sábado, 12 de octubre de 2013

Las inspecciones rutinarias de alimentos, suspendidas por el cierre | Internacional | EL PAÍS

Las inspecciones rutinarias de alimentos, suspendidas por el cierre | Internacional | EL PAÍS

Las inspecciones rutinarias de alimentos, suspendidas por el cierre

La parálisis provoca que la Agencia del Medicamento de EE UU suspenda parte de sus análisis, salvo los destinados al pollo y a la carne


Las inspecciones de comida suspendidas en EE UU por el cierre.

En el décimo día de cierre de la Administración en Estados Unidos, que está afectando desde su inicio a varios sectores considerados no esenciales por los legisladores, varios agentes de la salud están denunciado una merma en las inspecciones alimenticias rutinarias "que está poniendo en peligro la salubridad de la comida que consumen los estadounidenses", según han declarado desde la Agencia del Medicamento (FDA, por sus siglas en en inglés) en un comunicado.

Las oficinas encargadas de asegurarse de que las frutas, las verduras, los productos lácteos y una amplia gama de alimentos autóctonos del país estén en buen estado para el consumidor están cerradas y los inspectores, el personal administrativo y los técnicos de laboratorio, entre otros, han sido enviados a sus casas hasta que finalice el cierre o, lo que es lo mismo, hasta que republicanos y demócratas lleguen a un acuerdo sobre el presupuesto. "Es una situación que está poniendo a la población en riesgo", explicó Rosa DeLauro, demócrata, a The New York Times.

La Agencia cuenta con un 45% menos de trabajadores debido a la suspensión, y ha explicado que la mayor parte de sus análisis han sido cancelados por esta causa. La situación no afecta a los análisis dirigidos a controlar la salubridad para el consumo de los pollos y la carne de vaca, realizados por el Departamento de Agricultura, y el Centro de Prevención y Control de Enfermedades (CDC, en sus siglas en inglés), también perjudicado por el cierre, ha tenido que reclutar a varios empleados afectados por la parálisis para que investiguen un brote de salmonella que está afectando a cientos de personas en 18 Estados -en los que hay más de 70 personas hospitalizadas por esta causa-.

La FDA, principal responsable de la inspección de alimentos en EE UU (el 80% de ellas), ha pasado de hacer un promedio de 200 a la semana a ninguna; reduciendo significativamente aquellas dirigidas a los alimentos importados. Cerca del 90% del pescado que se consume en EE UU procede de otros países y no está siendo analizado. Además, un 50% de las frutas y un 5% de las verduras importadas están entrado sin ser analizadas.

Entre los productos que más brotes infecciosos han provocado a lo largo de la historia están las verduras de hoja verde, los huevos, el atún, las ostras, las patatas, el queso, los helados, los tomates y las frutas del bosque. Todos estos alimentos son inspeccionados por la Agencia del Medicamento.

"Estamos haciendo lo que podemos para proteger la salud pública, dentro de la situación de crisis en la que nos encontramos", ha asegurado Steven Immergut, encargado de comunicación de la Agencia en un comunicado. En circunstancias normales, la FDA solo hace un 2% de las inspecciones de los productos alimenticios importados, explica The New York Times.

Pero la situación de la FDA no se debe solo al cierre. La Agencia se ha visto afectada por fuertes recortes de presupuesto en los últimos años. En 2011, una nueva ley sobre seguridad alimenticia aseguraba a la Agencia contar con más dinero, más efectivos y llegar a más lugares, pero no ha llegado a entrar en vigor, debido a problemas presupuestarios, por el conocido secuestro, y una situación que ahora el cierre ha vuelto a poner en pausa.

Ese mismo año, la FDA realizó cerca de 20.000 inspecciones, lo que significa un promedio de 80 por día laboral. Mientras dure la parálisis, además del Departamento de Agricultura de EE UU, las inspecciones estarán a cargo de los Departamentos estatales de agricultura y salud pública, informan desde la Agencia.
El Departamento de Agricultura es el encargado de analizar los pollos y la carne de vacuno y debido a la parálisis ha cancelado el teléfono de información en el que, además, se podían interponer reclamaciones sobre alimentos en mal estado.

En el Centro de Prevención y Control de Enfermedades (CDC), el 68% de sus trabajadores han sido enviados a sus casas, entre los que se incluyen epidemiológos y personas que supervisan la transmisión de enfermedades por alimentos en mal estado. La buena noticia es que todos sus inspectores siguen en su puesto.

Este colectivo es el que analiza los brotes de bacterias como E-coli o Salmonella. La falta de empleados en estas áreas ha reducido considerablemente la capacidad del organismo para afrontar adecuadamente la aparición de una cepa en el país.

El CDC ha demandado que 30 de sus trabajadores vuelvan a sus puestos de trabajo tras un brote de Salmonella provocado por pollo crudo procedente de granjas de California, una actuación necesaria pero insuficiente, según los expertos, que muestra cómo le afecta esta crisis. "Seguimos a niveles mínimos de personal. Hacemos lo que podemos. Y a los ciudadanos: que sean cuidadosos con lo que comen", explicó, Barbara Reynolds, portavoz del CDC.

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