lunes, 12 de diciembre de 2016

'Reprogramar' la salud desde el vientre materno - DiarioMedico.com

NIÑOS SANOS, ADULTOS SANOS

"Reprogramar" la salud desde el vientre materno

Un libro explica la influencia de la alimentación y la gestión del estrés que puede llegar a causar un aumento del crecimiento bacteriano patógeno.
Antoni Mixoy. Barcelona | dmredaccion@diariomedico.com   |  12/12/2016 00:00
 
 
Xavi Cañellas y Jesús Sánchis
Xavi Cañellas y Jesús Sánchis, autores del libro divulgativo "Niños sanos, adultos sanos". (Jaume Cosialls)
¿Puede programarse la salud de una persona antes de que nazca? ¿O reprogramarla, tanto en niños como en adultos, cuando no es la deseable? La respuesta es afirmativa para Xavi Cañellas, psiconeuroinmunólogo de Gerona, y Jesús Sanchis, dietista-nutricionista de Valencia, autores de Niños sanos, adultos sanos (Plataforma Editorial), un libro divulgativo en el que sostienen -basándose en la evidencia de cerca de un millar de referencias- que la salud puede programarse ya durante el embarazo, y que la microbiota intestinal, la alimentación y la gestión del estrés son claves para una buena salud de niños y adultos. "De hecho, la salud del hijo puede programarse, y queda marcada a partir del estado de salud de la madre antes de la gestación", subrayan, pero aún más influyente es el traspaso de microbiota intestinal durante el embarazo, "porque la evidencia reciente ha roto el dogma: no nacemos estériles".
La gran colonización bacteriana que supone el parto es muy distinta si es vaginal o por cesárea, asociada ésta a mayores tasas de alergias, asma o dermatitis. "Pero hay herramientas para reprogramar esa colonización": ponen como ejemplo un estudio reciente de María Domínguez-Bello, experta en microbiota de la Universidad de Nueva York (Estados Unidos), con embarazadas programadas para cesárea. A la mitad se les colocó una gasa en la vagina una hora antes del parto y posteriormente se impregnó al bebé con ella, haciendo también que la chupara. Los resultados mostraron que estos neonatos tenían una colonización bacteriana muy similar a los nacidos por parto vaginal. "Sería una medida de fácil aplicación, con implicaciones evidentes para la salud", remarcan.
Ventana de oportunidad
Un ejemplo de programación de la microbiota intestinal -y por ende, de la salud- en lo que la investigadora María Carmen Collado, del Instituto de Agroquímica y Tecnología de los Alimentos (IATA-CSIC), llama "ventana de oportunidad": el periodo que va de la gestación a los tres primeros años de vida, cuando la colonización bacteriana es ya muy parecida a la del adulto.
También en esta ventana, pero sobre todo más adelante, la principal baza para reprogramar la microbiota es la alimentación, con el objetivo de estimular el crecimiento de bacterias favorables. Aquí entran en juego los probióticos y los prebióticos, "pero también nuestro sentido común para escoger alimentos saludables". Por ejemplo, ¿una manzana o unas galletas? "Siempre la manzana, porque libera pectina, una fibra fermentable por bacterias que van a generar metabolitos -en este caso, butirato- favorables para la salud; por el contrario, la fibra de las galletas no es fermentable por bacterias".
Disbiosis
El problema estriba en la mala alimentación, "porque hemos pasado de comer alimentos reales y saludables a productos comestibles". Esto provoca disbiosis, alterando la microbiota por sobrecrecimiento de bacterias que de potencialmente patógenas pasan a serlo de forma efectiva; pero también lo hace un ambiente emocional negativo.
Los autores destacan que un exceso de hormonas del estrés (adrenalina, cortisol) puede ocasionar un sobrecrecimiento bacteriano patógeno, "por ejemplo, de Staphylococcus aureus, causante de muchas mastitis". Es una muestra de la importancia de la gestión del estrés y de la inteligencia emocional, puesto que los centros críticos de la regulación emocional lo son también de la neuroendocrinología, como el eje hipotalámico-hipofisario-adrenal.
En definitiva, Xavi Cañellas y Jesús Sanchis, desde una visión "integrativa y transversal", abogan por reprogramar la salud "a partir de una microbiota simbiótica, una alimentación saludable y la gestión del estrés", pero también "de estar en contacto con la naturaleza y de evitar tóxicos y fármacos todo lo posible". Sobre este último punto, reclaman que los médicos sean conscientes de la sobreutilización de medicamentos y de que la mayoría alteran la microbiota intestinal. "Sería deseable que, al menos, recomienden al paciente el consumo de probióticos cuando le prescriban un antibiótico".

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