DEBIDO A LOS RECORTES ACOMETIDOS
El 45% del presupuesto de investigación se quedó sin gastar
Casi 2.300 millones previstos para la I+D+i se pierden por el camino sin llegar a ejecutarse. Es el área con menor ejecución real de todo el Presupuesto General del Estado.
Laura G. Ibañes. Madrid | laura.gutierrez@diariomedico.com | 26/03/2013 00:00
Hace tan sólo unos días que la Confederación Española de Sociedades Científicas (Cosce) remitió una carta al presidente del Gobierno alertándole sobre la dramática situación de la investigación en el país por los recortes acometidos y la "honda preocupación por el deterioro de la I+D+i en nuestro país y por la ausencia de una política científica coherente que confiera la estabilidad y serenidad que la investigación científica necesita", según rezaba la misiva.
Los temores de la Cosce sobre la descoordinación se sumaban de una de sus ya tradicionales críticas: la advertencia de que un presupuesto basado fundamentalmente en créditos en lugar de en subvenciones significa un presupuesto irreal, que no llega a ejecutarse y que apenas sirve para salvar los número sobre el papel.
Los temores de la Cosce no eran infundados. El Ministerio de Hacienda acaba de hacer públicas las estadísticas provisionales de ejecución presupuestaria de 2012. Y el resultado es desalentador, tal y como ya avanzaban los datos a tercer trimestre. En 2012 se presupuestaron para políticas de I+D+i un total de 5.049 millones, pero en la práctica sólo se han contemplado 2.764 millones en obligaciones reconocidas. Dicho en plata: 2.285 millones que estaba previsto destinar a financiar la I+D+i se han perdido por el camino. La cuestión no es baladí, se trata de casi la mitad de todo el presupuesto del Estado para investigación, del 45,2 por ciento concretamente, que finalmente no se destinará a la ciencia aunque inicialmente figurara sobre el papel como presupuestado para investigación.
Es cierto que 2012 ha sido un año económicamente especial, en tanto los Presupuestos Generales del Estado (PGE) se aprobaron avanzado el año y que en verano se añadió además un acuerdo de no disponibilidad de créditos que redujo aún más las cifras teóricas, pero también lo es que la no ejecución de los presupuestos de investigación empieza a convertirse en un problema endémico. No en vano, el ministerio de Cristina Garmendia dejó ya sin ejecutar el 37,5 por ciento del presupuesto de I+D de 2011, esto es, 2.025 millones de euros que no llegaron a cumplir su objetivo final. Sumada la no ejecución de 2011 y de 2012, la investigación ha perdido 4.310 millones de euros de gasto real en solo dos años, a los que hay que sumar el recorte sobre los presupuestos un presupuestos teóricos, que era ya del 7,3 por ciento en 2011 y del 25,5 por ciento en 2012.
Malas perspectivas
Si continúa esta tendencia de no ejecución real de los presupuestos de investigación, causada fudamentalmente por la presupuestación de créditos que no llegan a solicitarse en lugar de subvenciones, el problema para la ciencia se agravará y mucho en 2013.
Según el análisis de los presupuestos de este año que elaboró la Cosce, el recorte de fondos estatales para investigación en 2013 es del 7,22 por ciento. Sin embargo, a diferencia de lo que ocurrió en años anteriores, en 2013 el mayor recorte lo han sufrido las partidas no financieras, esto es, las subvenciones, que concentran el 80 por ciento de todo el recorte presupuestario. Así, con menos fondos todavía para subvenciones que en años anteriores y con un presupuesto de créditos que apenas se ejecuta a la mitad de lo previsto, el recorte real de fondos para investigación en 2013 será cuantioso.
La mayor parte de lo no ejecutado corresponde al Plan Nacional de Drogas que, sobre el papel, gastó sólo el 50 por ciento de lo previsto. Pero, según explica Francisco Babín, delegado nacional para el Plan de Drogas, esta partida presupuestaria es diferente al resto, en tanto el plan se nutre en buena medida de los fondos de bienes decomisados, de los que de dispone en el presupuesto del año siguiente, por lo que la interpretación tradicional de los datos de ejecución presupuestaria no es válida para este caso.
Obviada esta situación, y la no disponibilidad de crédito aprobada en verano, el Plan Nacional de Drogas habría ejecutado también el grueso de su presupuesto, como el resto de las partidas sanitarias.
En conjunto el Ministerio de Sanidad (incluidas las partidas de Igualdad y de Servicios Sociales) tenía presupuestados 3.017 millones de euros, de los que ha ejecutado en 2012 el 90,3 por ciento.
El grueso de la no ejecución reside en la partida de Servicios Sociales del Estado, que se vio afectada por el acuerdo de no disponibilidad de crédito y por modificaciones en el sistema de aportaciones del Estado a las autonomías para cuestiones de dependencia. La partida de sanidad pública y exterior también presenta una ejecución tímida, con un 67 por ciento de su presupuesto, si bien su dotación no era muy elevada.
Los temores de la Cosce sobre la descoordinación se sumaban de una de sus ya tradicionales críticas: la advertencia de que un presupuesto basado fundamentalmente en créditos en lugar de en subvenciones significa un presupuesto irreal, que no llega a ejecutarse y que apenas sirve para salvar los número sobre el papel.
Los temores de la Cosce no eran infundados. El Ministerio de Hacienda acaba de hacer públicas las estadísticas provisionales de ejecución presupuestaria de 2012. Y el resultado es desalentador, tal y como ya avanzaban los datos a tercer trimestre. En 2012 se presupuestaron para políticas de I+D+i un total de 5.049 millones, pero en la práctica sólo se han contemplado 2.764 millones en obligaciones reconocidas. Dicho en plata: 2.285 millones que estaba previsto destinar a financiar la I+D+i se han perdido por el camino. La cuestión no es baladí, se trata de casi la mitad de todo el presupuesto del Estado para investigación, del 45,2 por ciento concretamente, que finalmente no se destinará a la ciencia aunque inicialmente figurara sobre el papel como presupuestado para investigación.
Es cierto que 2012 ha sido un año económicamente especial, en tanto los Presupuestos Generales del Estado (PGE) se aprobaron avanzado el año y que en verano se añadió además un acuerdo de no disponibilidad de créditos que redujo aún más las cifras teóricas, pero también lo es que la no ejecución de los presupuestos de investigación empieza a convertirse en un problema endémico. No en vano, el ministerio de Cristina Garmendia dejó ya sin ejecutar el 37,5 por ciento del presupuesto de I+D de 2011, esto es, 2.025 millones de euros que no llegaron a cumplir su objetivo final. Sumada la no ejecución de 2011 y de 2012, la investigación ha perdido 4.310 millones de euros de gasto real en solo dos años, a los que hay que sumar el recorte sobre los presupuestos un presupuestos teóricos, que era ya del 7,3 por ciento en 2011 y del 25,5 por ciento en 2012.
Malas perspectivas
Si continúa esta tendencia de no ejecución real de los presupuestos de investigación, causada fudamentalmente por la presupuestación de créditos que no llegan a solicitarse en lugar de subvenciones, el problema para la ciencia se agravará y mucho en 2013.
Según el análisis de los presupuestos de este año que elaboró la Cosce, el recorte de fondos estatales para investigación en 2013 es del 7,22 por ciento. Sin embargo, a diferencia de lo que ocurrió en años anteriores, en 2013 el mayor recorte lo han sufrido las partidas no financieras, esto es, las subvenciones, que concentran el 80 por ciento de todo el recorte presupuestario. Así, con menos fondos todavía para subvenciones que en años anteriores y con un presupuesto de créditos que apenas se ejecuta a la mitad de lo previsto, el recorte real de fondos para investigación en 2013 será cuantioso.
Sanidad sí ejecutó la práctica totalidad de su presupuesto de 2012
El Ministerio de Sanidad sí cumplió con el grueso de sus previsiones presupuestarias de 2012. Los datos publicados por el Ministerio de Hacienda muestran cómo en 2012 se presupuestaron para políticas sanitarias nacionales 696 millones de euros y se ejecutaron el 89,5 por ciento de ellos.La mayor parte de lo no ejecutado corresponde al Plan Nacional de Drogas que, sobre el papel, gastó sólo el 50 por ciento de lo previsto. Pero, según explica Francisco Babín, delegado nacional para el Plan de Drogas, esta partida presupuestaria es diferente al resto, en tanto el plan se nutre en buena medida de los fondos de bienes decomisados, de los que de dispone en el presupuesto del año siguiente, por lo que la interpretación tradicional de los datos de ejecución presupuestaria no es válida para este caso.
Obviada esta situación, y la no disponibilidad de crédito aprobada en verano, el Plan Nacional de Drogas habría ejecutado también el grueso de su presupuesto, como el resto de las partidas sanitarias.
En conjunto el Ministerio de Sanidad (incluidas las partidas de Igualdad y de Servicios Sociales) tenía presupuestados 3.017 millones de euros, de los que ha ejecutado en 2012 el 90,3 por ciento.
El grueso de la no ejecución reside en la partida de Servicios Sociales del Estado, que se vio afectada por el acuerdo de no disponibilidad de crédito y por modificaciones en el sistema de aportaciones del Estado a las autonomías para cuestiones de dependencia. La partida de sanidad pública y exterior también presenta una ejecución tímida, con un 67 por ciento de su presupuesto, si bien su dotación no era muy elevada.
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