lunes, 18 de marzo de 2013

La HCE avanza a ritmo lento, con un profesional que no acaba de aceptar que su propietario es el paciente - DiarioMedico.com

La HCE avanza a ritmo lento, con un profesional que no acaba de aceptar que su propietario es el paciente - DiarioMedico.com

avanza a ritmo lento

La HCE avanza a ritmo lento, con un profesional que no acaba de aceptar que su propietario es el paciente

Paciente y profesional sanitario no parecen estar en la misma línea respecto a lo que quieren de la historia clínica electrónica (HCE), al menos según los datos de una encuesta on-line solicitada por Accenture a Harris Interactive y realizada entre noviembre y diciembre de 2012 a 3.700 médicos -500 por país, salvo Singapur, con 200- de Alemania, Australia, Canadá, España, Estados Unidos, Francia, Inglaterra y Singapur.
David Rodríguez Carenas | david.rodriguez@diariomedico.com   |  18/03/2013 00:00 


El 84 por ciento de los encuestados consideran que la calidad de la atención al paciente ha mejorado con el uso de la HCE, un porcentaje que en España asciende hasta el 86 por ciento. "Creemos que esta tendencia se va a mantener, ya que se ha demostrado que las ventajas superan ampliamente a los riesgos de permitir a los pacientes el acceso a sus historias", señala Baltasar Lobato, managing director de Sanidad de Accenture.

Sin embargo, las alabanzas a la HCE no evitan el eterno dilema entre los profesionales sanitarios acerca de si el paciente debe poder acceder a su historial. Así, el 65 por ciento de los médicos prefieren que los pacientes sólo puedan acceder a parte de la información de su historial, el 22 por ciento, que puedan tener acceso a toda la información, y el 13 por ciento restante se muestra en contra de cualquier acceso.

Es más, el 63 por ciento de los médicos españoles no creen determinante que el acceso de los pacientes a sus HCE sea clave para prestar una buena atención sanitaria. De hecho, sólo el 12 por ciento permite a sus pacientes acceder a través de internet a información médica e historias clínicas, aunque el 86 por ciento se declare a favor de promocionar el uso de la HCE en sus consultas.

En este punto, hay que recordar que el paciente es el dueño de su información y, por tanto, de su historia, como apunta Juan Gérvas, profesor de la Escuela Nacional de Sanidad y de la Autónoma de Madrid: "Desde hace 30 años, el Equipo Cesca, de investigación, estudio y docencia en atención primaria -coordinado por Gérvas-, defiende este concepto clave. Lo que hay que hacer es regular la forma de acceso y lograr que éste siempre deje huella. Con esas dos condiciones, el paciente tiene derecho a introducir información nueva y a matizar o cambiar la previa". Según la encuesta de Accenture, el 80 por ciento de los médicos españoles desearían que los pacientes pudieran añadir información clínica a sus historias.

Gérvas, incluso, formula la pregunta de forma inversa: ¿puede el profesional acceder a toda la HCE del enfermo? "El paciente podría tener claves para reservar el acceso a determinados campos de la historia clínica -por ejemplo, de vida sexual-, accesibles para los profesionales cuando él o un familiar autorizado lo permitieran".


Decepción
Sea por esas discrepancias respecto a cómo debería ser la HCE o por otro motivo, parece que no se ha dado con la tecla en lo que a esta herramienta se refiere, al menos en Estados Unidos. Según una encuesta realizada por el Colegio Americano de Médicos y AmericanEHR Partners -entidad que pretende crear una comunidad on-line de médicos usuarios de las TIC-, el nivel de desencanto de los médicos con la HCE está aumentando.

En concreto, la encuesta, realizada con 4.279 respuestas entre marzo de 2010 y diciembre de 2012, ha determinado que la satisfacción del clínico con la historia electrónica ha bajado un 12 por ciento en esos dos años, mientras que los muy decepcionados han aumentado un 10 por ciento y los muy satisfechos han bajado un 6 por ciento.

El resto de resultados tampoco son muy alentadores. El 39 por ciento de los médicos no recomendaría la HCE que emplea a un colega, por el 24 por ciento que no lo haría en 2010. Por especialidades, los cirujanos son los más desencantados, y los médicos de familia, los más satifechos.

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