lunes, 4 de marzo de 2013

'Por cada euro invertido en malaria, España recibe siete' | Biociencia | elmundo.es

'Por cada euro invertido en malaria, España recibe siete' | Biociencia | elmundo.es

ENTREVISTA | Rafael Vilasanjuan

'Por cada euro invertido en malaria, España recibe siete'

Rafael Vilasanjuan durante la entrevista en MadridRafael Vilasanjuan durante la entrevista en Madrid.| José Aymá
  • El director del Instituto de Salud Global defiende el valor de la cooperación
  • Los datos demuestran que ésta puede ser rentable, incluso en tiempos de crisis
Ángeles López | Madrid
Actualizado lunes 04/03/2013 04:58 horas
 
 
Lleva dos años al frente del Instituto de Salud Global de Barcelona (ISGlobal), trabajando codo con codo con Pedro Alonso en la lucha contra la malaria y otras enfermedades olvidadas. Su experiencia como secretario general internacional de Médicos Sin Fronteras le ha proporcionado la certeza de que se puede crear un nuevo centro de pensamiento, desde donde analizar la salud global, y con él mejorar la vida de millones de personas en el mundo.

"Mi misión es buscar todas las vertientes de análisis, político, cultural o económico, de un problema y generar buenas soluciones", afirma Rafael Vilasanjuan, director del laboratorio de ideas de ISGlobal, en una visita a Madrid cuyo objetivo es dar a conocer los datos del estudio 'Contribuciones Españolas en la lucha contra la malaria', con el que se constata que la cooperación puede ser algo rentable, incluso en tiempos de crisis.
¿Qué es y qué hace el ISglobal?
Es un instituto con fondos públicos y privados, y muy novedoso en España porque es el primero que se crea, fuera del ámbito anglosajón, que combina todo el ciclo de conocimiento. Parte de la investigación, que es el pilar del instituto, pero se ha creado el laboratorio de ideas con un incentivo concreto: pensar desde España cómo podemos mejorar las condiciones de vida de la gente que está inmersa en la pobreza, en donde la salud determina su vida. Se puede salir de la pobreza trabajando, nunca si estás enfermo, es decir, la salud es el primer condicionante que permite que el desarrollo funcione.

¿Y en qué se diferencia este instituto de otras organizaciones?
En España se ha entendido la colaboración en función de la economía, de los fondos, no a nivel de conocimiento. Hay que ser más estratégicos en la manera de entender cuál es el valor que podemos aportar en la manera de entender la salud en el mundo. Ese es el primer mandato del ISglobal. A través de la salud, estudiar la globalización y hacer que la brecha de equidad sea cada vez menor. Nuestra misión es el mundo. Ahí estamos compitiendo con centros anglosajones, con los grandes centros de pensamiento, porque en el mundo de la salud no hay 'think tanks'. Mucha gente se focaliza en países africanos, en cambio, nosotros tenemos tres grandes plataformas de investigación: una en Mozambique, una en Marruecos y una en Bolivia, porque tenemos mucha relación con Latinoamérica. Aportamos ideas nuevas sobre pobreza, exclusión y salud en países de renta media.

Además de la lucha contra la malaria, ¿tenéis otros objetivos?
Trabajamos en enfermedades infecciosas. Además de la malaria, trabajamos en sida, en tuberculosis, en Chagas, en la enfermedad de Pian, en leishmaniasis, y las patologías maternoinfantiles. Nuestro ángulo de acción es la equidad, la salud y la pobreza. Podríamos hacer mucho más en otras áreas pero tenemos los recursos que tenemos.

¿Las herramientas son sólo médicas?
No. Desde el laboratorio de ideas creamos una coalición internacional de expertos para que estas enfermedades dejen de ser olvidadas, es decir, para generar recursos, crear voluntad política para cambiar las leyes, que haya también capacidad de incidir en los actores que ahora mismo deciden la agenda internacional: OMS, EEUU, Banco Mundial, etc. Elaboramos el discurso político que hay detrás de un olvido y los investigadores lo que hacen es desarrollar un producto para que la atención de una enfermedad tenga mejores condiciones.

¿Estas enfermedades son olvidadas porque afectan a gente pobre o porque no interesa curarlas?
Hay una mezcla de los dos. Este tipo de enfermedades se producen básicamente en países de renta baja y no hay investigación ni medicamento curativo, por eso hay estigma en torno a ellas. Y por culpa de ellas, el país no tiene desarrollo. La malaria es un caso clarísimo, pero desde hace una década no se puede considerar enfermedad olvidada porque se incluyó dentro de los objetivos del milenio. La OMS habla de 17 enfermedades olvidadas entre ellas el Chagas, para las que no hay investigación, existe un olvido manifiesto por parte de instituciones públicas y privadas y falta voluntad política para salir de esa situación. Todo eso genera un círculo difícil de salir y condena a la muerte a muchas personas. Nuestra misión [la del ISGlobal] es poner preguntas y dar algunas respuestas para cambiar poco a poco la situación mundial.

En esta situación de crisis, ¿por qué España debería seguir invirtiendo en cooperación?
Es evidente que la sociedad nos está reclamando un cambio drástico en la manera en la que estamos concibiendo la cooperación. Hasta hoy la cooperación se está midiendo por la cantidad de recursos que se entregan, y eso no es válido. Lo que quiere saber la gente es si eso tiene un retorno.

¿Hay que cambiar la estrategia?
Sí, lo estamos haciendo. Desgraciadamente, el hecho de que la gente no salga a la calle por un recorte en cooperación, que ha sido el mayor de todos los que ha habido, porque estamos hablando del 87% de recorte, probablemente sea porque se piense que no hay motivo para invertir en este ámbito con la crisis que tenemos. Pero la malaria es un ejemplo de que merece la pena.

¿Por qué es un ejemplo?
Teníamos la duda de saber si realmente estábamos jugando en la primera división a nivel mundial en la lucha contra esta enfermedad. Por eso hemos elaborado un estudio, para conocer qué se ha invertido y qué se ha generado. Y hemos visto que la malaria es el caso perfecto que demuestra que la cooperación no es simplemente un gesto solidario sino que ha generado un gran número de investigaciones y conocimientos. Con una inversión muy pequeña, en una década los fondos del Gobierno español han supuesto 200 millones, se ha generado una dinámica muy positiva que devuelve tres impactos más allá de la solidaridad: el económico, el científico y el posicionamiento político.

¿Puede ser más concreto?
España está recuperando por cada euro que invierte en malaria siete u ocho euros, lo que quiere decir que se está generando más economía de la que teníamos. A nivel científico, las contribuciones españolas nos han puesto en primer lugar internacional, con 500 artículos publicados en revistas científicas, algo que sólo está a la altura de Estados Unidos, Francia o Inglaterra. Además, estamos liderando los ensayos contra la malaria y las grandes políticas de control de esta enfermedad, desde la introducción de mosquiteras hasta los tratamientos intermitentes para madres embarazadas, y, desde hace dos años, lideramos un cambio drástico: pasar de pensar que hay que controlar la malaria a querer erradicarla. Para ello, se está coordinando un equipo mundial y lo estamos haciendo desde Barcelona. Por último, España se ha posicionado a nivel internacional en organismos multilaterales como un actor político de primer nivel. Y todo esto con muy poco dinero. No sé si otras cosas tienen tanto valor estratégico.

¿Y esto lo saben los políticos?
Bueno, es lo que estamos intentando. Aunque hay gente convencida en el área de cooperación, muchas veces lo que falta es el convencimiento de toda la clase política, especialmente de los que dirigen las cuentas. Creo que los datos del estudio servirán para que los políticos y la sociedad tomen conciencia. Porque para que los primeros actúen hay que convencer a los ciudadanos. Invertir en cooperación es rentable, como se ha comprobado en este estudio, pero siempre y cuando le demos un sentido a la cooperación. Se trata de trabajar en traspasar e intercambiar conocimiento (lo que genera más dinero en investigación que puede venir de actores externos), también en una capacidad de diálogo a nivel internacional y en un nuevo modelo de cooperación, cada vez más estratégica. El gobierno británico lo sabe, y Cameron ha dicho que la cooperación les interesa. Porque esto tiene un retorno.

¿Se puede explicar en cifras ese retorno?
En España tenemos 18 grupos de investigación de primer nivel internacional en malaria. La inversión española pública en malaria son 12 millones en toda la década. Lo que hemos generado son equipos que están trabajando por valor de 100 millones, es decir, estamos expandiendo la investigación, porque recibimos fondos europeos, de la Fundación Gates, de la Rockefeller

No hay comentarios: