lunes, 5 de noviembre de 2012

Doctor, ¿me da su correo electrónico? - DiarioMedico.com

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la relación por mail aún es excepcional


Doctor, ¿me da su correo electrónico?



La relación médico-paciente a través del mail es todavía una excepción. El futuro de esta vía no está claro; se deben analizar pros y contras.


David Rodríguez Carenas   |  05/11/2012 00:00












A inicios de 2013, la compañía Carestream Health comercializará My Vue, un sistema con el cual al paciente se le otorga el poder real sobre sus datos médicos. Esa información podrá facilitársela a otro profesional sanitario. Para ello, el médico le facilitará su dirección de correo electrónico, donde le llegará un enlace.

¿Algo raro? Quizás a alguien no, pero a otros lo de facilitar la dirección del correo electrónico al paciente les puede sonar a ciencia ficción. La pregunta es: ¿está el médico preparado para ello?

  • Vicente Martínez de Vega: Desde que se está situando al paciente en el centro del sistema, hay indicaciones fáciles de entender que están haciendo que aumente la utilización del correo en casos puntuales"


Lo primero es realizar un análisis de la situación. La opinión generalizada es que de momento el correo electrónico entre médico y paciente sólo se emplea en momentos muy concretos. "Excepto algunos médicos que la emplean ya para liberar consultas presenciales o en casos particulares con pacientes con los que tienen mucha confianza, su uso es minoritario", advierte Albert Jovell, presidente del Foro Español de Pacientes.

Uno de los componentes del panel de expertos de Carestream, Vicente Martínez de Vega, jefe del Servicio de Diagnóstico por Imagen del Hospital Universitario Quirón, de Madrid, es más positivo: "Desde que se está situando al paciente en el centro del sistema, hay indicaciones fáciles de entender que están haciendo que aumente su utilización en casos puntuales". Entre esas indicaciones está el control y el seguimiento de pacientes pediátricos, posquirúrgicos, oncológicos o anticoagulados con Sintrom, "para resolver dudas sencillas y obtener un feedback del tratamiento".

En la misma línea, pero desde la óptica gestora, Miguel Ángel Máñez, director económico del Departamento de Salud de Sagunto (Valencia), opina que el uso se reduce a los casos en los que el médico conoce bien a su paciente, "igual que ocurre con el teléfono. No está institucionalizado y no existen protocolos. ¿Qué ocurre con esta vía cuando el médico se va de vacaciones?".


Situación deseable
Cuando Máñez habla de la posible institucionalización de este canal, salta del análisis del presente a su alternativa deseable: "El problema está en la continuidad y en saber para qué debe emplearse, sin tocar temas banales o urgentes, puesto que la respuesta puede demorarse". Esto último exige una alfabetización del paciente que todos reclaman. Además, "el mail tiene que ser seguro y revertir en la historia clínica electrónica. Tardará años en ocurrir, pero lo ideal sería que hubiera una plataforma autonómica".

  • Antonio Ruiz: Si los gestores no entienden cómo funciona, se obtendrá el objetivo contrario. Si las consultas breves se resuelven vía 'mail', necesitaremos más tiempo de consulta"


Para pensar en un proyecto autonómico, provincial o simplemente de un hospital público, primero hay que crear un plan y ver resultados. Por eso, aunque no es contrario a esa institucionalización, Martínez de Vega apunta que será difícil: "Una vez que los modelos se asienten y se seleccione lo que realmente se quiere hacer, surgirán las iniciativas más ambiciosas y públicas, pero de momento es complicado". También Jovell lo ve aún como algo más voluntarista que obligatorio.

"La Administración todavía no está preparada para utilizar esta forma de comunicación de manera institucional", avisa Purificación Holguín, subdirectora quirúrgica del Hospital Universitario de Getafe, en Madrid, que sí ve más factible el uso del correo electrónico entre los propios profesionales, por ejemplo entre hospital y primaria.

Por eso Martínez de Vega está expectante: "Se usa en el tratamiento y control a corto plazo, pero a partir de aquí seguro que surgirán ideas más allá de las circunscritas al correo electrónico, como las teleconferencias, incluso con cita para hacerlas". Muchas de esas alternativas ya se llevan a cabo: "Se están realizando plataformas de atención on-line, aunque orientadas más hacia la resolución de dudas", informa Máñez. 


Pros y contras

Por tanto, el futuro de la comunicación médico-paciente vía mail es aún una incertidumbre que sólo se puede romper analizando si lo deseable es realmente eso, deseable. Pros y contras están bastante generalizados. La estrella de las ventajas es la comodidad para el paciente, que no se tiene que desplazar hasta el centro sanitario y tiene una mayor accesibilidad a su médico, el cual puede resolver dudas con rapidez.

Pero también hay limitaciones e inconvenientes, de nuevo generalizados, sobre todo en el consumo de tiempo. Al respecto, Martínez de Vega y Máñez coinciden al señalar que "ese tiempo dedicado a contestar correo debe estar contabilizado en la atención diaria -"por eso debe institucionalizarse", insiste Máñez-. Otro tema delicado es el de la confidencialidad y la verificación de la identidad. "Los datos han de estar encriptados", comenta Martínez de Vega.

  • Purificación Holguín: La Administración todavía no está preparada para usar esta forma de comunicación de forma institucional. Es más factible el uso del correo entre los propios profesionales"


Realidad
Y ante todo esto, ¿qué hacer? "Cada centro llegará hasta un punto, lo cual será una forma de diferenciación", predice el representante de Quirón. Uno de los pioneros en este aspecto, el Instituto Ferrán de Reumatología, de Barcelona, permite por diez euros el acceso electrónico a sus especialistas entre dos consultas presenciales.

Otro caso interesante es el de Antonio Ruiz, médico de Familia del Consultorio de Colmenarejo (Madrid), que inició hace cuatro años un proyecto de consulta electrónica para temas burocráticos y que no requiriesen exploración física. La satisfacción de los pacientes que usaron el sistema, medida el primer año según la escala de Likert, de 5 puntos, se puntuó con 5 en todos los casos -más de 1.000-, menos en dos, que otorgaron un 4. Hasta ahora, Ruiz ha atendido más de 5.000 consultas de esta forma, cubriendo un 31 por ciento de su cupo.

Pero ahora le toca cambiar, motivado por la estimación de la Consejería de Sanidad de la Comunidad de Madrid de que usar el mail con el paciente es ilegal. Por eso comenzará a funcionar en breve una plataforma de encriptación de datos que sí cuenta con el beneplácito de la consejería, además de fondos FIS. El usuario debe entrar en la plataforma para preguntar y obtener respuesta, de forma que su información no viaja a través de servidores inseguros.

Para determinar el funcionamiento del proyecto, en julio se inició un ensayo clínico aleatorizado con 32 médicos control y 32 con eConsulta. Por el volumen de aceptación, los resultados van por buen camino.
No obstante, Ruiz advierte: "Si los gestores no entienden cómo funciona esto, se obtendrá el objetivo contrario. Si las consultas breves se resuelven vía mail, se atenderá a más pacientes, pero necesitaremos más tiempo para cada consulta".


El beneplácito de la ley ante una nueva vía


En la viabilidad de la relación médico-paciente a través del correo electrónico será fundamental contar con el beneplácito de la ley. Desde la Agencia Española de Protección de Datos señalan que "en principio estaría permitido establecer esa relación siempre que se cumpla con los principios recogidos en la Ley Orgánica de Protección de Datos". En el caso de que la comunicación incluyera datos de salud, que tienen protección especial, se requeriría la adopción de medidas de seguridad de nivel alto, como la obligación de que el responsable de seguridad revise una vez al mes la información de control registrada y elabore un informe.







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