El Marañón dio el fármaco a la mujer cuando había perdido el bebé
Fuentes del centro confirman que había suspendido su dispensación para uso compasivo
El hospital Gregorio Marañón de Madrid precisó ayer que sí administró el fármaco Privigen a Sara M., la mujer que denunció que el centro ha retirado el tratamiento a las embarazadas y que, en su caso, supuso perder el bebé que esperaba. El Gregorio Marañón, como el resto de hospitales, receta gammaglobulina intravenosa (una de las marcas comerciales es Privigen) para tratar “patologías para las que está indicado, entre las que se incluye inmunodeficiencias, mieloma o trasplantes de médula ósea”, asegura una carta del hospital.
Este centro estuvo administrando entre 2005 y principios de este año ese fármaco para una indicación aún en estudio: las embarazadas que sufren abortos recurrentes en el primer trimestre. Un medicamento caro —puede suponer 6.000 euros por embarazada— de uso habitual en las clínicas de fertilidad.
Ese es el caso de Sara M., que sufrió cuatro abortos hasta que los especialistas del Gregorio Marañón detectaron en 2010 que su problema podía ser inmunitario y decidieron administrarle el Privigen como “uso compasivo”. Por aquel entonces, decenas de mujeres con problemas para llevar a término sus embarazos también recibieron el fármaco como “uso compasivo” durante la gestación.
El hospital decidió hace unos meses, según han confirmado a este diario tres fuentes médicas, suspender el “uso compasivo” para las embarazadas y administrarlo únicamente en los casos indicados (obligatorios). Sara M. dio a luz a un bebé sano en 2011 tras ser tratada durante todo el embarazo con Privigen. A finales de este mes de julio se quedó embarazada de nuevo y fue a solicitar el tratamiento, pero le informaron de que ya no se lo podían administrar como embarazada. El 5 de octubre los médicos decidieron ponerle una primera dosis porque padece una hipogammaglobulinemia severa. Es decir, por su enfermedad. Ese mismo día una ecografía mostró que el embrión ya no estaba vivo.
Un estudio reciente publicado en la revista American Journal of Reproductive Immunology, firmado por 23 especialistas españoles, entre ellos el jefe de Inmunología del Marañón, concluyen que el uso de Privigen en embarazadas que abortan espontáneamente es “seguro y beneficioso”: el 82% consiguió evitar el aborto.
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