sábado, 5 de mayo de 2018

'El consentimiento desinformado nutre las pseudoterapias' - DiarioMedico.com

'El consentimiento desinformado nutre las pseudoterapias' - DiarioMedico.com



ELENA CAMPOS SÁNCHEZ, DE APETP

"El consentimiento desinformado nutre las pseudoterapias"

Elena Campos Sánchez, presidenta de la Asociación para Proteger al Enfermo de Terapias Pseudocientíficas. Advierte de que la pseudociencia medra ante cierta pasividad de profesionales sanitarios, Administración, jueces...
José A. Plaza. Madrid | japlaza@unidadeditorial.es   |  05/05/2018 10:00
 
 

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Elena Campos Sánchez
Elena Campos Sánchez, en el CBMSO, con el busto de Severo Ochoa de fondo. (José Luis Pindado)
  • Elena Campos Sánchez
  • Centro de Biología Molecular Severo Ochoa.
  • Elena Campos, presidenta de Apetp
A finales de 2015 nació la Asociación para Proteger al Enfermo de Terapias Pseudocientíficas (Apetp), que preside Elena Campos, biotecnóloga, doctora en biomedicina, investigadora en el Centro de Biología Molecular Severo Ochoa y una convencida de la divulgación científica. Qué mejor lugar que un centro biomédico para charlar sobre la lucha contra las pseudociencias, que precisa de más conocimiento social, formación profesional e implicación institucional y política.
PREGUNTA. ¿Cómo llega a Apetp?
RESPUESTA.
 Desde la universidad colaboro en cuestiones de divulgación científica. Entendí pronto que la gente valora lo que haces si se lo explicas, que la sociedad valora la ciencia si eres capaz de transmitirla y explicar en qué consiste y por qué es importante. Creo que la divulgación científica es una obligación moral y supone un derecho del ciudadano. Apetp es una vía para hacerlo: aunque dudar de todo es un buen principio científico, la ciencia no es opinable, sino verificable.
  • "¿Dónde están los políticos, los profesionales sanitarios y sus instituciones? Faltan apoyos y pasar de la palabra al hecho"
Somos conscientes del grado de incultura científica que hay en España y de la cantidad de engaños a los que el ciudadano se puede ver sometido. Los científicos, también los profesionales sanitarios, debemos estar en la calle y contactar con la gente. Si no lo hacemos, parte de nuestra profesión está perdida.
P. ¿Por qué entra en el mundo de las pseudoterapias?
R. 
Me dolió mucho lo que me dijo un portavoz de Ciencia de un partido político cuando saltó al conocimiento público el caso de Julián Rodríguez, el padre que denunció la muerte de su hijo tras abandonar éste su tratamiento contra el cáncer y optar, engañado, por una pseudociencia, la llamada terapia ortomolecular. "¡Qué exagerada! Si el chaval se ha equivocado, qué se le va a hacer: los escépticos sois muy radicales: hay que dar libertad de elección a la gente", me respondió.
Me parece una postura aberrante y peligrosa en un decisor político. Hay que respetar la autonomía del paciente, por supuesto, pero hay que saber si es real y efectiva: muchas decisiones en torno a las pseudociencias forman parte de un consentimiento desinformado. Hay consciencia plena de quien transmite la información, que engaña, y poca capacidad de discernimiento en quien la recibe.
P. ¿Cómo convencer a alguien que decide hacer uso de pseudoterapias?
R. 
Con mucho cuidado. Quien las sigue, o al menos mucha gente, son creyentes. Tienen verdadera fe. Quienes las imparten pueden ser convencidos o farsantes, pero los seguidores suelen tener una convicción plena en que se van a curar. No se puede tratar a la gente como si fuera idiota, algo que a veces pasa. Todos nos podemos ver arrastrados por las pseudoterapias según el momento de nuestra vida. Hay que tratar de empatizar con quienes las utilizan.
  • "Las acogen universidades, colegios, farmacias... ¿Cómo va a desconfiar la sociedad de las pseudoterapias?"
P. ¿Falta información?
R. 
Claro. De entrada, no está nada claro el inmenso abanico de pseudoterapias. Su número depende de la imaginación de quien las quiera crear. No está claro cuántas pseudoterapias hay, cuáles lo son... Se mezcla fitoterapia, que puede tener validez, con homeopatía, con reiki... Ni siquiera se tienen claros los conceptos. La gente utiliza pseudociencias en un alto porcentaje porque cree que son mejores que la medicina, más eficaces, menos peligrosas, más seguras... Y no es así. Hay un serio problema con la información.
Además, las pseudociencias se benefician de ciertos miedos que generamos en la sociedad. Hemos creado necesidades sanitarias que no lo son, hay corrientes de pensamiento que dudan de la medicina, tenemos una educación dogmática poco ligada al razonamiento y al espíritu crítico...
P. ¿Cómo trata Apetp de sustentar sus objetivos?
R. 
Tenemos contacto con todos los agentes que pueden hacer algo contra las pseudociencias, aunque nos falta tiempo, porque la asociación es puro voluntarismo. Contactamos hace un año con los grupos parlamentarios, con bastante silencio como respuesta. Nos hemos reunido con portavoces de sanidad de diferentes partidos. También con varias consejerías de Sanidad, con portavoces de cortes autonómicas, con colegios profesionales...
Con la organización Médica Colegial (OMC) la colaboración es obvia, ya que formamos parte de su Observatorio contra las Pseudoterapias y, de hecho, la lista que éste maneja proviene en gran parte de Apetp. Con los farmacéuticos tenemos más discrepancias, porque es un colectivo que muestra bastante apoyo, o al menos no critica, pseudociencias como la homeopatía.
P. ¿Qué responsabilidad tienen los profesionales sanitarios, las instituciones médicas y los decisores políticos?
R. 
Mucha. ¿Dónde están? Deben vigilar intrusismos, cuidar la buena praxis... Parte de la sociedad se ha cansado, y su hartazgo está calando en la esfera profesional y política. La ciudadanía está más receptiva, aunque todavía falta mucho camino. Luchar contra las pseudociencias dignifica la profesión científica y la sanitaria, pero faltan apoyos.
¿Por qué un colegio profesional o una universidad albergan pseudociencias? ¿Por qué las farmacias venden homeopatía? ¿Por qué vamos a regular estos productos como medicamentos? Si la sociedad ve eso, ¿cómo va a desconfiar? Hace falta urgentemente una campaña de información y concienciación, y es labor de la Administración. Las proposiciones de ley en el Congreso son positivas, pero si no pasamos de las palabras a los hechos es como no hacer nada.

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