lunes, 7 de octubre de 2013

IntraMed - Puntos de vista - Profesionales para el siglo XXI en un mundo global

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IntraMed 
03 OCT 13 | Por los Dres. Carlos Trotta y Andrés Carot
Profesionales para el siglo XXI en un mundo global
Dos Médicos sin Fronteras analizan el perfil de profesional que necesita un mundo global, en particular cirujanos y anestesistas.

Dres. Carlos Trotta y Andrés Carot
 
ÍNDICE 

Referencias
Profesionales para el siglo XXI en un mundo global: necesidad y desafío
El propósito de esta presentación es plantear la necesidad de un nuevo perfil de profesionales para un mundo interconectado, global, necesitado de valores humanitarios; anestesiólogos y cirujanos  preocupados y ocupados por lo que sucede no solo dentro de nuestras fronteras sino por lo que sucede más allá de ellas.
En el contexto de lo que se ha dado en llamar epidemia global de desigualdad en salud, es evidente que hay países con acceso dispar a un tratamiento quirúrgico y anestésico eficaz;  lo que debiera ser un auténtico tema de salud pública no ha sido reconocido como tal ni se ha visto reflejado en la formación y actuación de nuestros profesionales. 
La Federación Mundial de Sociedades de Anestesiólogos  dice  por ejemplo - (The Lancet, enero de 2011) - que la mortalidad por anestesia en los países desarrollados es 1 cada 185.000 operaciones, mientras que en los países de bajos ingresos es 1 cada 133.
Con respecto a lo que es considerado un requerimiento mínimo del monitoreo en anestesia, el oxímetro, los países de altos ingresos tienen oxímetros en prácticamente el 100% de sus salas de operaciones; el promedio mundial es del 80 %;  en los países del África sub-sahariana es de solo 30%. (1)
Se estima que 2.000 mil millones de personas en el mundo no tienen acceso a servicios elementales de cirugía, y 35 millones reciben anestesia sin equipo o personal adecuados  (2).
Ahora bien, cuando se abordan temas de salud pública global o internacional se piensa  por lo general en grandes epidemias; el acceso a cirugía y por ende a anestesia no figura entre esas inquietudes, no es una prioridad (3) a pesar que ya en 1980 el  Dr. H. Mahler –que entonces presidía  la Organización Mundial de la Salud –OMS- las relacionaba con el lema de Alma-Ata “Salud para todos.

Decía allí –hablando en un Congreso Internacional -……”la distribución de los recursos quirúrgicos en los países y en el mundo debe ser analizada detenidamente de la misma manera que cualquier bien intelectual, científico, técnico, social o económico” (4).
Recién en diciembre de 2005 la O.M.S. lanza la llamada Iniciativa global para el cuidado en cirugía (GIESSC, por sus siglas en inglés)   (5).
La O.M.S. estima que solucionar las enfermedades quirúrgicas-dentro de las cuales el abordaje anestésico es fundamental- es tan costo efectivo como una campaña de vacunación (6) y agrega  que la incidencia de patologías pasibles de cirugía –sea por incidentes de tránsito, por urgencias obstétricas o por conflictos armados, donde mas del 90% de las víctimas son civiles (7) –aumentará dramáticamente, aun más, hacia el 2020 (8), afectará principalmente a la franja etárea que va de los 15 a los 44 años (9) y será más evidente y letal en los países menos desarrollados y en los sectores más empobrecidos donde faltan recursos humanos y físicos, configurando así una crisis humanitaria y de salud colectiva de  magnitud.
Estas cifras y estos datos denuncian inequidad y desigualdad entre países (10) y dentro de un mismo país (11):  el World Journal of  Surgery no duda en hablar de la “obscena combinación de cirugía y anestesia de alta tecnología para los ricos y prácticamente nada para los pobres” (12).
Sin embargo a pesar de su contundencia esta problemática merece entrar dentro del grupo de las llamadas enfermedades olvidadas (DNDI) (13) ya que no se la encara como un objetivo humanitario prioritario.
Las disparidades existentes son inaceptables.
Ante esa realidad, es necesario pensar un cambio en nuestra  formación y en nuestra actuación como profesionales de la salud?
Hemos respondido a esas necesidades y a esos desafíos?
Es evidente que nuestro accionar como médicos, como profesionales, no puede limitarse a la especialidad ni a nuestro radio de acción; es evidente que debemos ampliar nuestra mirada porque ahora vivimos en un mundo interconectado, interdependiente y conocemos y sabemos estadísticas, datos, hechos, como los ya mencionados, ante los que no podemos permanecer indiferentes sin ofrecer una respuesta (14). Sería renegar de nuestros compromisos éticos, negar la salud como derecho (14 a) y  tener una visión pequeña del mundo que limitaría seriamente no solo nuestro desarrollo humano sino también el profesional “porque, además del imperativo moral,  hay una enorme caudal de conocimientos y experiencias que pueden ganarse con el intercambio de ideas y prácticas” (traducción libre del antes mencionado comentario editorial del World Journal of  Surgery).
Es entonces que, tomando como referencia el informe publicado el día 4 de diciembre de 2010 por la “Comisión para la educación de los profesionales de la salud en el siglo XXI”  de la revista The Lancet, se plantea una reflexión conjunta sobre la necesidad de una reforma en nuestros programas educativos de posgrado y de residencia, y en los planes de nuestras Asociaciones (las de Anestesiología y las de Cirugía) que incluya una perspectiva mas extensa, interdisciplinaria, internacional, contextualizada y humanista.

Una reforma que no se limite a la formación técnica de los futuros médicos anestesiólogos y cirujanos sino que además favorezca la emergencia de profesionales competentes y comprometidos.

Se hace necesario redefinir nuestro rol –el de los anestesiólogos y el de los cirujanos- para superar las desigualdades y extender los beneficios de nuestra tarea no solo a nivel nacional sino también internacional dadas las inmensas, injustas necesidades de otros países.
Un fuerte compromiso por parte del personal sanitario es lo que permite el accionar de nuestra organización, Médicos sin Fronteras.
Debería nuestra reflexión plantearse un cambio y ampliación de los planes educativos de posgrado y de residencias y una extensión internacional de nuestra tarea hacia las regiones mas desfavorecidas de la tierra?
En enero de 2012 el Colegio de Cirujanos de Inglaterra tuvo su conferencia inaugural sobre el tópico, The Lancet lo abordó en su editorial del día 21 del mismo mes (15) y un grupo de trabajo de 13 entidades –entre ellas Harvard, John Hopkins, la Universidad de Toronto y Médicos sin Fronteras (16) – entidad esta última a la que pertenecemos- concluyen en el informe final que se está frente a una real emergencia de salud pública (17).
Nuestro trabajo dentro de la organización Médicos sin Fronteras, se ha traducido en una reflexión crítica sobre esta problemática.

El actuar en misiones médico-humanitarias nos ha permitido reencontrarnos con valores esenciales de nuestra tarea como profesionales, intercambiar experiencias y prácticas con colegas de muchos países (MSF está presente en mas de 65, incluida por supuesto la Argentina), ampliar nuestra visión del mundo, aprender a respetar culturas diferentes superando prejuicios y estereotipos y estar junto a los mas vulnerables: las víctimas de desastres naturales, conflictos armados, hambrunas y epidemias; trabajando conjuntamente, acompañando, co-laborando junto a personal propio de los países involucrados, sin intermediaciones ni barreras económicas, culturales, políticas o sociales.

Las nuevas generaciones de cirujanos y anestesiólogos de países desarrollados se han formado con nuevas tecnologías y están cada vez más especializadas. Se prevé una brecha creciente entre las necesidades quirúrgicas en entornos vulnerables y las habilidades de estos profesionales, formados en infraestructuras de los países ricos, para dar la asistencia necesaria.

Organizaciones como MSF se enfrentan al reto adicional de tratar de cubrir la falta de recursos humanos con profesionales así entrenados. Nuestra organización (MSF) puede contribuir a subsanar esas carencias porque tiene cursos de entrenamiento ad hoc. Y puede contribuir también para agregar esa visión global y solidaria tan necesaria que mencionaba antes.
Como decíamos en el título de nuestra presentación estamos frente a una necesidad y un desafío ante los cuales nuestros como profesionales y las entidades que nos representan como los Colegios y Asociaciones Profesionales debemos aún dar respuesta.
Dres. Carlos Trotta* y Andrés Carot**
*Ambos autores son médicos cirujanos en Médicos sin Fronteras.

 
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