, lo que requiere la derivación del paciente y la subsiguiente demora en el inicio de la anticoagulación, según han denunciado. Se da la paradoja que desde hace años en la mayoría de estas CCAA es el médico de Atención Primaria el principal responsable del seguimiento y control del paciente anticoagulado crónicamente, afirman. "Esta nueva situación supone un paso atrás y una visible desconfianza en la competencia y capacidad de coordinación de los profesionales actualmente involucrados en este proceso".
Por estos motivos, las tres sociedades científicas consideran que la imposibilidad de prescripción para el médico de familia carece de fundamento en el contexto actual, precisamente cuando la anticoagulación oral está incluida en la cartera de servicios de AP y los profesionales han adquirido amplia formación y experiencia en este área, incluyendo la importante labor de enfermería.
En opinión de semFYC, SEC y SEMI, la derivación de un paciente "por un mero trámite administrativo no se justifica y es evidente que sobrecargará aún más las consultas de los hospitales y de los servicios de urgencias". Además, consideran que "no tiene sentido mantener a un paciente que tenga clara indicación para el tratamiento, semanas o meses sin anticoagular por esta causa, expuesto a un riesgo embólico innecesario durante ese periodo". Una vez más, se producirá heterogeneidad y desigualdad en el acceso de los pacientes a una terapia ya aprobada en España y en Europa, por simples barreras geográficas, tal y como denuncian.
Adicionalmente, muchas de las posibles indicaciones de los nuevos anticoagulantes van a depender de la imposibilidad o dificultad de mantener un control apropiado del rango terapéutico con los anticoagulantes clásicos. Por tanto, el médico de Atención Primaria está en una posición óptima para evaluar este aspecto y solicitar las oportunas interconsultas cuando esté indicado.
Desde hace años, las sociedades científicas que firman el manifiesto trabajan a favor de una óptima coordinación para una mejor atención del paciente con patología cardiovascular, tal y como se ha puesto de manifiesto en esta Reunión Conjunta SEC-semFYC de ámbito nacional, en la que han participado más de 500 especialistas. Según señalan, "el grado de madurez alcanzado entre sociedades y especialistas se pone seriamente en duda mediante este tipo de acciones".
Ante este hecho, semFYC, SEMI y SEC quieren ponerse a disposición de las administraciones sanitarias autonómicas "para optimizar la gestión del paciente que precisa anticoagulación oral en este nuevo escenario". En este sentido consideran que la heterogeneidad, la desigualdad en la consideración de la competencia de sus profesionales, así como en la accesibilidad al tratamiento para los pacientes, generará malestar, irritación y confusión entre los facultativos y, adicionalmente, demoras y exposición a un riesgo innecesario para los pacientes.
Se estima que en España hay cerca de medio millón de pacientes anticoagulados por fibrilación auricular. De ellos, según los expertos al menos un 20 por ciento podría ser inicialmente considerado para cambiar su tratamiento, por ejemplo por un mal control con los anticoagulantes clásicos. Dabigatrán, un medicamento que precisa visado de inspección, está indicado para prevenir el ictus u otros embolismos en pacientes con Fibrilación Auricular (FA) no valvular.
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