PRESIDENTA DE LA SOCIEDAD DE NEFROLOGÍA
"Igual no hacen falta más profesionales, sino medir y mejorar resultados en salud"
La presidenta de la Sociedad Española de Nefrología, María Dolores del Pino, ha dicho que crear registros nacionales precoces de enfermedad renal crónica y medir resultados en salud favorecería la comparabilidad y reduciría inequidades.
Carmen Cáceres. Sevilla | 01/12/2016 11:00
Mapa autonómico de regiones que recogen específicamente la atención al enfermo renal crónico. (SEN)
Según datos de la Escuela Andaluza de Salud Pública (EASP), aproximadamente 4 millones de personas padecen enfermedad renal crónica (ERC) en España. Del total, unas 6.000 progresan cada año en su enfermedad y tienen que optar por uno de los tres tipos de tratamiento renal sustitutivo que existen: hemodiálisis, diálisis peritoneal y/o trasplante renal.
La utilización y el mantenimiento de estos tratamientos suponen casi el 3 por ciento del presupuesto del Sistema Nacional de Salud, un porcentaje que los expertos esperan ver incrementado en los próximos años debido al envejecimiento poblacional.
Por ello, hay que plantearse qué hacer para aumentar los resultados en salud en esta población, manteniendo la calidad de la atención e incluso mejorándola el tiempo que precise el paciente. A esta conclusión se ha llegado durante la Jornada Retos en el abordaje de Enfermedad Renal Crónica, organizada por la EASP con la colaboración de Baxter, en Granada.
- Del Pino pide registros nacional de ERC para comparar autonomías y hospitales entre sí
Ante la falta de recursos y aumento de necesidades -cada vez existen personas de mayor edad, con mayor cronicidad y dependencia-, María Dolores del Pino, Presidenta de la Sociedad Española de Nefrología (SEN), está convencida de que "si seguimos así, el SNS no es sostenible".
La esperanza de vida en España es la más alta de todos los países europeos, con 83,3 años. Con este panorama y teniendo en cuenta que la ERC a nivel mundial afecta a 1 de cada 10 ciudadanos; que es la causa de muerte precoz que más ha aumentado en los últimos 20 años muy por encima de la diabetes, enfermedades cardiovasculares, neurológicas o el cáncer; y que la mayoría de los pacientes con ERC fallecen antes de llegar a diálisis, "está claro que hay que hacer algo", ha insistido.
"Debemos procurar concienciar a la sociedad de que la población de riesgo se tiene que hacer un screening para la detección precoz y tenemos que invertir más en prevención", opina Del Pino. Defiende que a nivel nacional se hagan registros de estadios precoces de ERC, que permitan comparar cada comunidad autónoma y a los hospitales entre sí. A partir de ahí, poder mejorar la atención que se presta, evitando inequidades.
Precisamente, en los planes de salud de las diferentes comunidades autónomas existe variabilidad. Algunas tienen recogida la atención al paciente renal, pero otras no atienden específicamente insuficiencia renal: "Hay que trabajar ahí y debe ir por igual a nivel nacional para que no se generen inequidades", ha apostillado.
- También defiende fomentar las técnicas domiciliarias y la asistencia a través de telemedicina
Para hacer frente a la gestión de estos pacientes está el modelo de los cuidados de salud basados en valor: "El valor en salud es el resultado en salud de la población por cada euro gastado" Además, subraya que medir los resultados en salud para los pacientes renales "nos permitiría mejorar la atención, porque se pone al paciente en el centro del sistema; nos tendremos que organizar profesionales, gestores, pacientes e industria para que la atención sea la correcta y ayude a la sostenibilidad".
Y añade: "Solo así sabremos si necesitamos más prevención, más detección precoz o innovar en algunas prestaciones asistenciales como, por ejemplo, los tratamientos especiales, fomentar las técnicas domiciliarias o la asistencia a través de la telemedicina". Del Pino recomienda ir más al domicilio del paciente y evitar que éste se desplace.
Cuando todo esto se analice, "a lo mejor no hacen falta más profesionales, sino cambiar el sistema de atención al paciente hacia la mejora de los resultados en salud", afirma. En este sentido, es preciso considerar lo que opina el paciente en relación a su calidad de vida o a los efectos secundarios de cualquier procedimiento, "porque al final debemos tender a satisfacer esas necesidades. Él nos indica qué funciona bien o mal y cómo podemos ayudarle mejor".
Por último, la presidenta apuesta por sentar a todos los agentes implicados, "con los datos encima de la mesa", para ver si el SNS está interesado en poner los recursos necesarios para atender a estos pacientes porque, "si yo fuese un enfermo renal me gustaría que los que cuidan de mi salud se ocuparan de mí lo antes posible".
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