lunes, 16 de noviembre de 2009

"El investigador es una manera de ser"


Manuel Sarasa

Diariomedico.com
ESPAÑA
MANUEL SARASA
"El investigador es una manera de ser"
El director científico de Araclon Biotech ha sido premiado por la Confederación de Familiares de Enfermos de Alzheimer y Otras Demencias.


José Luis Labat. Zaragoza - Jueves, 12 de Noviembre de 2009 - Actualizado a las 00:00h.

llave conceptual:
1. "Yo puedo hablar de la enfermedad de Alzheimer en primera persona, por la experiencia que he tenido con mi madre, y resulta muy duro"

Originario de Ayerbe (Huesca), ya desde pequeño su madre se refería a él diciendo "éste, como Cajal". Aunque Manuel Sarasa intenta comparar simplemente sus travesuras de niño a las del Nobel, lo cierto es que ambos comparten algunas cosas más: por ejemplo, ser profesor de Anatomía o estudioso del sistema nervioso. O coincidir también en un lugar para perderse: el Castillo de Loarre.

-Usted no estudió Medicina…
-Pues no, y eso que me gustaba, pero el poder equivocarme en un diagnóstico me planteaba un miedo invencible. Estudié Veterinaria. Desde niño soy investigador. Es una manera de ser y lo mío es la investigación científica.

-¿Cómo fueron sus comienzos de investigador?
-Me fui a Basilea en 1989 y comencé a investigar en Alzheimer. Se acababa de descubrir el gen de la APP y me interesaba saber cómo respondía a las lesiones nerviosas.

-¿Por qué la embriología es la clave de sus trabajos?
-Como profesor de Anatomía y Embriología en la Universidad ya tenía la intuición de que es fundamental para entender muchas cosas. Un maestro mío introdujo la embriología experimental. Y yo me reconozco una especie de intuición por la que aposté y no estaba equivocado.

-¿Cómo son sus experimentos?
-Con huevos de rana o de pollo. Mi tesis era ver qué efectos sobre el desarrollo de las enfermedades pueden encontrarse en los embriones.

-¿Qué ocurre con los genes en la fase embrionaria?
-En nuestro laboratorio aislamos el gen de APP del pollo, lo secuenciamos, y lo sorprendente fue descubrir que un ave tenía la secuencia beta amiloide igual a la humana.

-Al final de la década de 1990 volvió a España.
-Comencé a montar un laboratorio poco a poco. Contaba con medios materiales, pero no con personal. Siempre me han dado dinero, pero no medios humanos. Nos juntamos un grupo de profesores para organizar un laboratorio de neurobiología. Y más tarde se unió el laboratorio Araclon Biotech, que es un auténtico generador de riqueza, mucho más que el ladrillo o la automoción. Actualmente trabajo en anticuerpos, para el año próximo introducirlos en ensayos humanos. El gran objetivo que persigo es el desarrollo del diagnóstico predictor de los casos que no son genéticos, del Alzheimer esporádico.

-¿Se refiere a nuevas técnicas de diagnóstico precoz para enfermedades degenerativas incurables?
-Ahora dirijo un equipo de investigación para el desarrollo de terapias destinadas al tratamiento de enfermedades degenerativas y su diagnóstico, así como para lograr un kit predictor de la enfermedad de Alzheimer. Hay que diagnosticar mucho antes y tratar cuando el paciente no se encuentra muy deteriorado.

-El objetivo sería no llegar a enfermar.
-Así es; confío que las investigaciones en curso permitirán saber quién tiene más posibilidades de sufrir Alzheimer. Conocemos hasta seis estadios de neurodegeneración, y la gente llega al médico especialista, normalmente, en el quinto.

-El hallazgo del proceso de la enfermedad lo realizó en su propia madre, fallecida este año.
-Yo puedo hablar de Alzheimer en primera persona, y resulta muy duro que no te reconozcan, que un ser inteligente pierda su capacidad. Pero con la experiencia de mi madre he comprendido que a la hora del diagnóstico hay que estar atentos a una serie de detalles en las personas mayores que pueden parecer nimios. Gracias a ellos pude detectar la enfermedad de mi madre tres años antes que el resto de mi familia.

-Por eso, recibir este premio de los familiares de enfermos de Alzheimer...
-Pues es algo que se agradece de veras. Es un enorme privilegio, porque lo dan los familiares que se dan cuenta de esta enfermedad. De alguna manera yo soy una esperanza, y eso me responsabiliza: creen en mí. Además, mi objetivo es existencial: pasar por este mundo haciendo algo que merece la pena. No me gusta la fama, aunque es un peaje que, al parecer, tengo que pagar.

No hay comentarios: