REFLEXIONES EN EL AVE
¿Adiós a la EMA en Barcelona?
El principal problema de la candidatura de Barcelona a albergar la EMA no es tanto la grave situación política catalana como lo que ofrecen ciudades competidoras como Amsterdam.
por Carmen Fernández. Directora | 30/09/2017 10:00
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0 comentariosLos últimos acontecimientos en Cataluña invitan a decir adiós al proyecto de atraer la Agencia Europea de Medicamentos (EMA) a Barcelona, un asunto de la máxima trascendencia para la capital catalana y para España, pero, al menos al cierre de esta edición (un día antes del fatídico 1-O), aún hay margen para la esperanza.
El 31 de julio el Ministerio de Sanidad, del que es titular Dolors Montserrat, presentó formalmente en el Consejo Europeo la candidatura de Barcelona por medio de un amplio e impecable dossier elaborado por el equipo técnico de la candidatura, que forman representantes de distintas áreas del Ministerio de Sanidad, el Ministerio de Asuntos Exteriores, la Generalitat de Cataluña y el Ayuntamiento de Barcelona.
El documento se centra en explicar los seis requisitos indispensables para poder acoger la EMA, incluyendo un séptimo apartado en el que se expone el potencial de España en investigación e innovación.
La presentación del dossier tiene que ser seguida de una rueda de prensa en Bruselas en una fecha que aún no ha sido convocada y no porque en el ministerio no quieran sino por dificultades de la agenda de la ministra (estudia la posibilidad de hacerlo el 16 de octubre), según han asegurado fuentes autorizadas del mismo. Que el lunes pasado, día 25, Milán presentase públicamente su candidatura de esa forma sirvió para que en algunos ámbitos de España se concluyese que la grave situación política catalana había paralizado la candidatura. Nada más lejos de la realidad, puesto que, según las fuentes ministeriales, la Unión Europea no se plantea en serio el escenario de una Cataluña independiente y el equipo de las tres administraciones sigue trabajando con normalidad, lejos del ensordecedor ruido del choque de trenes (entre los gobiernos central y catalán) que, sobre todo en los últimos días, ha generado el mal llamado referéndum (tanto porque la pretendida consulta no es legal ni ofrece garantías democráticas como porque lo que se propone es que los ciudadanos se manifiesten en contra o a favor de una cuestión, la independencia, lo que técnicamente es un plebiscito).
La presentación del dossier tiene que ser seguida de una rueda de prensa en Bruselas en una fecha que aún no ha sido convocada y no porque en el ministerio no quieran sino por dificultades de la agenda de la ministra (estudia la posibilidad de hacerlo el 16 de octubre), según han asegurado fuentes autorizadas del mismo. Que el lunes pasado, día 25, Milán presentase públicamente su candidatura de esa forma sirvió para que en algunos ámbitos de España se concluyese que la grave situación política catalana había paralizado la candidatura. Nada más lejos de la realidad, puesto que, según las fuentes ministeriales, la Unión Europea no se plantea en serio el escenario de una Cataluña independiente y el equipo de las tres administraciones sigue trabajando con normalidad, lejos del ensordecedor ruido del choque de trenes (entre los gobiernos central y catalán) que, sobre todo en los últimos días, ha generado el mal llamado referéndum (tanto porque la pretendida consulta no es legal ni ofrece garantías democráticas como porque lo que se propone es que los ciudadanos se manifiesten en contra o a favor de una cuestión, la independencia, lo que técnicamente es un plebiscito).
En conclusión, lo que nos tiene que preocupar de esta trascendental cuestión para el sector farmacéutico, la sanidad, la investigación biomédica y el desarrollo económico y social nacional,no es tanto el lío catalán como las ciudades competidoras de Barcelona; los trabajadores londinenses de la EMA ya han mostrado su preferencia por Amsterdam, por una cuestión que para ellos es fundamental: el mayor uso por su población del idioma inglés.REFLEXIONES EN EL AVE
¿Adiós a la EMA en Barcelona?
El principal problema de la candidatura de Barcelona a albergar la EMA no es tanto la grave situación política catalana como lo que ofrecen ciudades competidoras como Amsterdam.
por Carmen Fernández. Directora | 30/09/2017 10:00
Los últimos acontecimientos en Cataluña invitan a decir adiós al proyecto de atraer la Agencia Europea de Medicamentos (EMA) a Barcelona, un asunto de la máxima trascendencia para la capital catalana y para España, pero, al menos al cierre de esta edición (un día antes del fatídico 1-O), aún hay margen para la esperanza.
El 31 de julio el Ministerio de Sanidad, del que es titular Dolors Montserrat, presentó formalmente en el Consejo Europeo la candidatura de Barcelona por medio de un amplio e impecable dossier elaborado por el equipo técnico de la candidatura, que forman representantes de distintas áreas del Ministerio de Sanidad, el Ministerio de Asuntos Exteriores, la Generalitat de Cataluña y el Ayuntamiento de Barcelona.
El documento se centra en explicar los seis requisitos indispensables para poder acoger la EMA, incluyendo un séptimo apartado en el que se expone el potencial de España en investigación e innovación.
La presentación del dossier tiene que ser seguida de una rueda de prensa en Bruselas en una fecha que aún no ha sido convocada y no porque en el ministerio no quieran sino por dificultades de la agenda de la ministra (estudia la posibilidad de hacerlo el 16 de octubre), según han asegurado fuentes autorizadas del mismo. Que el lunes pasado, día 25, Milán presentase públicamente su candidatura de esa forma sirvió para que en algunos ámbitos de España se concluyese que la grave situación política catalana había paralizado la candidatura. Nada más lejos de la realidad, puesto que, según las fuentes ministeriales, la Unión Europea no se plantea en serio el escenario de una Cataluña independiente y el equipo de las tres administraciones sigue trabajando con normalidad, lejos del ensordecedor ruido del choque de trenes (entre los gobiernos central y catalán) que, sobre todo en los últimos días, ha generado el mal llamado referéndum (tanto porque la pretendida consulta no es legal ni ofrece garantías democráticas como porque lo que se propone es que los ciudadanos se manifiesten en contra o a favor de una cuestión, la independencia, lo que técnicamente es un plebiscito).
La presentación del dossier tiene que ser seguida de una rueda de prensa en Bruselas en una fecha que aún no ha sido convocada y no porque en el ministerio no quieran sino por dificultades de la agenda de la ministra (estudia la posibilidad de hacerlo el 16 de octubre), según han asegurado fuentes autorizadas del mismo. Que el lunes pasado, día 25, Milán presentase públicamente su candidatura de esa forma sirvió para que en algunos ámbitos de España se concluyese que la grave situación política catalana había paralizado la candidatura. Nada más lejos de la realidad, puesto que, según las fuentes ministeriales, la Unión Europea no se plantea en serio el escenario de una Cataluña independiente y el equipo de las tres administraciones sigue trabajando con normalidad, lejos del ensordecedor ruido del choque de trenes (entre los gobiernos central y catalán) que, sobre todo en los últimos días, ha generado el mal llamado referéndum (tanto porque la pretendida consulta no es legal ni ofrece garantías democráticas como porque lo que se propone es que los ciudadanos se manifiesten en contra o a favor de una cuestión, la independencia, lo que técnicamente es un plebiscito).
En conclusión, lo que nos tiene que preocupar de esta trascendental cuestión para el sector farmacéutico, la sanidad, la investigación biomédica y el desarrollo económico y social nacional,no es tanto el lío catalán como las ciudades competidoras de Barcelona; los trabajadores londinenses de la EMA ya han mostrado su preferencia por Amsterdam, por una cuestión que para ellos es fundamental: el mayor uso por su población del idioma inglés.
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