jueves, 11 de febrero de 2016

“Defendemos la Troncalidad, pero sin reducir la formación específica en Cardiología” :: El Médico Interactivo :: “Defendemos la Troncalidad, pero sin reducir la formación específica en Cardiología”

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“Defendemos la Troncalidad, pero sin reducir la formación específica en Cardiología”





Enero/Febrero 2016 - Eva Fariña

Andrés Íñiguez, presidente de la Sociedad Española de Cardiología (SEC), ha concedido una entrevista a EL MÉDICO

Andrés Íñiguez afronta los dos años de mandato al frente de la Presidencia de la Sociedad Española de Cardiología (SEC) como un reto continuista, aunque también pretende darle su sello personal. Como marcan los estatutos, el candidato elegido en 2013 ocupó durante dos años el cargo de vicepresidente y responsable de la formación continuada de la SEC. Por tanto, se ha producido "un aprendizaje y una implicación progresiva en diferentes áreas o con distintas responsabilidades en cada momento". Durante su mandato (2015-2017) se han propuesto cuatro líneas estratégicas: ampliar la difusión de los cursos formativos, protocolizar la calidad asistencial (Proyecto SEC Excelente), fomentar la investigación y promover la educación social a través de la Fundación Española del Corazón.
¿En qué situación se encuentra la Cardiología en España? ¿Qué nivel tiene en comparación con la europea o la estadounidense?
Hablar de Cardiología implica concretar diferentes aspectos para poder establecer una comparación. Si hablamos de formación, el cardiólogo español obtiene una cualificación muy alta, su nivel es bastante uniforme y su preparación es excelente debido a la unificación en todo el Estado español de la formación que establece el programa MIR. Tras introducirse la Troncalidad, es probable que se dediquen dos años a la formación en Medicina General, y desde la SEC pretendemos que no se reduzca la formación específica en Cardiología, pues esta especialidad es tremendamente amplia y muy tecnificada, con numerosas sub-especialidades que requieren un tiempo mínimo de formación. En comparación, cada país europeo tiene su propio sistema de formación, aunque en general tiende a un planteamiento similar al de España, pero hay asimetrías dependiendo de qué país consideremos. En este sentido, la Sociedad Europea de Cardiología ha establecido un 'core curriculum' para unificar lo que debiera ser la formación del cardiólogo europeo. En Estados Unidos el sistema es diferente, pues cada hospital establece sus requisitos de acceso, periodo y contenidos formativos específicos, aunque también tienden a buscar una cualificación general en los primeros dos-tres años de Medicina Interna, y otra más específica de la propia especialidad en otros dos-tres años, con formaciones adicionales en super-especialidades.
¿Qué diferencias destacaría a nivel autonómico?
Quizás la principal fuente de información actual a nivel autonómico procede del registro RECALCAR, realizado por la SEC mediante una encuesta dirigida a los responsables de los servicios de Cardiología. Dicho registro, declarado de interés por el Sistema Nacional de Salud, analiza los recursos, la actividad y la calidad de las unidades asistenciales en España. El informe de 2015 destaca que la dotación tecnológica y de recursos existente, en general, es adecuada. La segunda idea es que, a nivel global, la actividad es adecuada e importante. Existe una amplia variabilidad en niveles de actividad, frecuentación, dotaciones e indicadores de calidad en las diferentes unidades y servicios de las distintas CC.AA., lo que implica la posibilidad de amplios márgenes de mejora.
¿Qué papel juega la Atención Primaria en el seguimiento del paciente cardiológico? ¿Qué relación hay entre los dos niveles asistenciales?
La relación es fundamental, y el informe RECALCAR especifica que una mejor gestión de la demanda de consultas desde Primaria requiere un mejor trabajo conjunto entre Primaria y Cardiología, en especial en aquellos pacientes con enfermedades crónicas. Tanto es así que la SEC, en su política institucional de fomentar la calidad de las actuaciones asistenciales, está desarrollando el proyecto SEC-Calidad, dentro del cual existe el subproyecto SEC-Primaria. Esta iniciativa trata de mejorar la coordinación real, operativa y protocolizada entre ambos niveles, y favorecer la continuidad asistencial. El objetivo final es reducir la mortalidad y aumentar la calidad de vida de los pacientes con cardiopatía, con un uso eficiente de los recursos disponibles, básicamente a través de una mejora en la protocolización asistencial y en la comunicación entre los diferentes niveles asistenciales enmarcados en la relación Primaria-Hospital.
La SEC ha firmado acuerdos de colaboración con otras sociedades científicas, como la Sociedad Española de Periodoncia y Osteointegración. ¿Hay más proyectos en este sentido?
Sí, la SEC debe interaccionar con otras sociedades científicas vinculadas a la asistencia cardiovascular en España, especialmente con las de ámbito quirúrgico cardiovascular, con las de Medicina Interna y con las de Asistencia Primaria, pero no exclusivamente. Hoy día tenemos una visión muy transversal de la enfermedad, y los enfoques multidisciplinarios van a ser la pauta habitual en los próximos años.
De todos los proyectos que hereda, ¿con cuáles va a continuar? ¿Y cuántos va a comenzar?
La Sociedad Española de Cardiología tiene, afortunadamente, desde hace años, una serie de líneas estratégicas muy marcadas. Cualquier Ejecutivo que ha pasado, que pasamos por aquí, las seguimos y las complementamos.
Uno de los pilares de su mandato es la formación. ¿Qué novedades habrá?
La formación es una de nuestras líneas estratégicas desde hace muchísimos años, y cada nuevo Ejecutivo la ha enriquecido. Inicialmente se plantearon y diseñaron los cursos presenciales en la Casa del Corazón (la sede de la SEC, en Madrid). Estos cursos se siguen haciendo, cada año se reelaboran y se hacen nuevos cursos. Durante el mandato del Dr. Vicente Bertomeu se crearon los másteres, que son áreas de capacitación dirigidas hacia ámbitos muy específicos. En la actualidad ya se están desarrollando más de 14 másteres con diferentes ediciones, y más de 3.000 personas ya los han realizado.
¿Qué destacaría de su labor como responsable de la formación en la SEC?
Efectivamente, la formación es responsabilidad del presidente electo, así que en estos dos últimos años nos hemos volcado en dos facetas: asegurar e incrementar la calidad de la formación que se imparte y aumentar la difusión. Para mejorar la calidad, decidimos institucionalizar la Comisión de Formación. Hasta entonces, dicha comisión estaba formada por un grupo de socios de la SEC elegidos directamente por el presidente electo. Eran personas de absoluta valía y reconocimiento profesional, pero que, de alguna manera, no tenían mayor vinculación con la sociedad científica, salvo ser socios. Yo reuní a todas las secciones científicas, a todas las áreas de conocimiento, y les pedí que me propusieran un par de nombres con el objetivo de elegir a uno de ellos para que representara a la propia sección. La mejor forma de mantener e incrementar la calidad es, precisamente, vincularla a las secciones que se dedican específicamente a esa tarea, y así se creó la nueva Comisión de Formación y se normalizaron todos los procedimientos de trabajo. Ahora para hacer un curso hay que seguir una metodología que antes no existía. Se ha creado un procedimiento normalizado de trabajo, precisamente, para institucionalizarlo y darle la coherencia y continuidad que debe tener la formación en la SEC. La idea es que dependa de las áreas institucionales, y no de la colaboración desinteresada de algunos socios.
¿Qué medidas se van a llevar a cabo para aumentar la difusión de los cursos?
A los cursos presenciales acude un número reducido de personas, 50 como mucho. La única manera de acercar la formación a más gente es a través de las tecnologías de la información y de comunicación. Gracias a internet, la gente puede acceder y conectarse a los cursos no presenciales. De hecho, cada año se hacen unos 50 cursos, de los cuales casi el 60 por ciento son por internet. También se han creado otros sistemas de formación aprovechando las tecnologías, como los webinar y otros formatos mucho más actuales y versátiles que los cursos presenciales.
¿Qué proyectos están previstos en el ámbito de la calidad asistencial?
La Sociedad Española de Cardiología tiene la misión de conseguir que la asistencia a los pacientes con cardiopatías sea la mejor posible. En este sentido, la SEC comenzó a trabajar en el proyecto Recalcar, basado en el análisis de la codificación que todos los hospitales envían anualmente al Ministerio de Sanidad y que constituye el CMBD (Conjunto Mínimo Básico de Datos). Con esta información se analizan las patologías cardiovasculares, el tratamiento del infarto o la insuficiencia cardiaca, por poner dos ejemplos, ¿para qué? Para ver cómo se trabaja en España, cuáles son las tasas de mortalidad y cuáles son los niveles de calidad en las prestaciones. Nuestra intención es mantener este proyecto y potenciarlo. Una iniciativa novedosa es el proyecto SEC Excelente, que consiste en protocolizar los principales procesos o procedimientos asistenciales cardiovasculares, como el síncope, el infarto agudo de miocardio, la insuficiencia cardiaca o la realización de una determinada técnica como la asistencia ventricular o la angioplastia primaria en el infarto. El objetivo es definir la evidencia científica para conocer la mejor forma de manejar cada proceso, y establecer esa evidencia científica en una hoja de ruta. De esta forma, trabajaremos con unos estándares de calidad y unos indicadores de resultados en salud que se recogerán en una base de datos informática. Gracias a este registro realizado paciente a paciente, podremos saber si nuestro trabajo es adecuado o hay desviaciones que podemos corregir.
¿Qué supondrá este proyecto para los servicios hospitalarios?
Los servicios y profesionales que se sumen a ese programa recibirán el sello de acreditación de Calidad SEC Excelente, que implica homogeneizar las actuaciones y conseguir que todos los centros optimicen su trabajo para que los pacientes reciban la mejor asistencia posible. En este sentido, nos implicaremos bastante en el ámbito de la calidad y la certificación de servicios o unidades de Cardiología y de los propios profesionales.
¿Qué proyectos tiene en el campo de la investigación?
La SEC es, probablemente, la sociedad científica que destina cada año más dinero a las becas de investigación. En 2015 se han destinado casi 850.000 euros a becas y proyectos de investigación. La reflexión que debemos hacer es si realmente ese dinero tiene el mayor retorno posible y el máximo beneficio, porque algunos proyectos son de investigación clínica, otros de investigación básica y otros de investigación traslacional. ¿Merece la pena potenciar más unas líneas que otras? Y, sobre todo, queremos apoyar aquellos proyectos que contribuyan a generar más valor añadido a la propia sociedad.
Cada vez más la investigación se realiza en colaboración con otras instituciones...
Tenemos que alinear los intereses de la sociedad respecto a la investigación cardiovascular con los organismos que vehiculizan la formación, con otras vías de financiación y con otras estructuras, como, por ejemplo, el Instituto de Salud Carlos III o el Centro Nacional de Investigaciones Cardiovasculares (CNIC), que son los dos grandes organismos que se encargan de potenciar la investigación. Debemos alinearnos todos para aunar sinergias.
¿Por qué le parece preocupante el tema de la innovación?
La innovación está siendo limitada por parte de las Administraciones sanitarias, quizás con un sentido muy economicista de restringir o reducir el gasto sanitario. Los servicios y la calidad asistencial no mejoran si no se introduce la innovación, siempre y cuando aporte un valor añadido a lo que pretende sustituir. En este sentido, la Sociedad Española de Cardiología va a emitir informes sobre lo que considera que es la innovación, y va a realizar informes de posicionamiento que indicarán la opinión de la SEC. De esta forma, la sociedad científica y los socios tendrán una posición alineada para defender si un paciente está mejor tratado con un fármaco nuevo porque le aporta un beneficio, mayor eficacia o más seguridad. El objetivo es tener la información necesaria que apoye que el paciente reciba un tratamiento nuevo, y no que por razones económicas se pongan todas las pegas para retardar la introducción de esa innovación. Nuestros informes de posicionamiento estarán a disposición de cualquier agencia que necesite y quiera esa información. Nadie más que la Sociedad Española de Cardiología tiene el aval del conocimiento, por lo menos en el ámbito científico cardiovascular. Realmente estamos autorizados para opinar, somos los que más sabemos.
¿La Fundación Española del Corazón seguirá ocupando un lugar destacado en el organigrama de la SEC?
La educación de la sociedad civil es un tema trascendental. La Fundación Española del Corazón es la herramienta que utiliza la SEC para dirigirse a los ciudadanos con el objetivo de concienciarles, promover hábitos de vida cardiosaludables, mejorar el control de los factores de riesgo, etc. Es muy importante concienciar a la sociedad civil y crear asociacionismo civil, algo de lo que no hay tradición en España. Las sociedades anglosajonas sí tienen una importante tradición de sociedad civil para, precisamente, reivindicar sus derechos y ejecutar acciones que promuevan hábitos cardiosaludables.
¿Qué se puede hacer en el terreno de la información y la prevención?
Deben hacerse campañas focalizadas y explicar a los ciudadanos lo que tienen que hacer para prevenir la diabetes o el colesterol, al igual que hay campañas para evitar los accidentes de tráfico. Deben financiarse las campañas de promoción de la salud, porque los accidentes de tráfico causan unas 2.000 muertes al año en España, mientras que las enfermedades cardiovasculares son la primera causa de mortalidad, y cada año provocan la muerte de 22.000 pacientes, es decir, 10 veces más que por accidentes de tráfico. Al igual que se destinan recursos para reducir los accidentes de circulación, de forma proporcional también se deben realizar campañas para la prevención del infarto. Tenemos que cambiar la percepción de la sociedad civil y de las Administraciones, porque el problema es muchísimo más grave de lo que aparentemente es percibido por los ciudadanos.
El anterior presidente de la SEC, José Ramón González-Juanatey, considera "inaceptable" que el Real Decreto de Troncalidad reduzca la formación específica de Cardiología a tres años. Dice que al menos deben ser cuatro años. ¿Cuál será la postura de la SEC respecto al RD de Troncalidad?
Es un tema en el que la Sociedad Española de Cardiología se implica, porque también se va a cambiar la ley de especialidades médicas. Nosotros estamos defendiendo que se implante la troncalidad, y que los especialistas tengan una formación básica troncal en Medicina General, pero que no se reduzca la formación específica en Cardiología; es decir, queremos que se mejore la formación general, pero no a costa de reducir la formación específica.
En el último Congreso de las Enfermedades Cardiovasculares, celebrado en Bilbao, se escucharon algunas voces de socios partidarios de cambiar el modelo de congreso presencial por otro más virtual que aproveche el desarrollo de las tecnologías. ¿Qué le parece?
Muchas veces nos hemos planteado este tema, y hasta ahora siempre hemos tomado la decisión de mantener el modelo actual de congreso, aunque vamos enriqueciéndolo y cambiándolo con diversos formatos. En cuanto al concepto de congreso presencial versus virtual o a distancia, radicalmente creo que el primero se va a mantener, y por muchas razones, porque no solamente nos da la posibilidad de exponer contenidos científicos, sino que también los congresos presenciales tienen la función importantísima de crear red, contacto y networking, algo que solo es posible con el contacto personal, aparte de otras muchas ventajas.

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