El CGCOM se posiciona ante la apertura del debate de la eutanasia
Los médicos defienden que el Código de Deontología Médica establece que “el médico nunca provocará intencionadamente la muerte de ningún paciente ni siquiera en caso de petición expresa por parte de éste”
El Médico Interactivo | 21 - mayo - 2018 2:30 pm
Ante la reciente decisión del Congreso de los Diputados a dar luz verde a abrir del debate sobre la despenalización de la eutanasia, a raíz de consideración la proposición de ley remitida por el Parlament de Cataluña al Congreso de los Diputados, para reformar el Código Penal y contemplar así la eutanasia y el suicidio asistido, los médicos han querido manifestar su opinión al respecto.
De esta forma, La Asamblea del Consejo General de Colegios de Médicos (CGCOM), reunida el pasado viernes en Melilla, ha aprobado una Declaración se reafirma como profesión médica en su compromiso de servicio al ser humano y a la sociedad así como en el respeto a la vida humana, la dignidad de la persona y el cuidado de su salud.
El punto fundamental de la misma es el recordatorio de lo recogido en el Código de Deontología Médica, que establece que “el médico nunca provocará intencionadamente la muerte de ningún paciente ni siquiera en caso de petición expresa por parte de éste”.
Según dicho Código, “permanece la obligación de aplicar las medidas adecuadas para conseguir el bienestar del paciente aun cuando de ello pueda derivarse un acortamiento de la vida”.
Las consideraciones de los profesionales
Además de estas cuestiones, en la declaración realizada por el CGCOM se añaden algunas otras precisiones como que “la principal lealtad del médico es la que debe a su paciente y la salud de éste debe anteponerse a cualquier otra conveniencia. El médico no puede negar la asistencia por temor a que la enfermedad o las circunstancias del paciente le supongan un riesgo personal”.
También recuerdan que “el médico tiene el deber de intentar la curación o mejoría del paciente siempre que sea posible”, teniendo en cuenta que “no deberá emprender o continuar acciones diagnósticas o terapéuticas sin esperanza de beneficios para el enfermo, inútiles u obstinadas”. De esta forma, “ha de tener en cuenta la voluntad explícita del paciente a rechazar dicho tratamiento para prolongar su vida. Cuando su estado no le permita tomar decisiones, tendrá en consideración y valorará las indicaciones anteriormente hechas y la opinión de las personas vinculadas responsables”.
Por último, apuntan que “la sedación en la agonía es científica y éticamente correcta sólo cuando existen síntomas refractarios a los recursos terapéuticos disponibles y se dispone del consentimiento del paciente implícito, explícito o delegado”.
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