Desde semFYC se alerta de un posible sobrediagnóstico y sobretratamiento en la HTA
De aplicarse el umbral propuesto por la sociedad americana podría dar lugar a que hasta el 46 por ciento de la población española fuera susceptible de ser catalogada como hipertensa
El Médico Interactivo | 17 - mayo - 2018 2:10 pm
La llegada de la nueva guía del Grupo de trabajo del Colegio Americano y de la Asociación Americana del Corazón (AHA/ACC 2017) ―que ha generado gran polémica por proponer un descenso en las cifras definitorias de hipertensión arterial y modificaciones en los objetivos de control― pone en alerta los médicos de familia ante los “falsos positivos” y el “riesgo que un sobrediagnóstico conlleve a un sobretratamiento”.
En concreto, actualmente los umbrales diagnóstico para la hipertensión arterial se sitúan en unas cifras de hipertensión arterial de 140/90mmHg, sin embargo, según la nueva guía los objetivos terapéuticos se situarían en 130/80 mmHg lo que aumentaría el número de personas con hipertensión arterial. Así, por ejemplo, en el caso de España, el baremo actual se traduce en un 33 por ciento de prevalencia, lo que supone un total de 12 millones de hipertensos. La nueva definición se aumentarían a un 47 por ciento, es decir, aumentarían nuestras cifras de hipertensos de 12 a 17 millones.
Ante esta situación, durante el XXXVIII Congreso de la semFYC, se ha alertado del “riesgo a que un sobrediagnóstico conlleve a un sobretratamiento”, informando de que actualmente está a la espera de la emisión del posicionamiento de las actualización de las guías europeas de hipertensión que, posiblemente, se hará público el próximo mes de junio.
Individualizar los umbrales de intervención
Asimismo, desde el Grupo de trabajo en Hipertensión de la semFYC, se ha abogado por tomar medidas como individualizar los umbrales de intervención. Más específicamente, el coordinador nacional de dicho grupo, Eduardo Guija, explicaba que “creemos que las decisiones sobre umbral de intervención y cifra objetivo a conseguir deben individualizarse en función de las comorbilidades de los pacientes, sus tratamientos, sus factores de riesgo asociados, expectativa de vida, fragilidad, estado cognitivo, sus preferencias y recursos considerando los potenciales beneficios y perjuicios, llevando a cabo decisiones informadas y compartidas”.
A este respecto, Miguel Ángel Tablado, también miembro de este grupo, ha querido añadir que “el aumento del umbral diagnóstico se produciría a expensas de población joven”, por lo que “frente a cualquier diagnóstico de hipertensión es importante contextualizar el hecho de que un paciente haya superado el umbral y se debe valorar la prescripción de fármacos entendiendo el conjunto de su estado de salud”.
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