domingo, 2 de noviembre de 2014

El profesional, 'segunda víctima' de los errores - DiarioMedico.com

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EFECTOS ADVERSOS

El profesional, 'segunda víctima' de los errores

Aunque los grandes afectados por los efectos adversos son los pacientes, el causante del daño también sufre daños en su integridad personal y médica.
Pilar Laguna. Murcia | dmredaccion@diariomedico.com   |  31/10/2014 00:00
  

El término acuñado en el mundo anglosajón de segunda víctima para referirnos a los profesionales sanitarios que protagonizan errores clínicos se va introduciendo paulatinamente en el ámbito de la seguridad del paciente. En España es un concepto bastante joven, aunque algunos expertos ya hablan de tres víctimas de los eventos adversos: el paciente que resulta dañado, que es la primera; el profesional sanitario que lo causa, la segunda, y la institución donde sucede, la tercera.
Hasta ahora, la prevención y gestión de los eventos adversos (EA) se ha abordado desde la perspectiva del paciente, que desde luego puede sufrir daños irreparables y es el primer perjudicado, pero los expertos en este ámbito comienzan a fijarse en el profesional involucrado. Y es que, independientemente de su responsabilidad jurídica, el causante del daño puede verse afectado hasta el extremo de querer abandonar el hospital o su profesión por verse incapaz de restaurar su integridad personal. Así se puso de manifiesto durante el II Foro de Seguridad del Paciente organizado ayer por la Sociedad Murciana de Calidad Asistencial (Somuca), cuya conferencia magistral corrió a cargo de Juan Francisco Herrero, jefe de Inspección Médica de la Consejería de Sanidad de la Comunidad Valenciana.
Herrero se mostró partidario de la filosofía del open disclosure, o total transparencia respecto a lo sucedido. Un puntal del proceso es contarle la verdad al paciente y a la familia y, en segundo lugar, "no mirar hacia el otro lado, por muy compleja que sea la situación porque las improvisaciones angustiadas generan más daño a los pacientes y a los profesionales".
El hecho de pedir disculpas sinceras, dice, puede incluso disminuir los litigios, aparte de que la ocultación no es ética. La segunda víctima de un EA grave tendrá que resolver la inquietud por su reputación personal y profesional, necesitará ayuda o consejo de pares e institucional, tendrá temor a la reacción de sus directivos y pensamientos intrusivos persistentes, e inseguridad al tratar a los pacientes. Necesitará asistencia psicológica y asesoría legal.
Comunicación
Herrero puso de manifiesto la importancia de subsanar no sólo los errores sanitarios relacionados con diagnóstico, tratamiento o prescripción, sino también los originados por la dificultad de los profesionales para comunicar. ¨Hacemos mucho hincapié en cuidar los procedimientos y las tecnologías que intervienen en el proceso asistencial, pero nos la jugamos en el terreno de la comunicación y de los valores", señaló, recalcando que el principio hipocrático de no causar daño se extiende también al hecho de comunicar.
Como resultado de un estudio Delphi , aún sin publicar, que concitó a cinco grupos de profesionales entre sanitarios, juristas, periodistas y expertos en calidad-seguridad, se redactaron algunas recomendaciones que este inspector califica como "catálogo excelente de lo que no se debe hacer pero se hace, como ha ocurrido en el caso del Ébola".
Dichas pautas se dirigen a equipos directivos para que puedan afrontar eficazmente la comunicación durante la crisis; otras especifican el qué, cómo y cuándo informar a pacientes y a familiares, y cada actuación que debe llevarse a cabo al producirse un EA. Además se anima a identificar qué errores se cometen con frecuencia y a reforzar la cultura de seguridad de los profesionales en los centros donde se implante la notificación de EA.

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