Cien días de encierro en el ambulatorio
Decenas de vecinos de l'Hospitalet persisten en reclamar que Salud vuelva a abrir el CAP local
Ferran Balsells Barcelona 3 FEB 2012 - 17:50 CET
Los vecinos de l'Hospitalet cumplirán este sábado los cien días de ocupación del ambulatorio de la Rambla de la Marina de L'Hospitalet, situado en el barrio de Bellvitge. Los protestantes, que han persistido en su encierro durante más de tres meses, reivindican que el Departamento de Salud reabra el centro para que vuelva a atender a los pacientes.
Salud, por su parte, mantiene el ambulatorio como un simple centro administrativo. Los usuarios deben desplazarse hasta el Hospital de Bellvitge o bien a otros centros ambulatorios de la ciudad para visitarse con el médico de cabecera.
Desde la ocupación del ambulatorio, iniciada el pasado 28 de octubre, las personas involucradas en la protesta han organizado decenas de actividades y caceroladas cada tarde por las calles adyacentes. También con el apoyo de algunas personaliades vinculadas al barrio, como artistas y cantantes que han ofrecido actuaciones en directo en el interior del ambulatorio.
"Este ambulatorio es del barrio y seguiremos protestando por él", explicó Gerardo Sánchez, uno de los que más noches ha pasado en el ambulatorio.
Los protestantes subrayan que hay unas 6.000 personas mayores de 65 años en el barrio. "Padecen serios problemas de movilidad, no pueden desplazarse a otro centro que se encuentre muy lejos de su casa", señala Sánchez. Ángeles, vecina de la zona, afirmó que desplazarse a otro centro le supondría "muchísimo esfuerzo" y ayer por la tarde todavía desconocía dónde estará su médico de cabecera.
"Ha costado mucho conseguir esto para que unos descerebrados nos lo quiten", afirmó Domingo, un vecino que lleva 40 años en el barrio, y recordó las movilizaciones de los vecinos de Bellvitge para reivindicar equipamientos. Dolors Fernández, concejal de Bienestar Social de L'Hospitalet de Llobregat, ya detalló cuando empezaron las protestas que el cierre de este centro responde a una "agenda oculta" de Sanidad y auguró que "habrá más sorpresas".
Como la del primer día del cierre, cuando la clausura cogió por sorpresa a algunos pacientes con citas ya concertadas. El encierro sigue manteniéndose indefinido, por lo que los vecinos tienen previsto celebrar asambleas diarias para decidir el futuro de la ocupación.
Por su parte, el consejero de Salud, Boi Ruiz, sigue sin responder el escrito con más de 7.000 firmas que la Asociación de Vecinos de Bellvitge le envió para tratar de evitar el cierre del centro.
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