SANIDAD | Condenado el Servicio Andaluz de Salud
Indemnización y pensión vitalicia para una niña por desatención en el parto
El padre, Eduardo Contreras, en la rueda de prensa del Defensor del Paciente. | Carlos Márquez
- La sentencia judicial establece una indemnización de casi un millón
- El fallo también contempla una pensión de 400 euros mensuales
- El SAS mantiene recurrida la sentencia pese a que se comprometió a acatarla
- La propia inspección médica solicitó que se expedientara a los médicos
- La madre ingresó en el hospital a las 11.30 de un Miércoles Santo
"No hay dinero en el mundo que pague un minuto de sufrimiento de mi hija". Eduardo Contreras, padre de la pequeña María, tiene claro que la indemnización de casi un millón de euros a la que un juez ha condenado al Servicio Andaluz de Salud (SAS) por desatención en un parto gemelar podrá compensarle.
El Defensor del Paciente ha presentado en Sevilla la sentencia que condena al Servicio Andaluz de Salud (SAS) a pagar una indemnización de casi un millón de euros y una pensión vitalicia a una niña que quedó paralítica cerebral tras un "caso dantesco" de negligencia, según la letrada de esta asociación. El SAS ha recurrido el fallo pese a que dio garantías a la familia de que no lo haría.
La abogada María Jesús Villalpando, quien ha defendido a la familia afectada, ha subrayado en conferencia de prensa la "excepcionalidad" de este caso, no sólo por la cuantía de la indemnización, que ronda el millón de euros, cantidad que se incrementará con los intereses pendientes, sino porque el juez de lo contencioso administrativo ha fijado una pensión vitalicia para la niña afectada de 400 euros mensuales.
El fallo considera probado que esta niña padece parálisis cerebral y otras gravísimas dolencias como consecuencia de la mala atención médica que sufrió durante el parto, ocurrido el Miércoles Santo de 2005 en el complejo hospitalario Virgen del Rocío de Sevilla, con una desatención y mala praxis médicas, confirmadas durante el juicio por peritos y expertos.
Incluso un inspector del SAS propuso que se expedientase a médicos responsables de este caso por lo que consideró una grave negligencia médica.
La madre ingresó en el Virgen del Rocío a las 11.30 horas con síntomas de parto prematuro gemelar de 29 semanas de gestación y cuatro horas más tarde se consignó la inminencia del parto, pues presentaba de 7 a 8 centímetros de dilatación.
Pese a ello, dio a luz a su primera hija a las 23.45 horas "en la cama y sin ayuda de ningún tipo, signo inequívoco de la falta de atención y celo en la atención a la paciente", según relata el fallo judicial.
A la vista de la situación, una médico interna residente (MIR) intentó extraer a la otra gemela por parto vaginal, pese a que el bebé estaba atravesado, por lo que finalmente se le practicó a la madre una cesárea a las 0.34 horas.
Los especialistas y peritos que testificaron en el juicio coincidieron en destacar que las graves secuelas que padece la segunda gemela se produjeron al intentar extraerla por parto vaginal y no por cesárea, pese a que la primera maniobra está totalmente desaconsejada por la praxis médica.
La sentencia evidencia la mala atención médica que sufrieron la madre y sus dos hijas, que ni siquiera fueron monitorizadas, y confirma que las graves secuelas que padece la segunda gemela, diagnosticada con una minusvalía del 77 por ciento, se deben a la negligente atención médica que sufrió durante el parto.
Tanto la letrada Villalpando como la presidenta de la Asociación El Defensor del Paciente, Carmen Flores, han deplorado que la Junta de Andalucía haya recurrido este fallo, a pesar de que el Consejo Consultivo del SAS y la propia compañía aseguradora aconsejaron aceptar la sentencia.
"El SAS tiene el corazón de piedra; la actitud de las administraciones suele ser parecida, pero en este caso ha sido demasiado escandalosa; ha sobrepasado los límites de la desvergüenza administrativa y política porque desde el principio se ha reconocido que ha habido una negligencia y que una niña ha quedado en una situación dramática", ha apostillado Flores.
El padre de la menor, Eduardo Contreras, ha relatado a los periodistas el calvario en que se ha convertido su vida y la "tomadura de pelo" que ha dicho sufrir por parte de las autoridades sanitarias andaluzas que incluso le han negado la asistencia odontológica a su hija. La familia tiene que costear prácticamente toda la atención de la menor así como una cuidadora diaria.
"No hay dinero en el mundo que pague un minuto de sufrimiento de mi hija; es una niña que está ciega, que no manipula, que no tiene movimientos que no puede tomar agua... no hay dinero que pague eso", ha apostillado Eduardo Contreras.
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