Derechos y deberes de la industria biomédica en los sistemas de salud

Cuando alguien reclama sus derechos, rara vez su interlocutor no le recuerda también sus deberes. En este caso, Esteban Plata, presidente de Abbott en España, ha hablado de los derechos que tiene la industria biomédica, pero él mismo ha explicado también cuáles son sus deberes. Entre ellos destaca la necesidad de seguir investigando e innovando.

David Rodríguez Carenas | 17/11/2011 00:00

Esteban Plata, presidente de Abbott para España. (Mauricio Skrycky)

A menudo diana de quienes buscan un culpable de la falta de sostenibilidad de los sistemas sanitarios, la propia industria farmacéutica es consciente de que el futuro de la salud depende en buena parte de sus actuaciones.

Así lo ha reconocido Esteban Plata, presidente de Abbott para España, durante la jornada Políticas Farmacéuticas de las Comunidades Autónomas, organizada en Madrid por Unidad Editorial Conferencias y Formación, con la colaboración de Correo Farmacéutico y el patrocinio de Abbott y Proyectos Gesttiona (ver pág. 4).

Entre los deberes de la industria -"antes de pedir debemos cumplir nuestra parte"-, Plata ha apuntado hacia la ambición por la I+D "para resolver los problemas de la hepatitis crónica o el Alzheimer, que no son fáciles; si lo fueran ya estarían resueltos". Además ha reclamado una autoexigencia máxima: "Debemos sacar un diez en todas nuestras actuaciones, ya sea en calidad del medicamento, estándares de investigación y desarrollo, o sistemática para mitigar los errores, porque, como todo ser humano, somos falibles".

Plata también cree que "tenemos que alimentar la innovación desde un ángulo diferente al tubo de ensayo, fomentando nuevos modelos de prestación sanitaria que permitan optimizar recursos".

Como ejemplo de las mejoras que se pueden obtener, el presidente de Abbott en España ha recordado que las enfermedades reumáticas son las más prevalentes y que además causan el 25 por ciento de las bajas laborales temporales o permanentes, lo que supone veinte millones de días de baja en España y un coste directo asociado de 2.000 millones de euros. Y a su vez ha explicado que el Hospital Clínico San Carlos, de Madrid, ha comprobado que se puede obtener un gran ahorro si se trata la incapacidad temporal como un indicador de salud.

Pero al igual que ha reconocido los deberes, ha recordado unos derechos: "La sociedad tiene que ser el centro del Sistema Nacional de Salud y la financiación para la Sanidad pública ha de ser suficiente. Es triste ver cómo algunos agentes observan las soluciones innovadoras como un problema. La financiación debe estar preparada para abordar esas mejoras". También ha reclamado que "la política sanitaria esté planificada. Debe ser predecible, para no generar derroches, y coherente entre las diferentes administraciones".

Por último, Plata ha advertido de que las posibilidades de éxito -"y ahora no nos podemos permitir el lujo de dejarlas pasar"- son mayores cuando se concilian intereses: "La interdependencia de todos los agentes es inevitable, aunque cada uno tenga sus intereses".

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