martes, 14 de febrero de 2017

La hoja de ruta para el Sistema Nacional de Salud en los próximos años - Tribunas - Elmedicointeractivo.com

La hoja de ruta para el Sistema Nacional de Salud en los próximos años - Tribunas - Elmedicointeractivo.com

El Médico Interactivo



La hoja de ruta para el Sistema Nacional de Salud en los próximos años

En su primera comparecencia en el Congreso como ministra de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad, Dolors Montserrat expuso los cuatros pilares en los que se va a sustentar la política sanitaria del Gobierno en los próximos cuatro años: el paciente como centro del sistema, los profesionales, la equidad e igualdad de los ciudadanos y una financiación adecuada de la Sanidad.






Mi compromiso como ministra son las personas, y voy a trabajar los próximos cuatro años para que todos los ciudadanos encuentren en nuestro Sistema Nacional de Salud y en nuestras políticas sociales las respuestas que necesitan. Quiero trabajar para garantizar que todos los españoles tengan acceso a los mismos servicios independientemente de donde vivan.
Debemos estar orgullosos de nuestro Sistema Nacional de Salud. El estudio realizado por Bloomberg situaba a España en la tercera posición del ranking mundial por la eficiencia del sistema sanitario. En base a este estudio el sistema sanitario español sería el primero en el ranking de mejor eficiencia de los sistemas públicos del mundo. (Este ranking “evalúa la esperanza de vida, el gasto sanitario per cápita y el gasto relativo como proporción del Producto Interno Bruto (PIB)”
Nuestro modelo farmacéutico también es considerado como uno de los mejores del mundo y, sin lugar a dudas, ayuda a que nuestro Sistema Nacional de Salud esté en la séptima posición de la Organización Mundial de la Salud, y sea reconocido por su excelencia y universalidad. Y no podemos olvidarnos que nuestro país es uno de los líderes en el mundo en número de trasplantes desde hace 24 años (En España, hay 13 personas al día que reciben un trasplante).
Un reconocimiento que merecen asimismo todos los profesionales sanitarios y de servicios sociales porque en los momentos que ha golpeado con dureza la crisis económica su esfuerzo ha contribuido decisivamente al mantenimiento de la calidad y la excelencia de los servicios. La vocación de los profesionales de la salud y los servicios sociales es admirable. A pesar de todas las dificultades que ha habido, siempre han estado al lado de las personas que lo necesitaban. Por mucho que les demos las gracias nunca será suficiente. Todos estamos en deuda con ellos.
Tenemos un sistema de protección sanitario y social que protege a nuestras familias, desde la infancia hasta la vejez. Un sistema que ofrece una respuesta integral a todos nuestros problemas sin dejar a nadie atrás.

Cambio en las necesidades asistenciales

Uno de los grandes hitos de nuestro Estado del Bienestar es la cobertura sanitaria universal y los sistemas de protección social, que han generado dos fenómenos sociológicos, en sí mismo positivos, que afectan de forma importante a la población.
El nuevo perfil, a causa del envejecimiento, de la prevalencia de las enfermedades crónicas y de las limitaciones en la autonomía personal, provoca un incremento de necesidades asistenciales externas a la familia y el aumento de las personas que necesitan cuidados de larga duración.
Se están produciendo cambios en la demanda asistencial que requieren una adecuación y optimización de las respuestas/recursos, adecuándolas a las necesidades reales.
En el sector hospitalario, por ejemplo, el objetivo es que una persona enferma sea diagnosticada, pronosticada y que reciba un tratamiento. Pero es cierto, que en nuestro actual sistema el único punto abierto las 24h al día son los hospitales y alguna personas que ya tienen diagnóstico cuando tienen un problema siguen yendo a los hospitales porque es el único punto de referencia asistencial. En cambio lo que tenemos que conseguir es que haya una puerta única de entrada compartida entre servicios sociales y de salud.
En cuanto al modelo sociosanitario, hay que tener en cuenta que en España no existe una  puerta única de entrada compartida entre servicios sociales y servicios de salud.
Todas las carteras de servicios actuales no se basan en esta puerta única compartida, sino en la descripción de los recursos desde donde son prestados (atención domiciliaria, centros residenciales, centros de día, hospitales y CESURES, etc.), empezando por la propia ley. Por ello, la estrategia de intervención en cada caso (Plan individual) no responde a una estrategia definida e integrada con la asistencia sanitaria.
La cooperación entre la prestación de servicios sanitarios y sociales no se da con la fluidez necesaria. Ambos sistemas se necesitan, pero su relación se limita en muchos casos a la “recogida” del paciente cuando recibe el alta hospitalaria. Esta nueva situación requiere integrar en el  modelo de atención una mayor coordinación con Atención Primaria,
• posibilitando integrar medidas preventivas, asistenciales, de rehabilitación y de atención a la complejidad y al final de la vida,
• priorizando las intervenciones orientadas a evitar la aparición de los factores de riesgo y de las enfermedades crónicas o minimizar la progresión hacia estadios avanzados.
Así, es necesario impulsar un nuevo modelo sociosanitario en toda España que sea capaz de ofrecer y prestar una atención, centrada en la persona, que se gestione por procesos y con independencia de que la necesidad de atención se sitúe en el sistema sanitario o en el de servicios sociales.
En este escenario la coordinación sociosanitaria es un factor estratégico para la mejora de los servicios sociales y también para la sostenibilidad del sistema sanitario, porque:
• Mejora la calidad de la atención, al poder adaptar mejor las respuestas asistenciales a las necesidades individuales de los usuario
• Permite reducir de forma significativa las recaídas y los reingresos.
• Ayuda a la continuidad de los cuidados.
• Maximiza la eficiencia y permite ahorros en el sistema para revertirlos en la mejora del mismo. Es notorio que posibilita  una racionalización y una mayor adecuación del consumo de recursos al permitir liberar camas hospitalarias de agudos y en muchos casos menos adecuadas a las necesidades del paciente sociosanitario, especialmente cuando este sufre enfermedades crónicas o se encuentra en situación de discapacidad o dependencia.
Para obtener una máxima calidad asistencial, será preciso un modelo de atención continuada que permita la correcta ubicación en cada momento en el recurso idóneo durante el tiempo adecuado. La coordinación sociosanitaria entre el Estado y las comunidades autónomas debería desarrollarse en función de  estrategias compartidas.
Habrá que procurar que la reforma normativa estuviese dotada de la necesaria flexibilidad, dada la amplia gama de supuestos y de situaciones y siempre con sensibilidad hacia las medidas que permitan la optimización de los recursos existentes.
Para regular el espacio sociosanitario, será necesario un esfuerzo especial para superar el hecho de que, desde hace tiempo, los servicios sanitarios y los sociales han venido caminando por separado, según criterios muy diferentes. Por eso, las bases y los principios generales a los que deberá obedecer el nuevo marco que se hace especialmente necesario para llevar a cabo con éxito el salto cualitativo que representaría una legislación moderna para la atención sociosanitaria.
Las bases y los principios generales a los que debería responder el nuevo marco legal habrían de ser fruto del consenso entre las administraciones implicadas, capaces de garantizar unos mismos derechos en cualquier lugar del territorio nacional.

Dependencia

En estos 10 años hemos conseguido muchos avances en el tema de la dependencia, pero, por supuesto, hay cosas por mejorar y muchos retos por afrontar.
Tenemos tres retos en el futuro:
• Trabajar en la prevención.
• Garantizar la calidad de los servicios asistenciales.
• Lograr la estabilidad de su financiación.
El sistema de dependencia ha presentado algunas dificultades en su implantación, pero durante estos últimos cinco años hemos hecho un gran esfuerzo para solventarlos.
Hemos garantizado el Sistema de Dependencia. El Estado ha aportado el 50 por ciento de la financiación tal y como exige la ley, a través de los presupuestos generales del Estado y de la financiación autonómica (LOFCA). Hemos reducido las listas de espera un 57 por ciento y hemos mejorado la calidad de los servicios (el 66 por ciento de las prestaciones son ya servicios profesionales). No obstante, tenemos la obligación de seguir mejorando.

Cuatro pilares

Nuestra hoja de ruta para el Sistema Nacional de Salud en los próximos años se sustenta en cuatro pilares:
1. El paciente debe ser el centro de la actuación del Sistema Nacional de Salud y participar de una forma más activa en la mejora del sistema.
2. Los profesionales (Artículo 6 de la Ley 44/2003, de 21 de noviembre, de ordenación de las profesiones sanitarias: médicos, enfermeros, farmacéuticos, dentistas, veterinarios, podólogos, fisioterapeutas, terapeutas ocupacionales, logopedas y dietistas-nutricionistas y otros profesionales en posesión de un título de especialista en ciencias de la salud), como principal activo del Sistema Nacional de Salud. Son el corazón que hace bombear el sistema.
3. La equidad e igualdad de los ciudadanos.
4. Y la financiación adecuada de la Sanidad, que:
• Ha de asegurar la inversión necesaria para atender las necesidades sociosanitarias de los ciudadanos y proteger y defender sus derechos y los de los profesionales.
 • Se abordará en la aprobación del nuevo sistema de financiación de las comunidades autónomas, en la que todos debemos estar presentes.
 • En la medida que seamos eficientes, esos recursos pueden reinvertirse en nuestro Sistema Nacional de Salud que debe dar respuesta a una sociedad que está más envejecida y afectada por las enfermedades crónicas.

Pacientes

El paciente es la piedra angular del sistema y como tal impulsaremos un acuerdo marco con el que fortalecer el diálogo y una participación más activa en los órganos consultivos del ministerio y del Sistema Nacional de Salud.
Para mejorar el conocimiento y la formación del paciente, impulsaremos con las comunidades autónomas la Red de Escuelas de Salud para la Ciudadanía (2013) como espacio en el que mejorar la formación de los ciudadanos en promoción de la salud y prevención de la enfermedad.

Profesionales

El segundo pilar son los profesionales.
En estas cuestiones, como en todo aquello relacionado con el Sistema Nacional de Salud, el papel desempeñado por los profesionales (a los que me he referido anteriormente) es fundamental.
Si bien, como decía al comienzo,
• los ciudadanos son nuestra verdadera razón de ser,
• los profesionales, el segundo pilar de las políticas que desarrollaremos en Sanidad en los próximos años, son el principal valor con el que contamos para conseguir el objetivo de recuperar la salud e incrementar la calidad de vida.
Queremos mejorar las condiciones formativas y laborales de nuestros profesionales, así como avanzar en la gestión y la planificación de los recursos humanos en el Sistema Nacional de Salud.
En cuanto al ámbito de la farmacia, tengan claro que el ministerio continuará defendiendo el ‘modelo de farmacia mediterráneo’ que tenemos. El modelo nos garantiza la proximidad a los ciudadanos y la calidad en la atención, y que seguiremos trabajando desde la estabilidad y la previsibilidad en beneficio del ciudadano y del sector.
Daremos más protagonismo al farmacéutico en el ámbito de la educación en prevención, así como en la formación de los ciudadanos en términos de promoción, principalmente en los hábitos de vida saludables y  la cronicidad (se limita a los consejos que el farmacéutico daría a los ciudadanos en estos ámbitos).
Continuaremos apostando además, y desde el uso racional de los medicamentos, por los genéricos (cae la patente del innovador a los 10 años. 48,83 por ciento de uso actual frente al 34,16 por ciento de 2011), teniendo también presente el valor que aportan los biosimilares.
Defendemos y ampliaremos la compra centralizada de medicamentos y productos sanitarios (no solo de vacunas), que tan buenos resultados nos está dando:
• tanto desde el punto de vista del abastecimiento, de la transparencia y de la planificación,
• como desde la perspectiva de la certidumbre y la estabilidad de producción por los laboratorios. De este modo, se evita que se puedan producir retrasos en la recepción del medicamento prescrito al paciente,
• y la optimización de los recursos y de la generación de ahorros en pro de la sostenibilidad del Sistema Nacional de Salud, que nos permiten reinvertirlos en el propio sistema.
Quiero destacar la función esencial que desempeña la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios, que en los próximos años seguirá velando por fomentar la seguridad y la calidad de la prestación farmacéutica para el paciente.
Desde la Agencia continuaremos impulsando iniciativas como:
• El Plan Nacional de Lucha contra Resistencias a los Antibióticos, teniendo en cuenta tantos los antibióticos que se suministran a las personas como a los animales, clave para evitar en España situaciones críticas generadas por el mal uso de los antibióticos como las 25.000 muertes anuales que las bacterias multirresistentes causan en Europa según el Centro Europeo para la Prevención y Control de Enfermedades.
 • El Sistema Español de Verificación de Medicamentos  que tiene por finalidad garantizar calidad en toda la cadena de distribución con un código único de verificación,
 • así como con otras medidas que impulsaremos próximamente como el Plan de Garantías de Abastecimiento (Plan para garantizar la continuidad del abastecimiento para que los pacientes accedan a los medicamentos que precisan).
Procuraremos avances también en el sistema de fijación de los precios a la innovación. Se trata de buscar el equilibrio entre evitar un coste no justificado de la innovación y el impulso de la misma.
Y en la definición de los medicamentos y productos que son o puedan ser estratégicos por las necesidades de los pacientes para el Sistema Nacional de Salud (porque den respuesta a patologías prevalentes en la sociedad o su uso sea ‘masivo’).
En cuanto a Sanidad electrónica, es un instrumento clave para todos los eslabones de la cadena asistencial, siendo especialmente relevante en materia de cohesión, equidad y seguridad para el paciente, y en la consecución de mejoras en la capacidad diagnóstica de los profesionales.
Es voluntad y compromiso del Ministerio de Sanidad en este ámbito que la implementación e interoperabilidad alcance el cien por cien en todo el Sistema Nacional de Salud en los próximos años en lo que a la historia clínica, la tarjeta sanitaria y la receta electrónica se refiere.
En el ámbito de la receta electrónica, esta alcanza ya cuotas muy cercanas al 90 por ciento de uso en todo el sistema (85,9 por ciento este año). Para alcanzar el cien por cien, debemos ser conscientes de que existen dificultades propias de la capacitación tecnológica en determinadas zonas, por ejemplo rurales, que podrían dificultar su total implementación.
En relación con la Organización Nacional de Trasplantes, ámbito en el que somos líderes mundiales desde hace 25 años, nuestro compromiso es seguir incrementando la cifra actual de 43,5 donantes por millón de personas.
Para ello, seguiremos desarrollando medidas como:
•     El Programa de Garantía de Calidad en el proceso de donación,
•     el Plan Nacional de Médula Ósea,
•     el Plan Nacional de Sangre de Cordón Umbilical,
•     el Plan Nacional de Córneas,
•     continuando la expansión, la defensa y la difusión de nuestro modelo altruista en todo el mundo.
Para finalizar, sintetizo en cuatro conceptos, a modo de resumen, lo que creo que debe ser esta legislatura en el ámbito de la Sanidad y los servicios sociales.
• Quiero ser la ministra de la prevención tanto en el ámbito social como sanitario. Invertir en prevención es más eficaz y eficiente, pero sobre todo es garantía de equidad y derechos.
• Nuestra política social y sanitaria, en esta legislatura, se fundamentará en la prevención, la equidad, la corresponsabilidad, la cohesión territorial y la igualdad de oportunidades. En definitiva, la legislatura de la garantía social.
• Desde el convencimiento y la demostración en mi trayectoria política, quiero que sea la legislatura de los grandes acuerdos y del diálogo.
• La realidad a la que debe dar respuesta el Estado del Bienestar ha cambiado profundamente en los últimos 40 años. Esta debe ser la legislatura en la que pongamos las bases para el modelo de bienestar de la España del 2050. Les invito a que lo construyamos entre todos
Extracto del discurso de la ministra durante su primera comparecencia en el Congreso de los Diputados el 20 de diciembre de 2016.

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