jueves, 22 de diciembre de 2011

La acusación de apropiarse de una investigación ajena empaña al Nobel - DiarioMedico.com

EL CIENTÍFICO LEMAITRE DENUNCIA A HOFFMANN

La acusación de apropiarse de una investigación ajena empaña al Nobel

Los tiempos en que los científicos se encerraban solos en sus laboratorios hasta exclamar Eureka han dado paso al bench working, bancadas de investigadores que trabajan hombro con hombro en grandes laboratorios, orquestados por un director que asume extensas funciones burocráticas. Es lógico que surjan problemas de autoría con los hallazgos.
S. M. B.   |  22/12/2011 00:00

Investigación
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El inmunólogo francés de la terna de premiados con el Nobel de Medicina de este año, Jules Hoffmann, ha sido acusado por un colaborador de atribuirse sus descubrimientos. El despechado científico que le acusa es Bruno Lemaitre, quien trabajó en el laboratorio de Hoffmann en Estrasburgo durante la década de 1990; fue entonces cuando identificaron la proteína Toll, la contribución científica que la academia sueca destacó al anunciar el galardón a Hoffmann. Lemaitre, harto de que su jefe se llevara el mérito a lo largo y ancho de los congresos científicos, ha visto colmada su paciencia con el Nobel, y se explaya en una página web hecha ex profeso (http://www.%20behinddiscoveries.com/) que envió hace dos semanas por correo electrónico a un listado de científicos, y donde aporta pruebas de su versión.

Hoffmann, jefe de laboratorio en la Universidad de Estrasburgo, ha recibido el Nobel por demostrar que el gen Toll, conocido por su papel en el desarrollo embrionario de Drosophila melanogaster, contribuye también en la defensa de la mosca de la fruta frente a bacterias y hongos. Las moscas mutadas sin este gen morían más deprisa por las infecciones, según revelaba un estudio que se publicó en Cell en 1996 y del que Lemaitre era primer autor. Ese trabajo sirvió para identificar, más tarde, a las proteínas homólogas en los mamíferos, los receptores similares a Toll (TLR), que ahora se consideran moléculas claves en el sistema inmune humano.

¿Demasiado tarde?
"Durante mucho tiempo he querido hablar sobre lo que ocurrió en relación a mis trabajos en la inmunidad de Drosophila (...). El Nobel ha precipitado mi reacción. Sé que muchos pensaréis que es un poco tarde pero no ha sido fácil para mí; incluso ahora no estoy seguro de si es una buena idea… Esta web es una forma de pasar página y poder continuar aliviado", escribe Lemaitre, que, en esencia, reprocha a Hoffmann no aportar nada a su investigación y sólo interesarse por ella cuando empezó a adquirir relevancia. "Jules nunca aportó ideas a mi proyecto, estaba muy lejos de lo que hacía en mis trabajos experimentales. Eso explica que, por ejemplo, aún conserve todos los cuadernos de laboratorio en mi oficina (…) De hecho, Jules dedicaba casi todo su tiempo a la organización del laboratorio y a tareas de comunicación".

En 1998 se identificaron los primeros TLR en mamíferos; Toll acaparó la atención científica y Hoffmann asumió la tarea de difundir el hallazgo, siempre "desde una perspectiva distante del trabajo experimental y refiriéndose al logro de un equipo". Lemaitre se lamenta de que los estrechos contactos de Hoffmann con los inmunólogos americanos facilitaran que se impusiera su versión, y que sólo diez años después del estudio de Cell, en 2006, le invitaron a una reunión internacional sobre Toll, a instancias de los científicos drosophilistas.

Con todo, Lemaitre reconoce dos contribuciones de Hoffmann: "Yo escribí las primeras versiones de los estudios, que luego revisaba con mi colega Marie Meister, pero Jules me ayudó en las versiones definitivas con el inglés, que entonces yo no dominaba". Destaca también sus habilidades comunicadoras y su capacidad para dar una visión integradora y conceptual de los hallazgos, aunque enfatiza que el estudio de Cell era un artículo descriptivo, no interpretativo, lo que también es una velada defensa de un estilo científico menos llamativo, y quizá menos publicable pero más riguroso. Mientras las palabras de Lemaitre se extienden por la red, Hoffmann guarda silencio.

UN SISTEMA INJUSTO Y PRÁCTICAS EJEMPLARES

¿El Nobel debe reconocer a quien realiza el descubrimiento o al que aporta las condiciones para lograrlo? Esto se pregunta el científico Peter Lawrence, autor de un citado artículo (Nature 2003; 415: 835-36) donde se debate sobre los conflictos de la autoría y las prácticas de acreditación de los estudios.

"Obviamente, hay muchas tareas en el momento del descubrimiento, pero el premio debería destinarse al que hace la ciencia, no al administrador", opina al hilo de la polémica destapada por Lemaitre. El ejemplo recurrente es el de Selman Waksman, que recibió el galardón en 1952 por el hallazgo de la estreptomicina, descubierta en realidad por el estudiante Albert Schatz, que se encerró solo en una habitación durante cuatro meses (su novia, otra científica que investigaba en tuberculosis, le alimentaba a través de una ventana).

Waksman financió esta investigación y, también importante, desarrolló los métodos con los que trabajaba Schatz. Quizá lo justo hubiera sido compartir el premio.Los nombres de los "olvidados" aparecen con frecuencia tras el fallo del Nobel, víctimas de un sistema de publicaciones muy jerarquizado y de una hegemonía científica angloamericana. Pero no todos son malos ejemplos. Volviendo a Lawrence, su jefe, el fallecido Max Perutz, en el Laboratorio Cavendish (Cambridge), y los jefes de éste (Ernest Rutherford y W. L. Bragg) nunca firmaron los estudios en los que no hubieran contribuido, ni siquiera si los habían inspirado. Una tradición que, sin mermar sus carreras, les granjeó el respeto y afecto de sus subordinados.

LAS DOS CARAS DE LA CONTROVERSIA


Bruno Lemaitre. El ahora jefe de laboratorio en la Escuela Politécnica Federal Suiza (Lausana) se doctoró en la Universidad de Pierre y Marie Curie (París) con un trabajo genético sobre Drosophila. De hecho, siempre tuvo claro que quería centrarse en la mosca, como una continuación natural de su niñez, cuando coleccionaba insectos. En 1992 se incorporó al laboratorio que dirige Jules Hoffmann en la Universidad de Estrasburgo, donde trabajó en el grupo de Jean-Marc Reichhart, y en el que empezó estudiando a la proteína Dorsal en la función inmune, sin obtener frutos. Desde 1993 se dedicó de lleno al análisis de Toll, "mientras Hoffmann y Reichhart estaban centrados en la caracterización bioquímica de kB". En 1998 Lemaitre dejó "amistosamente" el laboratorio de Hoffmann para dirigir uno propio, más modesto, en Gif-sur-Yvette, cerca de París.

Jules Hoffmann. El premio Nobel de Medicina de 2011 ha sido presidente de la Academia de Ciencias francesa y jefe de laboratorio en el Centro Nacional para la Investigación Científica (CNSR, en sus siglas en francés) y en la Universidad de Estrasburgo. Es uno de los científicos a quien su antiguo colaborador Bruno Lemaitre envió el web donde le acusa de apropiarse de sus trabajos, pero afirma no haberla visitado para ahorrarse un disgusto. A Hoffmann no le parece "elegante" hacer declaraciones sobre esta polémica, y se ha limitado a decir que incluyó la contribución de Lemaitre, "como la de muchos otros", en el discurso de recepción del Nobel en Estocolmo, y que "no se siente nada culpable". De él dicen que es un buen embajador del campo de la inmunidad innata y que se mueve muy bien en las redes sociales científicas.
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