11 de Noviembre de 2014
La FCS organiza la jornada "La investigación de doble uso"
Los expertos apuntan a la necesidad de que los gobiernos estén en alerta constante ante el uso que se hace del conocimiento.
La investigación de doble uso se refiere a aquellosestudios legítimos cuyos resultados pueden ser mal utilizados o representar una amenaza para el individuo o la sociedad en su conjunto. En los últimos años, el problema que esto representa ha reabierto el debate en torno a la necesidad de un mayor control del conocimiento y sus aplicaciones. Así, con el objetivo de abordar las diferentes facetas que plantea este problema, principalmente desde las áreas de la biología y de la inteligencia artificial, la Fundación de Ciencias de la Salud, en colaboración con GSK, ha organizado la jornada “La Investigación de Doble Uso”, en el Centro Cívico La Bolsa, de Bilbao. El profesor José María Mato, patrono de la Fundación de Ciencias de la Salud y director general de CIC bioGUNE y CIC biomaGUNE, puso como ejemplo de doble uso la energía nuclear, “que ha sido utilizada históricamente con fines destructivos por medio de la bomba atómica, pero también es imprescindible en el diagnóstico y tratamiento de enfermedades”. En este contexto, “es importante hacer una profunda reflexión ética de este asunto, dado que el conocimiento puede utilizarse con múltiples propósitos a pesar de considerarse neutro”, señaló.
Mientras, el profesor Juan Anguita, de Ikerbasque - Fundación Vasca para la Ciencia, afirmó que “a raíz de los atentados del 11 de septiembre de 2001 y el posterior ataque con esporas de ántrax en Estados Unidos, se calificó como riesgo el uso de material biológico para atacar poblaciones civiles y se identificaron numerosos agentes infecciosos que podrían ser utilizados para la creación de armas biológicas”. Este experto se refirió, concretamente, al virus H5N1,“particularmente preocupante por su gran capacidad de generar variantes mediante mutaciones y por su gran poder patogénico, con tasas de mortalidad muy elevadas”, explicó. Por último, la profesora Carmen Cañavate, de la Unidad de Gestión de la Red de Laboratorios de Alerta Biológica RE-LAB, del Instituto de Salud Carlos III, habló sobre la utilización de los agentes biológicos con fines bélicos y terroristas y de las iniciativas internacionales para impedir su proliferación. A raíz de los ataques de 2001, los laboratorios de alto nivel de bioseguridad “han evolucionado y las regulaciones sobre bioseguridad y biocustodia tienen niveles de exigencia más elevados”, según la experta. “Los reglamentos para trabajar con agentes biológicos y toxinas de alto riesgo intentan equilibrar la necesidad de controlar el acceso a los agentes patógenos más peligrosos y minimizar las cargas regulatorias sobre la investigación biológica básica”, concluyó.
No hay comentarios:
Publicar un comentario