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Expertos elaboran una Carta del Derecho a la Salud de la Ciudadanía de la UE
Redacción
Se ha constituido también un grupo de trabajo que, entre sus primeras acciones, elaborará una propuesta para desarrollar la Constitución Europea (Carta de Derecho a la Salud), ”ampliando y concretando el derecho a la protección de la salud en base a que la Unión Europea se fundamenta en valores indivisibles y universales de la persona humana como la dignidad, la libertad, la igualdad y la solidaridad, a los que es necesario incorporar el derecho a la salud como un derecho básico”
Madrid (22-10-10).- Representantes de diferentes países europeos y de las Instituciones de la UE se han reunido en Bruselas en el marco de las “Jornadas sobre el Derecho a Salud de la Ciudadanía de la Unión Europea”. Fruto de este encuentro han hecho pública una “Carta del Derecho a la Salud de la Ciudadanía de la UE”, en la que se recogen pautas para favorecer el ejercicio de este derecho a todos los ciudadanos de la Unión, permitiendo la cohesión y convergencia entre los países de la UE y reforzando las políticas del Estado del Bienestar en los países miembros.
En las Jornadas, organizadas por la Consejería de Salud y Bienestar de la Junta de Comunidades de Castilla la Mancha, la International Association of Health Policy y la Federación de Asociaciones para la Defensa de la Sanidad Pública, se ha analizado la situación actual de la legislación comunitaria referente a la salud, la evolución de los sistemas sanitarios y el derecho a la salud en la UE, según se informa en un comunicado.
Además de la aprobación de la citada carta, se constituyó una comisión para el seguimiento de su difusión y la búsqueda de adhesiones en el mundo académico, entidades profesionales, sindicales y sociales, instituciones de la UE y de los países miembros.
Entre las primeras actuaciones de este grupo de trabajo se incluyen también la elaboración de una propuesta para desarrollar la Constitución Europea (Carta de Derecho a la Salud), ”ampliando y concretando el derecho a la protección de la salud en base a que la Unión Europea se fundamenta en valores indivisibles y universales de la persona humana como la dignidad, la libertad, la igualdad y la solidaridad, a los que es necesario incorporar el derecho a la salud como un derecho básico”. Asimismo está prevista la elaboración de propuestas para corregir los desequilibrios sanitarios entre los diferentes países de la UE, y exigir la puesta en marcha de instrumentos de cooperación que “garanticen el derecho a la salud, fortalezcan la cohesión y logren la convergencia europea en materia de políticas públicas de bienestar social y sanitario”.
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CARTA DEL DERECHO A LA SALUD DE LOS CIUDADANOS Y LAS CIUDADANAS DE LA UNIÓN EUROPEA
Introducción
La construcción de la Unión Europea (UE) se ha basado, al menos teóricamente, en acabar con las fronteras entre los países europeos, para crear un espacio económico y social común y cohesionado, en el que los ciudadanos deberían tener garantizados unos derechos políticos y sociales comunes.
El denominado eje económico de esta política contemplaba una serie de medidas destinadas a acabar con las fronteras para el comercio y crear una moneda común, para lo que la UE estableció una serie de objetivos de obligatorio cumplimiento para todos los países: el déficit público no debería rebasar el 3% del PIB; la deuda pública debería ser inferior al 60% del PIB; la inflación no podría superar en tres puntos la media de los tres países que la tuvieran más baja; y los tipos de interés no deberían superar en dos puntos la de los tres países más bajos. Esta estrategia, de evidente orientación neoliberal, se ha cumplido a rajatabla obligando a los gobiernos (especialmente tras la crisis económica), a reducir gasto social, reformar el mercado eliminando derechos laborales, desmantelar el sector público, y favorecer la privatización de los servicios públicos que constituyen los pilares del Estado del Bienestar como el seguro de desempleo, las pensiones, la educación y la sanidad pública.
Sin embargo el eje político (destinado a: dotar a la Unión de una política exterior y de defensa común; definir las bases de una ciudadanía europea (libertad de movimientos, libertad de residencia, derecho al voto en las elecciones municipales, protección diplomática, et); mejorar las infraestructuras de los países más atrasados mediante los llamados fondos de cohesión; reforzar la cooperación intergubernamental; y dotar de más poder al Parlamento y al Tribunal de Justicia Europeos), ha tenido un desarrollo mucho menor y desigual.
Pero el eje en el que los objetivos apenas se han alcanzado ha sido el eje social que estaba destinado a establecer unos derechos comunes para todos los ciudadanos en áreas esenciales como la educación, sanidad y cultura. La política de la UE en materia de derechos esenciales, incluido el derecho a la salud, quedó así relegado a unos enunciados generales: “La Comisión Europea debería proteger la salud previniendo enfermedades, apoyar la investigación sanitaria y fomentar la información y educación; coordinar normas y programas de medio ambiente, protección de los consumidores y circulación de productos farmacéuticos con un sistema de reconocimiento obligatorio de nuevos fármacos” (intereses de la industria farmacéutica).
Es decir que mientras se establecieron objetivos claros, cuantificados y de obligatorio cumplimiento en materia económica para el desarrollo e implantación del mercado, no se definieron con la misma concreción objetivos de naturaleza política y social.
Pese a ello desde la finalización de la segunda guerra mundial se ha ido desarrollando lo que se conoce como Estado de Bienestar y/o Modelo social europeo que ha implicado elevados grados de protección social y políticas de desarrollo de sistemas públicos de salud que ha conseguido una situación de protección social que es un referente a nivel internacional y que ha desarrollado modelos que demuestran, en la practica, que los sistemas sanitarios públicos alcanzan un elevado grado de eficacia, calidad de las prestaciones y resultados en salud, y todo ello a un coste relativamente bajo, que contrastan con otros modelos privatizados como los de USA.
Sin embargo se han producido problemas con la ofensiva del pensamiento neoliberal, favoreciendo la privatización y desregulación de los sistemas públicos de protección social, problemas que se han agudizado tras la crisis económica. Como consecuencia las diferencias en presión fiscal y gasto social entre los diferentes países siguen siendo importantes y están sufriendo un serio recorte, lo que supone que los presupuestos de sanidad, pensiones y protección frente al desempleo y la enfermedad no garantizan unos derechos sociales en condiciones de equidad a todos los ciudadanos y están incluso en serio riesgo de desaparición.
Ello ha hecho que ganen terreno las posiciones que apuestan por una Unión Europea basada en la convergencia económica y de apoyo al mercado que favorece a las grandes empresas (contrarreforma fiscal y desmantelamiento del sector público para abrir espacios al sector privado), en detrimento de los derechos sociales de los ciudadanos europeos, entre ellos el derecho a la salud, aunque todavía existen países donde se mantiene una política mas decidida a favor de los servicios públicos de calidad.
Algunos problemas derivados de la falta de política sanitaria común
El gasto sanitario influye en la capacidad de competencia económica de cada país por su relación con el gasto público y la inflación.
Una oferta de servicios sanitarios diferenciada atraerá a los pacientes hacia aquellos países con una cartera de servicios sanitarios más completa, lo que puede conducir a una carrera por reducir los servicios sanitarios cubiertos por el sistema público.
La libre circulación de personas sobrecargará los servicios de los países del sur, receptores de jubilados que precisan de una mayor asistencia sanitaria.
Las diferencias en dotación tecnológica y capacidad de formación, junto a la libertad para el traslado de profesionales, puede conducir a que los países más desarrollados absorban a los mejores profesionales
Para evitar el que algunos países busquen mejorar su competitividad practicando el “dumping social”, prevenir el avance de los movimientos antieuropeos y xenófobos, y favorecer la adhesión de la mayoría de los ciudadanos a una Europa Unida, hace falta una política social que garantice y mejore sus derechos y obligaciones en condiciones de igualdad, en lugar de la actual dominada por los recortes de sus conquistas sociales
La crisis económica vuelve a plantear la disyuntiva, de si se va a favorecer una UE centrada en los ciudadanos o en las empresas, y sobre todo si va a producirse una respuesta homogénea de toda la UE ante problemas que obviamente son comunes. De momento las soluciones e intereses políticos de cada uno de los gobiernos nacionales están primando sobre las soluciones generales, aunque existen muchas tensiones e intervenciones contradictorias.
La Salud Pública no ha funcionado de manera eficaz en la Unión Europea. En la crisis de la Encefalopatía Espongiforme Bovina, en una primera fase se minimizó el riesgo, en una segunda fase se exageró el riesgo y las medidas a adoptar, y finalmente no se ha llevado a cabo una evaluación adecuada de todos los procesos. En la crisis de la Gripe A la Unión Europea no ha tenido una estrategia común, ni en el tema de la evaluación del riesgo, ni en la comunicación social, ni en la política de antivirales, ni en la de vacunas. Los nuevos riesgos para la salud, derivados de nuevos agentes patógenos, y de la globalización de los procesos exige una modificación de las estructuras y competencias de Salud Pública de la UE.
Sin embargo hay que ser conscientes de que .la Unión Europea no será posible sin cohesión social y sin mejoras en los derechos de los ciudadanos.
Necesidad de alcanzar la convergencia sanitaria
La convergencia europea debería garantizar la equidad y la racionalidad de los servicios sanitarios.
Sin embargo hay factores que propician que esta convergencia favorezca la desregulación y la reducción de los servicios sanitarios. Se propende a la ruptura del aseguramiento único, cerrando camas y hospitales, reduciendo personal, promoviendo la competencia en lugar de la cooperación y fragmentando los sistemas públicos, aunque es obvio que las política son muy diferentes según países e incluso regiones y que algunos aspectos como el gasto sanitario público, la evolución de la cobertura por los sistemas sanitarios, etc que evolucionan favorablemente en el conjunto de la UE, una vez mas con diferencias muy importantes.
Habría que avanzar pasos en el sentido de favorecer aquellos aspectos de los sistemas sanitarios europeos que les hacen precisamente un referente a nivel mundial, es decir su configuración como sistemas públicos de cobertura universal que garantizan al conjunto de la población el acceso a una atención sanitaria de calidad con independencia de su situación económica y social.
Contenidos de la Carta del Derecho a la Salud de los ciudadanos y las ciudadanas de la Unión Europea.
1.- El Derecho a la Salud es un derecho básico y fundamental de toda la población de la Unión Europea
2.- El derecho a la salud incluye la asistencia sanitaria, la salud pública y la atención sociosanitaria
3.- Debe disfrutarse de manera integral, equitativa, accesible y sostenible lo que implica:
La protección, prevención, recuperación y rehabilitación de la salud
Un sistema de salud pública que promueva un medio ambiente físico y social saludable y sin riesgos, coordinado con los servicios asistenciales.
La existencia de servicios de salud laboral, coordinados también con los servicios asistenciales y de salud pública
La existencia de estructuras sanitarias públicas dotadas de los recursos financieros, materiales y humanos necesarios y suficientes para ofertar unas prestaciones sanitarias homogéneas a los ciudadanos de todos los países, coordinadas entre si y basadas en la cooperación.
Destinar a salud un volumen de recursos económicos suficiente y homogéneo, lo que implica asignar a la misma, con carácter obligatorio, un % de PIB equivalente para mantener las estructuras y el funcionamiento del sistema.
El acceso universal y equitativo a los servicios de salud para todos los ciudadanos, lo que supone la financiación pública y acabar con cualquier barrera económica, física, social o cultural, que limite el acceso a los servicios (gratuidad en el momento del uso).
Un aseguramiento único y público
4.- Todos los países deber garantizar la participación y el control social del sistema sanitario. Esta participación debe también establecerse a nivel de las instituciones de la UE.
5.- La UE debe dotarse de una Sistema Información Sanitaria Común y homogéneo que garantice el conocimiento global de la situación de salud de sus ciudadanos y los resultados de la actuación de los diferentes servicios sanitarios. Esta información debe priorizar la identificación de los principales problemas, necesidades, condicionantes de la salud, y grupos de riesgo sanitario y social a nivel europeo y debería ser la base para elaborar un Plan de Salud Europeo en el que participen los responsables sanitarios de todos los países. La información sanitaria debe estar disponible para todos los servicios de salud y para los ciudadanos de la UE.
6.- La UE debe establecer una estrategia de formación de personal sanitario basada en un modelo de formación común y homogéneo (tanto pre como post graduado) planificado a corto, medio y largo plazo que garantice unos recursos suficientes, una asistencia sanitaria de calidad y en condiciones de seguridad e igualdad y evite que la libre circulación de personal sanitario genere desigualdad económica y asistencial en los diferentes países.
7.- La UE debe definir una estrategia de investigación de salud, orientada a identificar y resolver los principales problemas y necesidades de salud de los ciudadanos. Esta estrategia debe estar respaldada por unos fondos comunes accesibles a todos los investigadores que evite las desigualdades o la fuga de cerebros hacia los países más desarrollados de la UE
8.- La UE debe desarrollar una política farmacéutica fundamentada en las necesidades de salud, que responda a criterios de calidad y eficiencia, evite el gasto innecesario y garantice la sostenibilidad de los servicios sanitarios públicos. La UE debe dotarse de los fondos y recursos necesarios para desarrollar estrategias de investigación dirigidas a problemas y necesidades de salud no rentables para el sector privado. (Se debería definir estrategia para fabricación y suministro de vacunas y antivirales en la UE)
9. Se debe fijar un régimen de incompatibilidades para todas las personas que intervengan en la toma de decisiones sobre medicamentos; así mismo se debe establecer la declaración de conflicto de intereses, para todas las personas cuyas decisiones afecten a la industria farmacéutica).
10. Se debería reforzar la función de Salud Pública de la UE, con la delegación de competencias de las regiones y los estados miembros, que permita afrontar los nuevos retos de salud pública, singularmente, las pandemias).
¿Es posible esta política?
En estos momentos existen las bases económicas, políticas y sociales para hacer otra política sanitaria, una política que se enfrente a los retos y a los serios problemas que tienen la salud y los sistemas sanitarios de la Unión Europea reforzando el carácter básico dentro del Estado del Bienestar de los sistemas de salud de la UE.
Frente a los grupos de presión neoliberal (que agrupa entre otros a sectores empresariales, multinacionales de farmacia y aseguradoras), es necesario y posible crear una Comisión de elaboración y difusión de la Carta de Derecho a la Salud de la población de la UE que favorezca la difusión de la misma, propicie un grupo de presión social que la defienda y represente, ante los ciudadanos y las instituciones europeas, los intereses de la mayoría de los ciudadanos y de los profesionales sanitarios.
Entre las primeras actuaciones de este grupo estarían:
1. Elaborar una propuesta para desarrollar la Constitución Europea (Carta de Derecho a la Salud), ampliando y concretando el derecho a la protección de la salud en base a que la Unión Europea se fundamenta en valores indivisibles y universales de la persona humana como la dignidad, la libertad, la igualdad y la solidaridad, a los que es necesario incorporar el derecho a la salud como un derecho básico.
2. Elaborar propuestas para corregir los desequilibrios en los niveles de salud y en el desarrollo de los servicios sanitarios en los diferentes países.
3. Definir y exigir que se desarrollen criterios e instrumentos de cooperación que garanticen el derecho a la salud, fortalezcan la cohesión y logren la convergencia europea en materia de políticas públicas de bienestar social y sanitario.
El Derecho a la Salud para todos en la Unión Europea constituye una premisa fundamental e indispensable en el proceso de construcción de la UE. Solo con una concepción social de Europa se logrará alcanzar la cohesión necesaria para avanzar hacia un futuro de paz y prosperidad de los pueblos que la componen
En Bruselas a 20 de Octubre de 2010
viernes, 22 de octubre de 2010
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