domingo, 23 de julio de 2017

La FDA persigue la contaminación alimentaria y aprueba nueva tecnología de imagen cerebral neonatal

La FDA persigue la contaminación alimentaria y aprueba nueva tecnología de imagen cerebral neonatal



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La FDA persigue la contaminación alimentaria y aprueba nueva tecnología de imagen cerebral neonatal

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La FDA norteamericana informa que, a pesar de tener uno de los sistemas de vigilancia más competentes del mundo, en Estados Unidos fallecen cada año más de 3.000 personas por culpa de alimentos generalmente cont. Un dato que contrasta con la aprobación, esta misma semana, de la primera resonancia cerebral para neonatos.
Al margen de fallecimientos largamente lastrados por enfermedades metabólicas directamente relacionadas con una ingesta abusiva, en Estados Unidos mueren cada año más de 3.000 personas, cuyas enfermedades letales tienen su origen en alimentos concretos. Esto ha llevado a la Agencia Federal de Medicamentos y Seguridad Alimentaria de Estados Unidos, la FDA, a realizar una importante declaración institucional. La persona encargada de ello ha sido su comisionado Scott Gottleb. Habida cuenta de que EEUU es uno de los países exportadores de alimentos más seguros que existen en el planeta, pero teniendo presente también que mueren todos esos ciudadanos cuando falla la seguridad alimentaria, enfermando muchos más, el Congreso del país ha encargado a la agencia de medicamentos reforzar la estrategia nacional de salud pública en este terreno, mediante fondos federales destinados a los estados que sean más diligentes a la hora de atajar esta problemática.
Pie de foto:  Dr Scott Gottleb (FDA)
Sus mayores atribuciones se enmarcan dentro de la FSMA, Acta para la Modernización de la Seguridad Alimentaria. Como primera acción, incluye la evitación de las formas de contaminación alimentaria. Una ejecutoria que deberá implicar de manera decidida a los responsables del sector primario, generadores y transformadores de alimentos. Para ello, se velará por una mejor formación en el espacio agrario y por una mayor cooperación interestatal en la producción de frutas y verduras frescos.
El plan contemplado por FDA y PSMA incluye la dotación de casi 31 millones de dólares en fondos para los 43 estados de la Unión que han demostrado su compromiso en el cumplimento de las pautas nacionales de seguridad alimentaria, además de la implementación acertada de programas específicos en esta área de la salud pública.
Como requisito básico para la obtención de estos fondos públicos, se exige desde la FDA que la producción, transformación, transporte, almacenaje y distribución de frutas y verduras responda a principios científicos. Además de reportar de forma regular el resultados de estos protocolos y seguimientos. Programas que deben incluir, además de la referida formación, el soporte tecnológico necesario, según las necesidades del sector agrario. La iniciativa estatal tuvo su origen en 2016, con la asignación de 21,8 millones de dólares, habiéndose incrementado al presente.
Vía libre para la primera resonancia magnética cerebral neonatal
Esta misma semana, la FDA también ha dado vía libre a la primera resonancia magnética cerebral (MRI) concebida como dispositivo de imagen para cerebro y cabeza a utilizar en las unidades de cuidados neonatales (NICU). Según el jefe del Centro de Dispositos Radiológicos para pacientes pediátricos, el doctor Vasum Peiris, el avance está en que ya no será necesario sacar a los bebés de estas unidades especializadas para realizar pruebas diagnósticas, dada su evidente fragilidad.
Los escáneres obtienen imágenes del interior del organismo humano, con finalidad diagnóstica. mediante ondas de radiofrecuencia aplicadas a campos magnéticos cuyas partículas, generalmente protones, ofrecen imágenes distintas según los tejidos que atraviesan, ya sea grasas o moléculas de agua, componentes del cuerpo. En el caso concreto del Embrace Neonatal MRI System, la tecnología de imagen se aplica a la cabeza del neonato, dentro de una circunferencia máxima de 38 centímetros y con un peso que oscila entre el kilo y el kilo y medio del niño. El sistema controla la temperatura e impide movimientos del bebé durante la exposición, que no supera los 30 segundos. Así mismo esta tecnología no precisa de una habitación aislada o especial. Su calidad ha sido demostrada en pruebas de simulación sin paciente, con medición de seguridad de las variables mecánicas, eléctricas y electromágnéticas. No obstante, se desaconseja su uso en niños con implantes metálicos o electrónicos, o cuando su peso supere los 4,5 kilos.

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