lunes, 15 de noviembre de 2010

La obesidad se come el 7% de los recursos - DiarioMedico.com

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ESPAÑA
tercer país con mayor obesidad infantil
La obesidad se come el 7% de los recursos
España es el tercer país del mundo, tras Estados Unidos y Reino Unido, con mayor tasa de obesidad infantil y su porcentaje de sobrepeso y obesidad en adultos supera también la media de los países de la OCDE. Los gastos ocasionados por las enfermedades asociadas a la obesidad representan ya el 3 por ciento de todos los gastos mundiales en sanidad. En España este porcentaje se eleva al 7 por ciento del presupuesto autonómico.


Laura G. Ibañes - Lunes, 15 de Noviembre de 2010 - Actualizado a las 00:00h.


La obesidad se come el 7 por ciento del presupuesto sanitario español. Hace tan sólo unos días que el presidente de la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (Aesan), Roberto Sabrido, cifró en 5.000 millones de euros el coste del tratamiento de la obesidad para el sistema sanitario español, es decir, en el 7 por ciento del presupuesto sanitario, un porcentaje considerablemente superior al de la media de los países de la OCDE, en los que el sobrepeso y la obesidad consumen entre el 1 y el 3 por ciento de todo el gasto sanitario.

Y es que España se sitúa, según han hecho público las sociedades de atención primaria con motivo del día de la diabetes, en el bochornoso podio de los tres países con mayor índice de obesidad infantil del mundo, tan sólo por detrás de Estados Unidos y Reino Unido.

La OCDE estima que el consejo del médico de primaria es la medida con mejores resultados y a más corto plazo, junto al encarecimiento de la 'comida basura'


Las cifras de la OCDE sobre la población adulta tampoco son tranquilizadoras: España está por encima de la media de los países desarrollados tanto en sobrepeso como en obesidad. Concretamente, la OCDE cifra la población con sobrepreso en el 63 por ciento de los españoles y el 45 por ciento de las españolas, frente a una media del 57 por ciento de varones con sobrepeso en los países desarrollados y del 46 por ciento de las mujeres. Si a lo que se atiende es a las personas con obesidad, esto es a quienes han superado ya un índice de masa corporal (IMC) de 30, esta patología afecta ya al 19 por ciento de la población masculina y el 16 por ciento de la femenina en España, mientras la media de los países de la OCDE se sitúa en el 16 y el 17 por ciento, respectivamente.

Aun cuando las cifras son más preocupantes en España, Reino Unido y Estados Unidos, el problema de la creciente obesidad y de su antesala -el sobrepeso- no es ajeno a casi ningún país desarrollado y se ha extendido también a las grandes promesas de la economía mundial como China, Brasil y México.

Con cada quince kilos extra se incrementa un 30 por ciento el riesgo de muerte prematura, y los obesos pierden de media entre ocho y diez años de vida


La OCDE acaba de hacer público un informe en el que estima que en los próximos diez años dos de cada tres personas de los países desarrollados tendrán sobrepeso u obesidad, frente a los datos de 1980 en los que el sobrepeso afectaba a menos de 1 de cada 10 personas. Los países emergentes no se librarán de los problemas con la báscula: siete de cada diez adultos tienen ya sobrepeso en México, las tasas de diabetes en China han alcanzado ya a las de Estados Unidos y la obesidad se ha triplicado entre los varones brasileños y duplicado entre las mujeres en apenas 25 años.

El impacto sociosanitario y económico que tendrá esta epidemia global de obesidad aterra a los expertos de la OCDE. El estudio estima que las personas severamente obsesas mueren entre ocho y diez años antes que el resto, una pérdida de vida semejante a la de los fumadores. Se estima que con cada 15 kilos extra de peso, el riesgo de muerte temprana se incrementa en un 30 por ciento, y en diez países europeos, incluida España, la obesidad duplica la probabilidad de no poder llevar una vida activa normal. De hecho, las consecuencias de la obesidad trascienden a la salud y se estima que, por los riesgos de sufrir invalidez y el rechazo social, las personas obesas cobran de media un 18 por ciento menos que el resto de la población. Un círculo vicioso, si se tiene en cuenta que a menores ingresos económicos se produce mayor riesgo de sufrir obesidad por una alimentación inadecuada.

La repercusión no sólo es para el paciente. Los sistemas sanitarios consumen de media el 3 por ciento de su presuesto en gastos relacionados con la obesidad (la cifra asciende al 7 por ciento en España y el 10 por ciento en Estados Unidos). Concretamente, el informe de la OCDE calcula que los gastos de la atención médica a las personas obesas son un 25 por ciento mayores que los ocasionados por personas con un IMC adecuado, aun cuando la reducción de la esperanza de vida que sufren los obesos es tan fuerte que en conjunto ocasionan menor gasto al sistema sanitario a lo largo de su vida que cualquier otra persona. Si a esto se añaden los costes sociolaborales por incapacidades temporales o permanentes, se puede decir que la obesidad destruye el 1 por ciento del PIB de los países desarrollados.

Ante esta situación cabe preguntarse qué hacer. Los expertos de la OCDE han evaluado el impacto de diferentes tratamientos y de distintas medidas preventivas, y el resultado ha sido claro: el consejo del médico de primaria es la actuación más costeefectiva, por encima de las campañas generalizadas en los medios de comunicación, de medidas fiscales para incrementar el precio de la comida basura o disminuir el de frutas y verduras, e incluso que las campañas escolares, el etiquetado obligatorio de los productos con su información nutricional o la vigilancia de la publicidad sobre alimentación.

Las estimaciones de la OCDE sobre el impacto de estas medidas preventivas se han hecho sólo para un pequeño grupo de países, entre los que no figura España pero sí Reino Unido, con tasas semejantes de obesidad y sobrepeso. Y en ellas queda claro cómo el consejo sistemático del médico de primaria es el que generaría un mayor incremento en el número de años de vida ganados ajustados a calidad, pero también el que actuaría de forma más rápida junto a las medidas fiscales que gravan el precio de la comida basura, puesto que otras intervenciones de alto impacto sanitario como la regulación de la publicidad tardarían casi 40 años en dar frutos reales.



A imagen de los pediatras

Lourdes Carrillo, coordinadora del grupo de trabajo Nutrición de Semfyc, explica que "hay pocos trabajos en España que muestren evidencia real sobre el impacto del consejo médico pero si internacionalmente se ve esta tendencia habría que empezar a evaluar la conveniencia de poner en marcha una estrategia concreta de actuación en obesidad en el adulto". En su opinión, "los pediatras tienen más organizado y sistematizado este asunto porque sí hay una iniciativa concreta para combatir la obesidad infantil, pero sobre todo porque la población acude a ellos cuando observa un problema de obesidad en sus hijos. Sin embargo, esto no ocurre entre la población adulta: no van al médico de primaria, sino a dietistas y centros parasanitarios".


A dieta

Los partidos acaban de presentar sus enmiendas a la Ley de Seguridad Alimentaria que está en trámite en el Congreso (ver página 4). La nueva norma ha incluido como iniciativa estrella la limitación de la venta de productos de alto contenido calórico en los colegios y la prohibición del uso de personajes famosos en los alimentos destinados a población infantil. Desde el PP se ha pedido la retirada de la prohibición de venta de los productos de alto contenido calórico alegando que no hay alimentos buenos o malos sino tan sólo dietas equilibradas o desequilibradas. Desde Semfyc, Lourdes Carrillo, afirma que "en cualquier caso, el efecto de esas medidas se verá a muy largo plazo y, de momento, los únicos instrumentos para prevenir son el consejo dietético, los programas de ejercicios, la terapia motivacional y, para el tratamiento, la cirugía que no está implantada en todas las regiones y un solo medicamento con indicación en obesidad".

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