España mejora en TB pero no hay que bajar la guardia

La incidencia de tuberculosis (TB) va reduciéndose pero no hay que olvidar ni el estigma que lleva asociado ni su importancia. Este sábado se celebra el Día Mundial de la TB, con el objetivo de implicar a todos los actores sociales en la lucha contra esta patología infecciosa.

Isabel Gallardo Ponce | igallardo@diariomedico.com | 24/03/2018 00:00

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La tuberculosis (TB) es la novena causa de mortalidad a nivel mundial y la primera por causa infecciosa, por delante del VIH. Su incidencia ha disminuido de forma importante en España. Este sábado se celebra el Día Mundial de la Tuberculosis, con el lema Se buscan líderes para un mundo libre de TB, que según la Organización Mundial de la Salud tiene como objetivo involucrar a todos los líderes para acabar con la tuberculosis. Esta implicación debe realizarse a nivel político, es decir, desde los jefes de estado y los ministros de salud, pero también contando con otros estamentos: alcaldes, gobernadores, parlamentarios, líderes comunitarios, pacientes, activistas de la sociedad civil, trabajadores de la salud, médicos, enfermeros, ONG y el resto de la sociedad.

Según han explicado a DM los profesionales del Grupo de Estudio de las Infecciones por Micobacteria de la Sociedad Española de Enfermedades Infecciosas y Microbiología Clínica(Seimc), la enfermedad se concentra principalmente en pacientes con factores de riesgo de después de un contacto de riesgo.

Según datos del Estudio Retubes, la TB sigue siendo más frecuente en hombres y en edades medias de la vida

Según datos del Estudio Retubes, la tuberculosis sigue siendo más frecuente en hombres, con una proporción de 2 a 1 respecto a las mujeres y en edades medias de la vida (31-50 años) aunque se mantiene la típica distribución bimodal con picos en los tramos de edades extremas (mayores de 50 años y menores de 30 años). "Por otro lado la proporción de casos entre población autóctona y extranjera es de 2:1 y la asociación de tuberculosis con la infección por el VIH actualmente es inferior al 5 por ciento". Además, hay una tendencia a igualarse el número de casos entre hombres y mujeres jóvenes.

En pediatría, la TB suele presentarse como una enfermedad pulmonar primaria y se suele dar en preescolar en el contexto del estudio de contactos, a menudo con poca o ninguna sintomatología asociada, o bien en el adolescente inmigrante, con formas clínicas superponibles a las del adulto.

Según datos de la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica (Separ), la tasa de incidencia española, de 9 casos por 100.000 habitantes, se sitúa también entre las más altas, por detrás de países como Rumanía (76.5), Lituania (51.6), Letonia (36.6), Bulgaria (23.0), Portugal (20.5), Polonia (16.9), Estonia (16.5), Croacia (11.5) y Reino Unido (9,6). Por el contrario, los países con la tasa de incidencia más baja son Grecia (con una tasa de 4.4 y 482 nuevos casos en cifras absolutas), República Checa (con una tasa de 4,9 y 518 casos) yFinlandia (con una tasa de 5 y 271 casos).

Problema de salud pública

Los profesionales de Seimc coinciden en que la TB supone un problema de salud pública y que, pese a las mejoras aún queda mucho camino por recorrer para alcanzar los niveles de incidencia de los países de su entorno. "En 2017, según datos no consolidados, pendientes de actualización del Centro Nacional de Epidemiología, del Instituto de Salud Carlos III, se declararon en España 3.485 casos de TB, lo que supone una tasa de 7,49 afectados por cada 100.000 habitantes al año y, por tanto, una aparente reducción respecto a 2016 (con una tasa de 10,85 casos por 100.000 habitantes). No obstante, el hecho de que las cifras actuales hayan mejorado no debe hacernos bajar la guardia, ya que hay diversos estudios que muestran que en España hay una subnotificación de casos, y por otra parte no se está reduciendo al ritmo deseado para su eliminación", han dicho desde Seimc.

Olvidar la importancia de la TB podría suponer un rebrote. Por eso hay que tener en cuenta que epidemiológicamente el niño con TB es un evento centinela

Los profesionales alertan de que olvidar la importancia de la TB podría suponer un rebrote; por tanto, ante la reducción de casos debería en el futuro concentrarse a los pacientes en unidades clínicas especializadas con dotación de personal médico, de enfermería y agentes comunitarios de salud adecuadamente entrenados. Asimismo, no hay que olvidar, que "epidemiológicamente el niño con TB es un evento centinela, ya que alerta sobre un potencial brote comunitario y por ello se debe de estar muy vigilantes en este tipo de pacientes".

Asimismo, la incidencia en las grandes ciudades es superior, especialmente en barrios en los que no solo habita población inmigrante procedente de países en vías de desarrollo sino población autóctona con factores de riesgo, como la indigencia, el alcoholismo, las toxicomanías...

Estrategia EndTB de la OMS

La Estrategia EndTB de la OMS, adoptada por la Asamblea Mundial de la Salud en mayo de 2014, quiere poner fin a la epidemia mundial de TB reduciendo el número de muertes en un 95 por ciento y la tasa de incidencia un 50 por ciento en el 2025 y el 90 por ciento en el 2035 en relación a los datos del 2015. Según los expertos de Seimc, Esto supone que, si la incidencia en España en el 2015 hubiera sido de 15/100.000 en el 2025 debería disminuir a 7,5/100.000 (unos 3.600 casos) y a 1,5/100.000 en el 2035 (unos 720 casos todavía). En España estos objetivos son alcanzables, dado nuestro nivel sociosanitario pero es imprescindible poner en marcha un programa bien elaborado".

La Estrategia EndTB de la OMS, quiere poner fin a la epidemia mundial de TB reduciendo el número de muertes e incidencia para 2035

Para mejorar el abordaje en España es necesaria, según la Seimc, una mayor implicación y coordinación de las diversas administraciones tanto en los aspectos de atención, prevención y control de la enfermedad, así como una especial sensibilidad social con múltiples colectivos más vulnerables, como los inmigrantes. "Por ello la disposición universal de la tarjeta sanitaria y todo lo que ello conlleva es fundamental, así como que eltratamiento fuese gratuito".

Para todo ello, sería crucial que existiera una mayor homogeneidad y coordinación entre Comunidades Autónomas, donde deberían existir profesionales de salud pública dedicados a la vigilancia y control de la enfermedad. Es imprescindible conocer la incidencia real de la tuberculosis en España, saber qué pasa con los pacientes al final del tratamiento, estudiar sistemáticamente a los contactos, etc.

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Plan de Prevención y Control

Desde Seimc han pedido que el Plan para la Prevención y Control de la TB se implante definitivamente. "Este fue aprobado por la Comisión de Salud Pública del Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud de España el 15 de noviembre de 2007. Es un plan bien elaborado, en el que participaron diversas sociedades científicas (Seimc y Separ, entre otras), Comunidades Autónomas y Ministerios de Sanidad e interior. El Plan se basa en los 4 pilares básicos del control de la tuberculosis: detección precoz y diagnóstico de la enfermedad tuberculosa, tratamiento de la enfermedad tuberculosa, vigilancia y estudio de contactos".

En este sentido, Sarai Quirós Fernández, coordinadora del Grupo de Tuberculosis e Infecciones Respiratorias de Neumomadrid, se ha mostrado esperanzada sobre la próxima implantación del plan: "Esperemos que en los próximos meses pueda materializarse esta herramienta, ya que se trata de una importante necesidad que las sociedades científicas llevan años reclamando al Ministerio de Sanidad".

Estigma en tuberculosis

Desde Seimc han recordado que la TB se ha considerado una enfermedad maldita a lo largo de los siglos y que aunque la incidencia suele afectar con mayor frecuencia a los barrios con un nivel socioeconómico bajo, la TB no entiende de clases sociales y afecta a personas de toda condición social, por lo que no debería estigmatizarse al que la padece, sino tratarle como lo que es, un enfermo más al que hay que atender adecuadamente y como se merece. Con relativa frecuencia se diagnostican con retraso, casos en personas de clase social elevada debido a que no se pensó de entrada en esta infección.