Un 43,49% de los sanitarios afirma que sufre agresiones, pero no las denuncian
Los trabajadores aseguran que también les agreden compañeros y jefes
CC OO reclama una mesa de seguimiento del plan de prevención
Raúl Limón Sevilla 14 AGO 2012 - 18:33 CET1
Volvió a ocurrir. La policía detuvo a un hombre de 25 años y acusó a su esposa por irrumpir en un quirófano de Pediatría del Hospital Materno Infantil de Málaga y, presuntamente, amenazar al personal sanitario que estaba atendiendo a su hija de cuatro años. Esta vez se cumplían las premisas establecidas en el plan de prevención de la Junta y había vigilante, pero no fue suficiente.
El suceso se desencadenó cuando los médicos decidieron que la niña, que había sufrido un pequeño corte, pasara a quirófano para someterla a una pequeña intervención con el fin de suturar la herida. La niña entró con el lógico nerviosismo y los sanitarios recurrieron a sujetar a la menor con unas correas para evitar que se moviese. En ese momento, la pequeña comenzó a gritar y a llorar, por lo que los padres, que estaban fuera, intentaron entrar en la sala de operaciones para acompañarla. El empleado de seguridad del hospital informó a los progenitores de que no podían pasar y el padre de la paciente apartó al vigilante, llegó al quirófano y amenazó a la doctora y a la enfermera que asistían a la pequeña.
Sucesos como este ocurren casi a diario en los centros de atención andaluces, donde las agresiones son habituales y han aumentado en los últimos años. Casi la mitad del personal sanitario, un 43,49%, las ha sufrido, según una encuesta realizada por la Federación de Sanidad de Comisiones Obreras (CCOO) y a la que han respondido 1044 de trabajadores del Servicio Andaluz de Salud.
De los empleados que afirman haber sido víctimas de agresiones, la mayoría (28,26%) asegura que han sido verbales, frente a un 6% de ataques psicológicos o físicos. El pasado año, el Servicio Andaluz de Salud registró oficialmente 245 incidentes violentos frente a los 192 del año anterior. Los insultos se dan especialmente en atención primaria mientras que la violencia física es más común en la atención especializada. Quienes más la sufren son los médicos (56%) y los agresores suelen ser los usuarios (76%), aunque los superiores y los propios compañeros también son los actores de los incidentes en un 6% de los casos.
La representante de la Federación Sanitaria de CC OO Rosa Martín Cruzado llamó la atención sobre el dato de la existencia de un 5,84% de agresiones psicológicas en el ámbito sanitario y que los autores sean identificados como superiores o compañeros, algo que podría poner en evidencia, según advirtió, la existencia de casos de acoso en el trabajo, por lo que demandó una mayor implicación de la administración en la evaluación de riesgos psicosociales con los que detectar posibles conflictos interpersonales. En este sentido, destacó que en Málaga hay un solo técnico en este campo para 16.000 trabajadores, por lo que es muy difícil hacer un trabajo eficaz.
La mayoría de las agresiones, siete de cada diez, no se denuncia porque el 42% cree que “no sirve de nada”, por desconocimiento o por miedo a las represalias (entre un 12,6% y un 13,5%). Otra amplia mayoría (30%) argumenta para no hacerlas públicas falta de tiempo, reincidencia, falta de apoyo de la dirección o traslado.
Las respuestas del personal sanitario ponen en evidencia también que los episodios de insultos o ataques son habituales, pese a la inversión de la administración en el Plan de Prevención y Atención de Agresiones, vigente desde 2005 y al que se han destinado más de 140 millones para implantar más de 2.000 timbres antipánico, unos 3.000 teléfonos de emergencia e interfonos y un millar de videocámaras. También se han desplegado más de 400 vigilantes y construido centenares de salidas alternativas.
A estas medidas hay que sumar las asistencias letradas (242 el pasado año) y cursos de formación para la mitad de los profesionales del SAS.
Sin embargo, Rosa Martín destaca que esta última medida “no parece haber sido suficiente o estar bien orientada” porque el conocimiento de este plan de prevención es muy escaso: solo un 30% de los encuestados afirma saber de él y de éstos, la mitad asegura que no se cumple y se siente inseguro por ineficacia de las medidas (10%), falta de apoyo (10%), ausencia de vigilantes, carencia de medios o deficiencia en la información y formación.
Ante esta situación y el aumento de las agresiones, que CCOO y lo médicos cifran en un 9%, el sindicato reclama la convocatoria de una mesa de seguimiento del plan para abordar la situación y que esta incluya a los usuarios.
Entre las propuestas de los trabajadores destacan desde la inclusión de la disminución de la conflictividad como un criterio de productividad para los directivos, hasta la constitución de un Observatorio de Agresiones o la implantación de mediadores sociales.
Otras medidas son la integración de trabajadores sociales para actuar sobre familias potencialmente conflictivas, adoptar medidas pasivas de protección en los centros más inseguros, y evitar la sobrecarga asistencial en los servicios donde más agresiones se registran: los de asistencia primaria, atención al usuario y urgencias.
Un 69,64% afirma desconocer el Plan de Prevención y Atención de Agresiones. Del 30,36% que lo conoce, la mitad se considera insegura por ineficacia, falta de medidas de protección o insuficiente apoyo, formación e información. La otra mitad se siente protegida por vigilantes, compañeros y las medidas incluidas en el plan
La mayoría de sanitarios pide vigilantes (58,62%), formación (47,89%), compañía (37,84%), timbre antipánico (37,64%) y doble salida (25,86%)
Las agresiones sufridas por el 43,49% del personal son verbales (28,26%), físicas (6,03%) y psicológicas (5,84%) y los autores son usuarios (76,10%), superiores (6,80%) y compañeros (6,14%)
Un 72,80% no denuncia las agresiones
El suceso se desencadenó cuando los médicos decidieron que la niña, que había sufrido un pequeño corte, pasara a quirófano para someterla a una pequeña intervención con el fin de suturar la herida. La niña entró con el lógico nerviosismo y los sanitarios recurrieron a sujetar a la menor con unas correas para evitar que se moviese. En ese momento, la pequeña comenzó a gritar y a llorar, por lo que los padres, que estaban fuera, intentaron entrar en la sala de operaciones para acompañarla. El empleado de seguridad del hospital informó a los progenitores de que no podían pasar y el padre de la paciente apartó al vigilante, llegó al quirófano y amenazó a la doctora y a la enfermera que asistían a la pequeña.
Sucesos como este ocurren casi a diario en los centros de atención andaluces, donde las agresiones son habituales y han aumentado en los últimos años. Casi la mitad del personal sanitario, un 43,49%, las ha sufrido, según una encuesta realizada por la Federación de Sanidad de Comisiones Obreras (CCOO) y a la que han respondido 1044 de trabajadores del Servicio Andaluz de Salud.
De los empleados que afirman haber sido víctimas de agresiones, la mayoría (28,26%) asegura que han sido verbales, frente a un 6% de ataques psicológicos o físicos. El pasado año, el Servicio Andaluz de Salud registró oficialmente 245 incidentes violentos frente a los 192 del año anterior. Los insultos se dan especialmente en atención primaria mientras que la violencia física es más común en la atención especializada. Quienes más la sufren son los médicos (56%) y los agresores suelen ser los usuarios (76%), aunque los superiores y los propios compañeros también son los actores de los incidentes en un 6% de los casos.
La representante de la Federación Sanitaria de CC OO Rosa Martín Cruzado llamó la atención sobre el dato de la existencia de un 5,84% de agresiones psicológicas en el ámbito sanitario y que los autores sean identificados como superiores o compañeros, algo que podría poner en evidencia, según advirtió, la existencia de casos de acoso en el trabajo, por lo que demandó una mayor implicación de la administración en la evaluación de riesgos psicosociales con los que detectar posibles conflictos interpersonales. En este sentido, destacó que en Málaga hay un solo técnico en este campo para 16.000 trabajadores, por lo que es muy difícil hacer un trabajo eficaz.
La mayoría de las agresiones, siete de cada diez, no se denuncia porque el 42% cree que “no sirve de nada”, por desconocimiento o por miedo a las represalias (entre un 12,6% y un 13,5%). Otra amplia mayoría (30%) argumenta para no hacerlas públicas falta de tiempo, reincidencia, falta de apoyo de la dirección o traslado.
Las respuestas del personal sanitario ponen en evidencia también que los episodios de insultos o ataques son habituales, pese a la inversión de la administración en el Plan de Prevención y Atención de Agresiones, vigente desde 2005 y al que se han destinado más de 140 millones para implantar más de 2.000 timbres antipánico, unos 3.000 teléfonos de emergencia e interfonos y un millar de videocámaras. También se han desplegado más de 400 vigilantes y construido centenares de salidas alternativas.
A estas medidas hay que sumar las asistencias letradas (242 el pasado año) y cursos de formación para la mitad de los profesionales del SAS.
Sin embargo, Rosa Martín destaca que esta última medida “no parece haber sido suficiente o estar bien orientada” porque el conocimiento de este plan de prevención es muy escaso: solo un 30% de los encuestados afirma saber de él y de éstos, la mitad asegura que no se cumple y se siente inseguro por ineficacia de las medidas (10%), falta de apoyo (10%), ausencia de vigilantes, carencia de medios o deficiencia en la información y formación.
Ante esta situación y el aumento de las agresiones, que CCOO y lo médicos cifran en un 9%, el sindicato reclama la convocatoria de una mesa de seguimiento del plan para abordar la situación y que esta incluya a los usuarios.
Entre las propuestas de los trabajadores destacan desde la inclusión de la disminución de la conflictividad como un criterio de productividad para los directivos, hasta la constitución de un Observatorio de Agresiones o la implantación de mediadores sociales.
Otras medidas son la integración de trabajadores sociales para actuar sobre familias potencialmente conflictivas, adoptar medidas pasivas de protección en los centros más inseguros, y evitar la sobrecarga asistencial en los servicios donde más agresiones se registran: los de asistencia primaria, atención al usuario y urgencias.
Cifras de la encuesta
La encuesta de Comisiones Obreras ha obtenido 1.044 respuestas de personal de todas las categorías sanitarias.Un 69,64% afirma desconocer el Plan de Prevención y Atención de Agresiones. Del 30,36% que lo conoce, la mitad se considera insegura por ineficacia, falta de medidas de protección o insuficiente apoyo, formación e información. La otra mitad se siente protegida por vigilantes, compañeros y las medidas incluidas en el plan
La mayoría de sanitarios pide vigilantes (58,62%), formación (47,89%), compañía (37,84%), timbre antipánico (37,64%) y doble salida (25,86%)
Las agresiones sufridas por el 43,49% del personal son verbales (28,26%), físicas (6,03%) y psicológicas (5,84%) y los autores son usuarios (76,10%), superiores (6,80%) y compañeros (6,14%)
Un 72,80% no denuncia las agresiones
No hay comentarios:
Publicar un comentario